- Aquí está.
- Minos…. ¿Estás loco?
- ¿Qué? Es un buen medio de trasporte además de moderno y veloz.
- Minos… son una banana y un Jet Ski.
- Sí.
- Es…. Una banana…. Y un Jet Ski…
- Sí, te entiendo, las bananas son remolcadas por fuertes lanchas a motor, pero esta banana llevará almas no cuerpos humanos, las almas son mucho más ligeras, así que el Jet Ski podrá remolcarlas sin problema. Caronte no se podrá quejar, caben más pasajeros y no tendrá que ir hombro con hombro con las almas ya saben cuánto detesta que lo toquen. Además podrá cobrar más, por aquello de la gasolina…
- ¡Ese no es el punto idiota! Qué-que… ¡¿qué demonios crees que es esto?! ¡¿Acapulco Diamante?! ¡Esto es el inframundo y el rio Aqueronte!
- Ay vamos Radamanthys, seguro que el señor Hades va a aprobarlo, ya sabes que es generoso con todos y modernizar el inframundo será para bien de todos nosotros, no es eso lo que dicen en la Tierra “El progreso industrial es la base de una vida feliz”
- Yo nunca he oído que digan eso.
- Cállate Aiacos arruinas el momento.
- No, ahora mismo vas a devolver ese artefacto infernal de donde lo hayas tomado y me vas a conseguir un bote a remos.
- Como bien lo has dicho Radamanthys, si es un artefacto infernal, su lugar es aquí en el infierno, así que aquí se queda.
- ¿Ya consiguieron mi bote?… -le áspera y fría voz de Caronte se dejó escuchar.
- Caronte –dijo Minos pasándole un brazo por los hombros -eres el afortunado ganador de la catafixia, que te ha traído esto – y con triunfal palma extendida apuntó en dirección del Jet Ski y la banana.
- ¿Qué es esto?
- Tu nuevo medio de transporte.
Caronte observo ambas cosas sin comprender aun.
- Será tu nuevo bote, tú vas ahí sobre ese Jet Ski, y las almas aquí, en esta banana inflable, felicidades amigo, los dioses escucharon tus ruegos, ya no tendrás que codearte con las almas.
Con su rostro vacío y sus apagados ojos, Caronte miró incrédulo al juez, ¿era esta otra broma de mal gusto? Porque si lo era iba a...!
- No, no. No me mires así mi buen Caronte, que no es una broma, de ahora en adelante te movilizarás en esto, y ya está aprobado por el señor Hades, ya que fue él mismo quien eligió este magnífico transporte de entre todas las opciones, ya sabes cuánto se preocupa por todos nosotros, pensó en tu comodidad y diversión, sin embargo si tienes alguna objeción, bien puedes presentarle tu queja en directo a nuestro señor, yo mismo te acompañaré a su templo.
Radamanthys iba a desmentir todo pero Aiacos le tapó la boca para evitar más problemas y lo arrastro fuera del lugar, lo que menos necesitaban era que Caronte fuera a quejarse con Hades y así este terminara enterándose de como por las estupideces de sus tres jueces habían destruido el bote a remos original de Caronte, el cual contaba con milenios de existencia, toda una reliquia cultural del inframundo y patrimonio cultural del panteón de Dioses.
Caronte sin percatarse del jaleo que se traía Aiacos con Radamanthys tragó saliva ante la contundente explicación de Minos. Si Hades había escogido el transporte… no sería tan imbécil como para ir a decirle que su idea le parecía estúpida y ridícula.
Sin más remedio Caronte accedió a subirse al Jet Ski y tomar las lecciones que “tan amablemente” se había ofrecido a dar el mismo Minos. Y después de algunas caídas y las múltiples burlas de Minos, Caronte ya dominaba cada vez más el aparatucho y la banana.
……..
Al poco tiempo Caronte no sólo se había acostumbrado a su medio de trasporte sino que comenzaba a disfrutarlo mucho.
Cobraba más caro, iba más rápido, y podía llevar más pasajeros, cosa que estaba desbordando al “esclavo” interino Lune. Pues en la banana cabían de 10 a 12 almas por viaje y sí, tal cual había dicho Minos, no tenía que tocarlas o llevarlas tan miserablemente cerca como en su antiguo bote.
…..…
Tiempo después, entre más aceleraba, Caronte descubrió la particular inestabilidad de la banana, a más velocidad más brincos, y más almas cayendo al rio Aqueronte. Pero contrario a lo que podrían pensar, esto no le molestó a Caronte, más le pareció interesante y al poco tiempo divertido.
Con el pasar de los días, Caronte había dejado de ser el guía de las almas por el Aqueronte, y se había convertido en un desgraciado lanchero acapulqueño que se solazaba tirando a la gente de la banana. Esto se había convertido en un reto de tenacidad para las almas, casi un programa de concursos, el alma que soportara todo el camino sobre la banana sin caerse, pasaba al siguiente nivel donde según sus pecados podía o ganarse la entrada al cielo o a alguno de los tantos infiernos.
Y Caronte se ponía como meta, ya no el llevarlos al otro lado del rio, sino tirar la mayor cantidad de almas posibles.
Para ser honestos nunca se le había visto a Caronte tan feliz, por primera vez en la eternidad disfrutaba su trabajo.
Otro que secretamente estaba agradecido con esa situación era Lune, pues a veces sólo un alma aterrada lograba cruzar aferrada a la banana (como si no fuera suficiente el castigo que le esperaba) pero la mayoría de las veces la banana llegaba vacía al otro lado, y la risa maniática de Caronte era lo único que se escuchaba.
Así que Lune se tomaba sus largos descansos entre alma y alma. Y ya que a él nadie le ayudaba, Lune no tenía inconveniente en hacerse de la vista gorda con tal de tener vacaciones.
Pero el rio Aqueronte, cual zona devastada, cada vez estaba más taponeado con las almas que lo atestaban y que eran continuamente atropelladas por el Jet Ski de Caronte.
………
Alemania, Castillo Heinstein, 6:30 am…
Hades se levantó de su mullida cama, en pijama, despeinado, semi dormido y con un hilo de baba aun corriéndole por la comisura de la boca, y se dirigió hacia el baño para lavar su rostro y comenzar a despertar, pero cuando abrió la llave, en lugar de correr agua, lentamente una extraña gota de éter comenzó a caer… pero se hacía más grande, más grande cada vez…