El sonido… era impresionante, lo que mis ojos contemplaban… era imponente; mi corazón latía muy fuerte, parecía que se iba a salir, no importa que tanto luche para recordar algún lugar al que haya ido, que sea igual de hermoso como ese lugar, ¡ninguno!, nada se le igualaba a esa enorme cascada en el medio de la selva, me sentí tan extasiado mientras que disfrutaba la vista, que de mi mente se borró todo el cansancio del largo viaje, borró por un momento cualquier recuerdo, borró por un momento el dolor por el que estaba pasando, me hizo olvidar que estaba en este mundo, que nada importaba, solo me concentré en disfrutar ese privilegiado momento, en el que por mucho tiempo, me desconecto de todo. Pero en ese éxtasis, algo me vino a la mente como un estruendo: Lara. Esa enorme cascada tan imponente me recordó a ella, todo eso que estoy sintiendo ahora, es lo que sentí por ella cuando la conocí, al principio me sentí intimidado por su imponente apariencia, pero una vez que la contemplé con detenimiento, sentí paz, estaba a gusto y asi como estoy embelesado por este lugar, mi corazón lo está por esa mujer.
- ¡Señor… Señor… Señor!.
Esa voz llamándome hizo que de manera estrepitosa regresara a mi realidad, no estaba en aquel lugar increíble, estaba en Seúl, muy lejos de aquella cascada, me encontraba contemplando un cuadro pintado en óleo con ese hermoso paisaje, que yo mismo pinté.
- Ah! disculpa me estabas llamando.
- Si, vengo a verte, pero estabas extasiado viendo este cuadro, jamás te había visto tan concentrado- era un joven el que lo llamó, después de una pausa, el joven dudaba si podía preguntar en qué pensaba, a la final decidió preguntarle discretamente después de ver el cuadro y dijo:
- Woao! que cuadro mas bonito, con razón se desconecto del mundo.
- ¿Te gusta?
- Si es hermoso, ¿De qué artista es?
- Yo lo hice
- ¡En serio!, ¡impresionante!, ¿Cómo la pinto? ¿Esta cascada existe o usted la inventó?
- Existe, claro que sí, se llama “el Salto Ángel”, es la cascada más alta del mundo.
Después de hacer una pausa, volvió a mirar la pintura y con una media sonrisa dijo:
- Lo que sentí el día que conocí esta cascada marcó algo en mi que decidí retratar lo en este cuadro para poder contemplarlo cuando quisiera, para así recordar ese sentimiento que me embargó cuando llegué a ese lugar, y lo valioso que esa cascada es para mi.
- Es por eso que estaba tan concentrado - dijo el joven mirando al señor, paso a ver nuevamente el cuadro, y contemplandolo expresó:
- Por lo que dice hay una historia detrás de ese cuadro.
Aquel joven seguía mirando el cuadro, cuando él señor lo vio, y percibió que tenía curiosidad por él, así que le dijo.
- ¿Te gustaría conocer esa historia?
El joven abrió los ojos de la impresión, y miró al señor muy emocionado, y de inmediato le respondió
- ¿Puedo?
- Por supuesto, aunque la respuesta no se encuentra en este cuadro, sino en otro.
Los dos dejaron el lugar y entraron en otra habitación donde se encontraba un cuadro del mismo tamaño del anterior, y en este cuadro no estaba el dibujo de un paisaje, sino el retrato de una mujer morena, de ojos claros y con un abundante cabello rizado que cubria sus hombros y parte de su rostro, tenia un vestido amarillo que hacia un hermosos contraste entre las flores que la rodeaban, daba la impresión de esa mujer era una de esas flores. Esa no era la primera vez que aquel joven veía ese cuadro, pero le dio mucha curiosidad en cuál era la relación que tenían esos dos cuadros. Con ojos confusos su mirada iba entre el retrato de esa mujer y el rostro del señor, que con una sonrisa miraba el cuadro.
- ¿Tienes definido de cómo sería tu mujer ideal?, ¿Verdad? - dijo el señor rompiendo el silencio.
- ¡Claro! - Respondió el joven sin comprender mucho que tenía que ver esa pregunta con el cuadro de esa mujer y el cuadro de la cascada - me gustan las mujeres femeninas, que no sean muy altas y que sean divertidas.
- Pues la mujer que va a robar tu corazón, será totalmente lo contrario a lo que me acabas de decir - dijo el señor con gracia y una amplia sonrisa, miro el cuadro de aquella mujer y sin dejar de contemplarlo dijo:
- Antes pensaba como tu, idealize como sería la mujer de mi vida, pero por más que el corazón sea nuestro, jamás lograremos entenderlo, es como si él tomara las decisiones por sí mismo. Mi tipo ideal eran las mujeres de piel blanca como porcelanas de estatura baja, cabello liso y negro como la noche, y ¿Qué crees?, la conocí a ella - dejo de ver el cuadro y se encontró con los ojos del joven, y mirándolo le decía:
- Una mujer de piel oscura como la canela, tan alta como una modelo, unos penetrantes ojos verde avellana, un abundante cabello rizado de un color chocolate que lo único que provocaba que los demás deseaban desesperadamente tocar ese cabello, y una vez que lo hacías sentías una suavidad y textura impresionante que te generaba adicción, una vez que lo tocas vas querer hacer una y otra vez, y su personalidad… todo un personaje; su nombre es Lara, la mujer que se adueño de mi corazón se llama Lara, y es la mujer que está en ese cuadro.
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Editado: 11.08.2021