Las Aventuras De Drinatilapania Sinexageratus

Las Aventuras De Drinatilapania Sinexageratus

Es un día cualquiera y el sol como de costumbre se asoma por el horizonte, las campanas de la iglesia repican y despiertan a los que aún están dormidos, las cigüeñas en el campanario esperan impacientes la llegada de los hijos bastardos, mientras, los amantes deciden dejar de amarse hasta el nuevo sol de medianoche.
Y nuestros ciudadanos siguen igual, con sus propósitos a medio cumplir, como sigue así...

Un Alquimista llamado Thot esta empeñado en elaborar el elixir de la invisibilidad y entre sus brebajes ha comenzado a utilizar el Maguey, el Echinocactus, el Derrumbe, el Abril y un hongo silvestre, éste último le resulta difícil de encontrar, prefirió llevar la contraria a la madre naturaleza y crecer hacía abajo, lógicamente, la madre naturaleza se enfureció y lo desheredó.
Mientras ésta y el hongo silvestre discuten por la herencia, Thot ha vertido el elixir en el cuenco de nogal que le regaló Neirelle cuando cumplió 108 años, ahora espera que repose y se enfríe. Se sienta en su mecedora, enciende su pipa de maíz y mientras se balancea mira el reloj de cuerda que todavía marca las 12:00, -no tiene mucha confianza en él, aunque el relojero le aseguró que este era de fiar y que tenía un currículum impresionante, lo que le vendió era un reloj burlón, tiene por costumbre adelantarse cada 24 horas 1 hora, hasta tal punto que algunos días pasan a tener 28 horas, ha conseguido que amanecer y atardecer siempre estén enojados- los minutos pasan y Thot decide coger el cuenco, de repente aparece Drinatilapania Sinexageratus, Drina para los amigos, -si tuvieran que pronunciar su nombre completo la gente intentaría evitarla-, pues bien, entra con tanto ímpetu que le da con la puerta a Thot en la cara, éste resbala y al caer al suelo le hace la zancadilla a Drina, con tan mala pata que lanza el trébol de ocho hojas al cuenco de nogal.

Una explosión y una espesa niebla, acompañada de sus presumidas partículas de agua, deciden inundar el salón,-creen que por llamarse H2O y estar en la tabla periódica de elementos, tienen derecho a entrometerse en la vida de cualquiera- aún así, y con tan impertinente visita, Drina y Thot siguen en el suelo haciendo caso omiso a la ingratitud de estas.

-Acabas de destruir el elixir que estaba preparando! dice Thot enfadado

Drina se levanta pensativa, se sujeta la barbilla como si se le fuera a caer y mirando a la nada susurra...

-¡Que grata sorpresa la de nuestro amigo Destino, siempre acompañado de su hermana Desgracia!

- Siempre tan clara y concisa! dice Thot con ironía.

Éste se levanta y torpemente con los brazos extendidos se acerca hasta la mesa, coge el cuenco de nogal y al mirar en él, observa como el elixir ha cambiado a un color más pálido -era tan blanco que incluso llegó a pensar que debía darle unas vacaciones para que cogiera un tono más tostado-, en fin, Thot prueba el elixir y...

Patapam pam pam!..... Thot desaparece del salón.

Lo he conseguido, lo he conseguido- grita la voz de Thot sin estar éste presente.

Dios mío!, que clase de brujería es esta! – dice la gnomo sujetándose la barbilla.

Estoy detrás de ti! detrás de ti! –dice Thot mientras suelta una gran carcajada- Después de tantos años de estudio, preparación y búsqueda de hongos silvestres, he logrado mi propósito, presentaré la receta al señor Feudal, y esta vez y sin excusa alguna, me convertirá en "EL GRAN ALQUIMISTA".
 

-Ummm, no estoy tan segura -dice Drina- sabes que el señor Feudal es muy exigente e intentará con todas sus artimañas rebatir todo lo que expongas.

-Ahhhh, que gnomo tan pesimista!!.-replica Thot.

-Tal vez te proponga trabajar más horas a cambio del mismo jornal!- contesta Drina con ironía-

 -Sí!! Quizás sea ésta mi única oportunidad!! Eres tan imprevisiblemente inteligente Drina.

Ésta se echa las manos a la cabeza y suspira con tanta fuerza que las palabras quedan atrapadas en su subconsciente.-más vale callar que pregonar- se dice así misma.

Thot guarda el elixir en el frasco de cristal que lleva marcado su nombre con letras ozalanas, -en esta aldea, ozalana es un nuevo color inventado por los gnomos y que ahora lleva orgulloso el caballo de Santiago- en fin, agarra de la estantería una bolsa e introduce el frasco para dárselo seguidamente a Drina, ésta lo coge y se lo ata al cinturón de piel marrón, acto seguido y sin mediar palabra, ambos cruzan la puerta y se ponen en marcha hacia el palacete del señor Feudal.

El camino hasta el palacete siempre ha sido seco y árido, pero desde que Neirelle se graduó en brujería éste ha pasado a ser de lo más divertido, con su varita ha hecho crecer diminutos árboles, enormes arbustos e incluso ha invocado a un lago que ha adquirido ambición, -dicen los rumores que éste fenómeno es debido a que Narciso decidió arrojarse en sus aguas, y desde entonces, siempre anda buscando un rostro bello que se asome-.

Mientras Neirelle se cuida de hacer sus labores en el bosque, Drina y Thot -éste todavía invisible- se dirigen al palacete recitando su receta como si de un canción se tratase. "Una de Maguey, Dos de Echinocactus, Tres de Derrumbe y Cuatro de Abril..."
Pasan las horas y el camino recorrido comienza a notarse en las suelas desgastadas de sus zapatos, de repente ...

-Cielos, ya veo el palacete!!-dice Drina intentando que sus ojos no se salgan de órbita- Cuantos impuestos pagados para tanta ostentación!

Thot se arremanga la túnica, mira a Drina como si fuera el sabio más sabio de todos los tiempos y le dice señalando el lujoso edificio.
-Ves eso, dentro de 1000 años todo será igual de ostentoso, solo que ya no existirá un solo señor feudal, sino cientos y cientos de ellos.

-Ahhh, y tu como puedes saber eso? Acaso ves el futuro Thot? – le pregunta Drina con gran entusiasmo.

-He tenido alguna visión que otra. -susurra éste mientras se acerca lentamente a la puerta para hacer sonar el picaporte-

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