Life

Conflictos internos

Mi nombre es Sergio y es primavera, como cada año el sol irradia tanta vida que las flores se abren, las cigarras suenan y los niños juegan, pero esta misma llega a ser tan irritante casi como si pusieran una antorcha junto a ti y te empezaras a derretir. Este es mi último año de secundaria y prontamente debo estar decidiendo si trabajare o estudiare, la verdad esto es cansado, ¿Volverse adulto? Palabras tan deseadas cuando uno es niño, pero ahora estando al borde de dos abismos que con solo mirarlos con atención llegan a ver dentro de ti y te muelen por completo, haciéndote dudar de tu naturaleza ¿Qué es lo que nos constituye? Si hiciéramos esta pregunta diría que soy un desperdicio para la sociedad, no contribuyo en nada y solo me quedo esperando el próximo anime para devorar, me aisló del resto, pero yo culpo de esto al mundo que no me deja ser feliz como los demás o al menos poder vivir la fantasía de la felicidad que todos viven, pues que es ser feliz en sí, ¿sentirse libre? ¿hacer lo que te gusta? Para mí son cosas vacías, simples ilusiones que creamos los seres humanos para poder sobrellevar nuestras patéticas vidas, pero, aunque yo pienso de esta manera no llego a ser diferente al resto y de forma patética deseo vivir en esta ilusión.

Son las 3:45 pm, hora de salida, y tendría que estar saliendo para así terminar las labores para el próximo día de clases, pero este día me he decidido esperar a que el salón quede vacío, pero hay un problema el cual son las mismas relaciones humanas, los grupos que son amigos se quedan para coordinar a donde irán el día de hoy, entre ellos esta Andrea la cual es la chica más popular del salón, mejor dicho del colegio, la cual tiene este titulo por sus excelentes calificaciones y talento para los deportes, en otras palabras es perfecta.

A su lado esta Joaquín el cual es el estándar de chico de secundaria y también están sus amigos: Alonso y Stephanie, algunas veces les llegue a seguir creyendo que descubriría algo de ellos, cuando al final solo van a karaokes y a comprar hamburguesas, digamos lo que debería hacer normalmente los amigos a la hora de salida, la verdad no sé qué esperaba encontrar, ahora que lo veo soy muy mal pensado, algunos dirían que soy un enfermo – me rio de mi miseria, mayormente esperaría para salir, debido a que no me gusta salir junto a multitudes, pero hoy es diferente.

-Ya es hora — me dije a mi mismo, mientras me levanto de mi asiento recogiendo mis cosas.

Creo que mi determinación no me dejaba percibir nada más que mis pensamientos pues esos ojos nunca los note, ¿Qué hubiera sucedido si lo hubiera notado? Talvez todo habría cambiado o tendría el mismo final ¿todos hubieran seguido con sus vidas? Son cosas que nunca llegare a saber.

Yo que en el principio me encontraba en el segundo piso había dado los suficientes pasos para llegar al tercero ¿Por qué nadie se percató de mí? Con mi forma de caminar cualquiera hubiera pensado que me dirigía a la mismísima horca, pero no esto no estaría completamente errado, con toda una vida de soledad y decepciones o lo que mi frágil mente cree que son, pues siendo sinceros y esto es algo que nunca he sido con nadie, todo se debía a mí misma culpa. Pero todo eso ya no interesaba pues en este día tan vivo de primavera seria observador de la muerte de una, puesto que la solución que encontré para todo esto era el suicidio.

Pensando bien en la forma que llevaría a cabo todo esto, creo que inconscientemente hasta en mis ultimo minutos deseo el ser importante para las personas, aunque de seguro me olvidarían en unas semanas, ya que mi muerte era tan insignificante, solo era un número más o menos en las estadísticas, pero pensándolo mejor, todos somos al final y cabo números.

Cuando por fin llegue al final del cuarto piso y estando frente a la puerta de la azotea toda la determinación que tenia se puso a prueba, esa perilla dorada y brillante que a primera vista se notaba que casi nunca se usaba, al mismo tiempo el aviso de no pasar, causaron que mi mano empezara a temblar con cada centímetro que me la acercaba a esta. ¿Tal vez sea mi instinto de supervivencia? O acaso es ¿Cobardía? pero mi mente llena de puros animes de fantasía hacia rondar la idea de la posibilidad de poder reencarnar en otro mundo y poder vivir una gran aventura, poder tener el amor que quiero solo porque soy yo, no tener que vencer a nadie pues mis compañeros lo harán y terminar siendo el héroe sin importar lo que haga, pero es tonto pues solo en las novelas ligeras pasa esto.

Cuando al fin pude abrir la puerta los rayos de sol dieron directamente en mis ojos dejándome casi ciego, estando en esa condición cada paso que daba era como tirarme a un abismo, ya habiendo dado 4 pasos la vista se me devolvió, para dar con la sorpresa que ya estaba junto a la barandilla que rodeaba toda la azotea, en ese momento el patio, que estaba en frente de mí, era usada por el equipo de futbol del colegio.

-De seguro este año llegan a ganar la copa — dije con una mirada con tristeza, mientras que mis piernas terminan de cruzar la barandilla, mis ojos no dejaban de producir lágrimas.



#11966 en Joven Adulto
#29067 en Otros
#2366 en No ficción

En el texto hay: psicologico, vida diaria

Editado: 29.05.2018

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.