Joonsang...
La gente suele ser cruel, suele confundir la inferioridad con la ignorancia, siempre me habían considerado débil e inocente a tal punto que me trataban como se les viniera en gana.
Cuando mi madre murió mi padre callo en una gran depresión y comenzó a apostar compulsivamente, los gastos ya no daban espacio para el colegio, poco a poco fui perdiéndolo a él también, me quede en la calle, sin hogar, sin familia, sin sustento, a mis ojos el mundo me había dado la espalda creo que entonces fue que deje que la gente me pisoteara, me sentí inferior y vacío solo podía pensar en cómo salir adelante cualquier cosa me parecía buena menos la soledad pero eso era lo que más me acompañaba.
—Te vez cansado Sanwook —me acurruque a su lado y él solo acaricio mi cabello.
—Estoy bien Joon, solo algo cansado —suspiro y se acomodó mejor en el mueble.
Sanwook y yo nos conocimos después de la muerte de mis padres estuvimos juntos en el orfanato y en cuanto cumplió los diecinueve me llevó con él, en ese momento ya contaba con un techo y recursos para que los dos viviéramos a gusto, le debo muchas cosas creo que no me alcanzaría toda una vida para pagarle.
Lo lleve con cuidado a su habitación y lo recosté en su cama, lo cambie de ropa y salí de ahí con cuidado de no hacer demasiado ruido. Sanwook era policía así que llegaba muy tarde la mayoría del tiempo, yo trabajaba como mesero y animador, a él no le agradaba demasiado la idea era muy exigente con mis notas y siempre decía que yo no tenía necesidad de trabajar porque para eso estaba conmigo.
Aún recuerdo la emoción que tenía mi madre en su rostro cuando el médico le dijo que estaba viviendo mi primera vida, en su mirada podía ver un rio de emociones, cada día trate de sonreír por ella en mis pensamientos siempre estuvo presente a pesar de lo mal que la pasaba y extrañaba sentí su calor, su calor maternal, no se había hecho presente hasta que ella apareció.
La primera vez que la vi, estaba sonriendo con dos chicos a su lado, parecían muy buenos amigos, cada tanto remojaba mis labios y mis cachetes se hacían bolita eso había sido un año atrás aproximadamente después de eso no me la volví a topar hasta este día. Su labia me parecía tan atractiva que no pude contestarle nada de vuelta, no quería decir nada que estuviera fuera de lugar, fue la persona que me defendió sin conocerme y eso habla demasiado de ella.
"Entonces usted podría fijarse en su camino."
Sonreí como tonto al recordar sus palabras una sonrisa juguetona y divertida, en verdad había puesto a ese señor en su lugar, por lo general muchos no harían nada y me incluyo, el traje y el porte que emanaba aquel hombre me eran muy imponentes.
—¿Dormiste bien? —me detuve en seco.
—Claro —sonreí— ¿Y tú? —lo mire.
—Bien —suspiro, se veía cansado—, ayer llegaste con una rodilla y la barbilla raspada. ¿Estás bien? —Me inspecciono de pies a cabeza deteniéndose por un momento en la banda de mis lugares afectados.
—Solo fue un descuido, estoy bien —me dispuse a irme pero el hablo haciendo que me detuviera.
—Deberías dejar el trabajo de animador Joonsang, los tratos que te dan —señalo mis lastimadas—, están mal. Ni si quiera te pagan tanto para esto —me hablo en tono de regaño.
—Garam...este trabajo me ayuda a aminorar los gastos de Sanwook, no he tenido demasiada suerte como para darme el lujo de un trabajo nuevo —baje la cabeza apenado.
—No siempre va a ver gente para defenderte Joonsang —lo mire sorprendido— ¿Puedes entender eso? —quizá me vio ayer en el parque. Asentí.
Después de eso me dirigí a mi larga y agotadora jornada escolar que me esperaba por el día de hoy, en realidad no había mucho que contar, mis únicos amigos eran Sanwook, Garam nuestro vecino y Rin con él trabajaba pero estaba en el área de cocina. Ellos siempre fueron un apoyo importante en mi vida siempre me daban los ánimos necesarios, no eran mi familia pero se sentía mejor que eso.
—Espero que hayas hecho mis deberes —mi cuerpo se endureció y una sensación de vértigo me invadió. Solo asentí temeroso—. Mírame a los ojos cuando te hablo —me tomo del cabello y me jalo hacia atrás.
—Están en tu casillero —mi labio inferior temblaba. Me soltó bruscamente y se dio la vuelta.
—¿Cómo está tu hermano? —uno de sus amigos pregunto.
—¿Cómo quieres que este? —. Dijo sarcástico— al desgraciado le va demasiado bien con Farah —parecía molesto.
—Ella es mayor, es algo enfermo desear a la novia de tu hermano Tamiel —rio y desaparecieron de mi campo de vista. Respire aliviado.
Tamiel siempre ha abusado de mí pero yo nunca me he atrevido a confrontarlo, es seguro que a mí me terminen expulsando por "difamarlo" y solo se hagan de la vista gorda con los casos de agresión, para gente que no tiene tantos recursos las reglas son aún más duras.
—Espero que te estés alimentando bien —Rin me apunto con su tenedor y yo acepte gustoso el bocado de fruta.
—No te preocupes —limpie mi boca.
—Es fácil para ti decirlo —se hizo el indignado—. Vienes trabajar con la cara y la rodilla lastimada —señalo esta última.
—¿Cómo sabes? —lo mire confundido.
—Soy demasiado observador —se cruzó de brazos— además...Garam me lo dijo esta mañana.
Estreche la mirada y no dijimos nada más, la jornada laborar entre semana no era demasiado ya que estábamos entre semana y por obviedad no mucha gente se da el tiempo que no tiene.
—La mesa siete necesita las cartas —hablaron para los meseros y yo me ofrecí con un simple "voy".
—Buenas tardes bienvenidos a...—me quede con la palabra en la boca provocando que los demás pusieran aún más su atención en mi de lo que ya estaba— a...Jenn's.
—Buenas tardes —respondieron todos al unísono.
— ¿Eres nuevo? —un chico de cabello ceniza hablo.
—Esta es mi primera semana —les repartí las cartas a cada uno.
—¿No eres muy joven para trabajar aquí? —hablo otro de cabello negro.