Sus finos dedos galopaban sobre la mesa de su asiento en señal de ansiedad imparable, la voz de su profesor la estaba matando de por medio, estaba así por dos razones, sus exámenes y proyectos estaban en puerta y la segunda era que desde siempre ha sido demasiado lenta o perfeccionista en lo anterior y la estresaba de sobremanera.
—Basta —Klaus puso su mano sobre la suya deteniéndola—, me estas contagiando también.
—¿También? —Con un movimiento de cabeza señalo a Jung que imitaba la misma acción solo que con su pierna—. Entonces díselo a él igual —se quejó y quito su mano haciendo que su amigo bufara, Farah era demasiado testaruda—. No me mires así —frunció el ceño.
—Así es mi cara —refuto divertido.
—No te dije que la cambies —sonrió altanera— solo que no me mires —volvió su vista al frente.
Klaus estaba tratando de mantener la calma entre esos dos, sentía las vibraciones de la pierna de Jung a lado de la suya y los tiroteos de los dedos de Farah atraían su atención, aun no sabía cómo es que soportaba a esos dos en esos momentos quería darse un tiro.
—Ven con papá —estaba a punto de probar bocado de su torta de huevo cuando lo irrumpieron.
—Necesito ver a Saeri —se llevó una uña a la boca para morderla— no lo he visto desde hace días —miro a Klaus que estaba a punto de hacer un segundo intento por comer — ¿Sabes dónde está? —respiro con frustración e intento emitir palabra.
—Su hermana se va a casar —Jung tomo asiento a un lado de Klaus y ella asintió.
—Espera —pareció pensarlo— ¿y no me invito? —parecía ofendida.
—No es lo que piensas —hablo Klaus— lo que...
—Lo que pasa es que solo fue a verla como el hermano protector que es —lo interrumpió el castaño.
—Saori en realidad...
—En realidad se va a casar en un año aproximadamente —impidió una segunda vez.
—Bueno —lo sopeso— es raro de él no avisarme —los miro.
—Es que...
—Es que... —Klaus lo miro con fastidio.
—¡Puedes dejarme hablar! —elevo la voz cuidando no llamar la atención de la gente. Jung se cohibió y pidió disculpas—. Gracias —suspiro aliviado—. Es que no tuvo tiempo por los deberes de la universidad.
Si Saeri quería irse y no tener repercusiones lo ideal era adelantar trabajos y entregarlos a sus respectivos receptores, Farah apenas y tenía tiempo de terminarlos a tiempo y su amigo podía adelantarlos sin importa que. Suspiro.
—Como sea —por fin pudo probar bocado— ¿Qué era eso tan importante que querías decirle? —el trio de amigos estaba en total concentración.
—Hay algo —frunció el ceño— que ha estado rondando en mi cabeza, demasiado —por su tono sabían que era importante para ella.
—Habla —la impaciencia de Jung se hizo presente.
—Es Tamiel —ambos chicos pusieron los ojos como platos.
—Ese chico está mal de la cabeza —el pálido soltó un silbido agudo.
—Es muy enfermo querer quitarle la novia a tu hermano —siguió comiendo— ¿Por qué Sariel no ha hecho nada?
—Ese es otro tema que me molesta —su rostro se tornó serio—. Bueno el caso es que nos encontramos por casualidad y me preocupa que este acosando al primo de Saeri.
— ¿Joonsang? —Jung tomo un sorbo de agua y Farah asintió.
— ¿Por qué supones eso? —Miro a Jung por el ruido que emitía con su popote— cuida el ambiente —lo tomo y lo deposito en el bote donde correspondía.
—Lo intimido al verlo conmigo —las caras de confusión no se hicieron esperar—, al parecer Joonsang tiene un pequeño problema social con chicas y Saeri me pidió ayuda —asintieron convencidos—. Mi querido cuñadito estaba a punto de agredirlo de no ser porque yo estaba ahí.
—¿Y el chico está bien? —el blanquecino hablo por los dos.
—Al parecer si —entrelazo sus dedos— estos últimos días pase por su trabajo y no parece haber síntomas de agresión física —ambos chicos se sorprendieron— no soy una acosadora, ¿bien? —rieron.
—Que fastidio —se quejó el pelinegro.
—Por cierto —una idea pareció llegar a Farah— tu hermano esta con Joonsang en la misma escuela —sonreía como un genio haciendo un gran hallazgo— ¿podrías decirle que lo vigile? —puso ojos de cachorro.
—Bueno... —se empezaba a hacer el difícil pero ella era demasiado insistente— está bien —sonrió pellizcando un cachete de la chica.
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Sudor...un sentimiento de inquietud y preocupación que lo consumía lentamente como si estuviera en presencia de las llamas incandescentes del infierno mismo, desde que salió de casa estuvo demasiado ansioso presionando una y otra vez el clip de una pluma que lo acompañaba a su campo de batalla, imitaba con su boca el sonido, eso lo hacía sentir más pleno, se sentía mal de no poder expresar sus inquietudes ante Sanwook se ha esforzado tanto en darle un ambiente seguro en el cual crecer que le daba rabia que alguien como Tamiel estuviera infringiendo en eso.
—No te hare nada... —susurro tan escalofriante para el— aún, ¿lo sabes verdad? —Joonsang asintió temeroso y Tamiel soltó una risa macabra— no te metas en problemas —paso su mano lentamente por su rostro y se retiró con sus amigos dejando al chico más inquietado de lo normal.
Su cuerpo se envolvió en si dejando caer algunas lágrimas por la impotencia que lo gobernaba, se sentía inservible y cobarde, tenía un sentimiento de que si seguía así alguien más saldría lastimado por su culpa pero ahora tenía la cabeza tan liada que lo único que le quedaba era llorar.
— ¿Estas bien? —una voz desconocida para él le hizo frente arrodillándose a su altura.
—No creo que esta sea la cara de una persona que está bien —se señaló irónico.
—Tienes razón —rio por lo bajo nerviosa— soy Lili —le sonrió amable.
—Soy Joonsang —la miro limpiando parte de su rostro.
—Lo sé —le sonrió— es decir...estamos en la misma clase —dijo torpemente.
—Oh, entiendo —su tono era suave aunque se sentía un poco presionado por estar frente a una chica, no era de tratarlas mucho.