Llámame Karma

Todo cae

El aire parece condensado, pesado aunque sean las cinco de la mañana y el rocío moje fresco afuera.


 

Nada quiere continuar, todo paro en el momento en que el sonido sordo de su cuerpo impactando contra el suelo procedió al del disparo; se siente como si el viento se hubiera detenido y aunque intente aspirar todo el aire posible, realmente no estoy respirando. Realmente no estoy sintiendo.


 

Sentada con las piernas cruzadas al igual que mis brazos que descansan debajo de mi pecho, me puedo observar con total claridad en un vidrio espejado en la pared frente a mí pero sin poder tener ni pista de lo que ocurre del otro lado. Aun así de pronto se sienten golpes en la puerta que permanece cerrada y se escucha un grito ahogado «¡Fue ella, ella lo hizo!» entre llanto histérico y me cuesta cada vez más recordarme como un personaje ajeno a lo ocurrido, a pesar de lo lejana que estaba en el momento. Estaba donde apenas llegaba la imagen, pero pude sentir mis manos húmedas, manchadas de sangre, su sangre como signo de culpa, como si todo ocurriera otra vez.


 

— ¿entiende lo que ocurrió, señorita? —el oficial ignora los gritos buscando emociones entre mi rostro pero, siendo sincera, estoy congelada. Sus ojos entrecerrados y con ojeras acompañándoles, las mejilla izquierda marcada con la huella de la almohada y la frente caída y aun así estoy segura de que no se compara con la mía, por mas que me gane unos cuantos años y es que siento que se me vinieron todos encima, que estoy vieja y malgastada, agotada; no llore pero tengo los ojos hinchados y rojizos, no grite pero me arde la garganta, no reaccione pero parece como si hubiera caído rendida de rodillas, todo está extraño y eso me incluye.


 

Volviendo a la pregunta asiento con la cabeza como acto reflejo, pero no, no lo entiendo.


 

El detective está sentado frente a mí mientras nos separa una mesa metálica donde apoya sus codos, expectante de la verdad, verdad que quiere sacar de mí. Yo solo atinó a respirar suave mientras me acuesto contra el respaldo de la silla.


 

—Uno de sus compañeros se mató frente a todos y hay varias...— inconscientemente mira de reojo la puerta— personas que la acusan de ser culpable de ello, ¿podría explicar?


 

¿Cómo?— no... —Me pauso a mí misma para mostrarme más creíble, como si realmente me lo cuestionara—, yo estaba entre el público, no sabría cómo lo podría haber provocado... —vuelvo a callarme un momento—, no se me ocurriría como.


 

El abre sus ojos y alza las cejas para inclinarse sobre si quedando aún más cerca de mí, con su mirada atravesándome— ¿no se le ocurre? —volvió a echarse para atrás acomodándose— Los egresos son festejos emotivos, pero según tengo entendido este fue...— dudó por la palabra— fuera de lo ordinario. Varios testigos mencionaron que antes del incidente...


 

No lo dejo acabar— fue grotesco, una vergüenza y me gustaría no tocar el tema, no le encuentro relación con el suicidio —Pero todo lo tiene, como siempre.



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En el texto hay: abuso, secretos, venganza

Editado: 05.06.2019

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