Robert.
A veces no sé que le pasa a Matt, siento que el novio que tiene no lo merece; se merece alguien que lo quiera, lo respete, este pendiente de él, a pesar de llevar conociendo poco a mi amigo siento que aunque pueden ser más los momentos felices y que siente un gran amor por su novio, sufre, creo que por momentos se siente abandonado.
Además me da un coraje que me hable de su novio con tanto amor y en ocasiones me cuenta que el muy tonto no tiene la delicadeza siquiera de preguntarle cómo está, si está bien o de agradecerle por sus detalles o algo así, eso lo deprime mucho es algo que me saca el coraje. Pero no son celos, yo tengo claro que con Matt no puedo, ni va a pasar nada, solo lo aprecio como amigo y me preocupo por él, no me gusta saber que sufre aunque sea poco; aunque a él ese pequeño dolor le dure tan poco, se conforma con lo que le brinda su novio y el amor no se trata de conformarse con lo que te dan, es algo más bello que no debe hacer sufrir, debe en todo momento hacerte sentir maravilloso, afortunado, feliz no se trata de dar mucho y recibir poco, se trata de entregarse por completo de vivirlo, sentirlo, expresarlo sino deja de ser amor a hacer una simple costumbre, costumbre de tener a alguien para llenar un vacío de soledad.
¡Ojalá él lo entendiera!
No quiero opinar mucho al respecto ya que sabe que llegó a interesarme un poco (aunque la verdad aún me interesa, pero soy consciente de que es algo que no es posible, lo estoy asimilando), tal vez piense que lo digo porque quiero que estén mal o algo parecido; trato de aconsejarlo un poco pero sin decir todo lo que quisiera. Trato de no decir y hacer cosas que puedan hacer que Matt llegué a pensar que sigo interesado en él, me da mucha vergüenza cada vez que me dice que solo somos amigos y que no malinterprete sus acciones, esas aclaraciones están de más pero las hace repetidamente y me hace sentir mal, me llego a preguntar si repetirá tanto eso para convencerme a mí o a él mismo.
La situación de Matt me recuerda tanto a mi pasado, cuando me enamoré perdidamente por primera vez y para ser honesto no he llegado a amar con tanta intensidad hasta entonces, tal vez porque ya se me hace un poco difícil confiar al 100. Esa vez me enamoré de un chico que me encantó desde el primer momento, llegó en una época muy dolorosa en mi vida, fue mi apoyo se esforzaba por hacerme feliz, luego nos hicimos novios, le gustaba la aventura, odiaba la monotonía siempre quería experimentar y hacer cosas nuevas eso me agradaba, era muy fuerte no le temía a nada y si le llegaba un miedo lo enfrentaba y lo superaba de inmediato, no se amargaba por nada, era agnóstico pero poco a poco me acompañaba a mis oraciones tanto así que un día estaban a cargo de él y otro día era yo quien las hacía. Lo amaba de una forma angelical, transparente, pura, confiaba ciegamente en él aunque no vivíamos en la misma ciudad no dudaba ni sentía celos, creía en él porque desde el principio me mostró ser una persona sincera, siempre me decía las cosas incluso sus pensamientos aunque sabía que con algunos no iba a estar de acuerdo.
Yo daba todo de mí, estaba pendiente de él que si comía, que si le faltaba algo, que si estaba enfermo, en fin cada cosa por insignificante que resultara me preocupaba y el a veces no le importaba, que si yo no le escribía o llamaba él no lo hacía, le importaban pocos los detalles que tuviera con él, los planes a futuro le resultaban tediosos y vetados realmente, no tenía detalles conmigo me trataba igual que al resto de sus amigos o incluso con menos importancia algunas veces. Justificaba su accionar con es su personalidad o que yo lo conocí de ese modo y así me enamoró, que no podía querer cambiarlo, me amaba pero se le dificulta expresarlo, hasta el día que recibí un mensaje «terminamos, estoy en una fiesta he conocido a alguien que me atrae mucho y es muy probable que tengamos sexo hoy».
Lo odié con la misma o quizás con mayor intensidad con la que lo amé, a aquel mensaje solo pude responder «ok, gracias», le agradecía su sinceridad aunque quería decirle muchas otras cosas no pude en el momento, mucho tiempo después supe que tenía una relación con el chico de la fiesta y que vivían juntos, que tenían problemas casi a diarios y que su relación estaba llena de infidelidades por ambas partes. Desde entonces no he logrado confiar tanto en alguien tan rápido y tan ciegamente, pero ha sido sin duda una hermosa experiencia me dejó una lección de vida que no creo que la olvide nunca, quien te ama te lo demuestra, quien te ama cambia para bien; no para hacerte feliz, es para ser feliz contigo.
Por eso Matt me recuerda a lo que viví en un momento de mi vida, si algo he podido ver en mi amigo es esa pureza de alma y sentimientos que solía tener yo antes y en parte eso ha hecho que me reencuentre y reconcilie con mi pasado, aceptar que lo que hice no estaba mal, que di lo mejor de mí y que ser bueno, entregarse no está mal, perdonarme por los errores que cometí y claro quedarme solo con cada uno de los aprendizajes de esas equivocaciones o experiencias, ya que gracias a la suma de todo eso hoy soy una persona madura, soy lo que soy gracias a todo lo que he vivido. Desde que conocí a Matt he dejado salir de nuevo a mi verdadero yo, al verdadero Robert, ese que se escondió por mucho tiempo por miedo a volver a sufrir (aunque desde entonces he sufrido mucho más), el sufrimiento, las tristezas son solo parte de la vida; pasar por ello no está mal ya que eso te fortalece, solo debemos tener cuidado de no empezar a amar el dolor.
Pero bueno aunque yo quisiera ayudar un poco a Matt para que no pase por un sufrimiento igual, cada quien decide cómo, con quien y donde equivocarse y no tengo derecho de privarlo de ello. Espero estar equivocado y que su novio si valore la persona que tiene a su lado, encontrar chicos como Matt es difícil.