Lo nuestro

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Dos años atrás, unos meses después de mudarnos fue cuando conocí a ese chico y las dos chicas.
 

Iba a mi nueva escuela, dispuesta a disfrutar, a conocer gente nueva, a de una vez por todas superar la muerte de papá, y como deseaba que fuese así, pero se me complicaba socializar, nadie me hablaba u miraba, si lo hacían, pero me miraban como la extraña, rara y nueva de la secundaria Sao Pablo.

 Realmente trate, trate de conseguir amigos, hasta que un día se me acercaron dos rubias mientras desayuna una era Fiorella y la otra Fernanda.  Se mostraron tan amables que no pude ver las intenciones que tenían, Nos hicimos tan amigas o eso creía yo, que dormíamos juntas, conocieron a mi mamá, Marcus y sabían que mi padre había muerto, ellas me apoyaron y yo a ellas, Éramos el trío perfecto. 

 Un día mientras hablábamos en los casilleros, Fernanda nos contaba algo de su novio, no le preste mucha atención porque entre los pasillos se paseaba Adrián el sueño de cualquier chica de la secundaria. Pelirrojo, ojos celestes, capitán del equipo de lacrosse, popular, tenía a muchas chicas detrás de él y a ninguna le prestaba atención por qué ninguna le llamaba la atención.

 Fer y Fior me molestaban de que si me gustaba y yo les había dicho que si, en algunas ocasiones los vi a hablar muy sigilosamente realmente nunca le preste atención a eso, ya que ellos eran populares. 

Era día de fogata, todos nos reunimos, había tragos de todo que se pueda imaginar, ese fue el primer día que Adrián se me acercó y me habló, realmente me gustaba, él me ponía mi mundo a dar vueltas tan rápido, me sentía tan bien con él, incluso pensé que estaba enamorada, pero era muy inocente. 

Al cabo de unos meses empezamos a salir, algunas chicas envidiándome otras anhelando ser yo en esos momentos y por otro lado estaban Fer y Fior, que me alagaban y me decían lo afortunada que era. 

Pasaron otros dos meses, Adrián me había pedido ser su novia, yo acepté entusiasmada que incluso creí que seriamos como papá y mamá quienes fueron pareja desde la secundaria hasta que papá lamentable murió.

Era una noche fría Adrián me había pedido ir a su casa, mamá acepto entusiasmada porque fuera mi primer novio, camine las largas calles hasta llegar a su casa, él me abrió, no tenía camiseta su torso tonificado por el lacrosse me ponía a babear, como cualquier chica con hormonas. 

 Yo entre y pregunte si había alguien, él me dijo que no, que estábamos solos, yo debí dejarlo ahí, yo intente dejarlo ahí, porque algo me decía que no estaba bien, pero él insistió y termine aceptando. 

Al principio todo fue normal, muy romántico, muy cliché, el sueño de todas las chicas o al menos era el mío, una noche fría u lluviosa, viendo una película acurrucada en los brazos de tu chico y dormir abrazados y como quisiera que solo fuera así. 

Él empezó a meter su mano en mi vestido, yo le dije que me sentía incómoda con lo que hacia y le respondió que eso era normal entre las parejas, yo le dije que aún no estaba lista, pero él no, no, no me escucho, él ignoró mis súplicas. 

Él rompió mis bragas y siguió metiendo sus dedos hasta hacerme sangrar, para luego besarme, yo estaba asustada, estaba abrumada, agobiada con lo que hacía. 

Después de besarme y acariciarme la mejilla, el saco su miembro de su pijama, y abrió mi boca con fuerzas para luego introducir su miembro en mi boca una y otra y otra y otra jodida vez hasta venirse, sentí como una lágrima rozaba mis mejillas.

Él me miro y sonrío y me dijo que lo que paso fue increíble, después dos chicas vestidas de negro entraron a la habitación y no eran nada más ni menos que Fernanda y Fiorella.

Fernanda tenía una cámara en sus manos y pregunto como la pasamos, Adrián dijo que había sido increíble y me miro. 

Yo pregunté por qué me han hecho esto, que porque lo habían hecho que yo no le hice nada, estas respondieron, que no me soportaba, que el novio de Fernanda Agustín se había enamorado de mí y Adrián solo quería sentir su miembro en mi boca y Fiorella que me veía tan estúpida. 

Y que si les acusaba o hacia algo ese video iba a correr por todo el instituto y que editarían para que se vea que yo lo había disfrutado que sería la puta de la escuela. 

No podía darle esa decepción a mi familia. 

Dicho eso, salí corriendo de ahí no podía estar ahí un segundo más, no tenía fuerzas para enfrentarlos, corrí debajo de la lluvia, las lágrimas corrían por mis mejillas no podía parar de llorar, me sentí tan idiota, tan estúpida al creer que tenía un novio perfecto y buenas amigas. 

Llegue a mi casa llorando caí en la terraza devastada, Marcus me sostenía en sus brazos preocupados, preguntando desconsoladamente que me pasaba, yo le respondí que había terminado con Adrián solo eso él se conformó con la respuesta al igual que Mamá, Pero Mat no, pero él entendió que no quería hablar. 

Ya que estaba con nosotros, porque solo tenía quince años y Adrián era mi primer novio y por lo tal solo era una idiota llorando porque su chico le termino. 

—Eh, Eh porque lloras—Me pregunta Mat a mi lado Otra vez ese recuerdo, colado en mis sueños. 

 -Lo siento, yo... , yo...-digo sollozando 

 -No digas nada, todo está bien mocosa, todo está bien-Él me toma entre su brazo, para que me acueste mi cabeza en su pecho abrazarme y sobar mi espalda con su otra mano. Dejo de llorar poco a poco hasta quedarme dormida en sus brazos.


 


 

INTSSIDE.
 




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