Una vez que el ángel se va, ambos jóvenes se miran perplejos, sin poder asimilar lo que acaba de ocurrir, anonadados al descubrir parte de ellos que no conocían, descubrir su origen y por eso mismo, sintiendo dudas sobre sus destinos.
Durante largos minutos no se dicen nada, descubrir un mundo nuevo, o que siempre estuvo ahí, pero sin ser presente, es algo que dejaría a cualquiera sin palabras.
Como si tener esas habilidades no fuera ya un problema suficiente, ahora se convierte en algo peligroso para ambos. Y todo eso sucedió justo el día que declararon sus sentimientos y se volvieron novios. Es demasiado en muy poco tiempo.
— ¿Notaste que... se parecía mucho a ti? — dice Crow para romper el silencio. Azira asiente, le sonríe nervioso, de pronto se ve muy emocionado.
— ¡Siii!, es que era todo de él, su forma de hablar, de vestirse y su cabello, sus ojos, literalmente era como si fuera yo de adulto, pero en otra vida... sentí algo muy extraño cerca de él... Aún sigo sin poder creer todo lo que pasó, me asusta.— se pone serio de pronto.
— Me pregunto ¿Cómo se verá el demonio que me creó? — dice Crow pensando.
Azira comienza a reír fuertemente.
— ¿Es en serio? Eso es obvio, sería muy fácil reconocerlo, a ver, me imagino a un hombre de cabello rojo, ropa negra, y apuesto a que usa gafas oscuras como tú. —
Ahora es Crow quien se pone serio, recordando días anteriores, recordando algo que lo había dejado pensando en ese entonces, se sienta por una vez en su vida, de forma correcta.
— Espera... Azira. Creo que yo... —
— ¿Tú...? —
— Creo haber visto a alguien así... ¿Y si era él? —
— ¿Qué? ¿Estás diciendo que el demonio no está muerto? — le dice el rubio, sorprendido.
— ¿Pensaste que estaba muerto? —
— No lo sé, el ángel hablaba de él como si estuviera muerto. —
Era verdad, el tono con el que el ángel había hablado de su compañero había sido realmente deprimente, dando indicios de pérdida, o de una despedida dolorosa. No podrían saberlo, no les había contado todo.
— Hace un tiempo, fue aquí, en este parque, yo estaba en esta banca, él se sentó a mi lado, y era... tal y como lo describes. —
— Pero yo te describí a ti. — dice Azira riendo.
— Es que vi a alguien igual a mí, lo juro. —
— ¿Crees que era el demonio? —
— Creo que sí. — el joven pelirrojo no podía dejar de pensar en aquel hombre y la forma que había desaparecido cuando volvió a verlo.
— ¿Piensas que estén pelados o algo así?— pregunta el rubio — El ángel se puso muy triste al hablar sobre el demonio. Como si ya no existiera... pero si tú dices que lo viste, no lo entiendo. —
— Yo tampoco entiendo nada, pero, estoy seguro de que era él. Azira, tenemos que decirle al ángel. —
— Pero dijo que volvería cuando encontrara forma de quitarnos estas... ¿Habilidades? Ya no sé, si debamos decirlo así, dijo que eran milagros, me asusta todo esto... —
— También dijo que no debemos usarlas, dijo que estábamos en peligro. — Crow se preocupa, mira a Azira y solo piensa en protegerlo, pero no sabe exactamente de qué, lo único de lo que es consciente, es el hecho de que él puede controlar sus poderes mucho mejor que Azira y sabe que tiene que ayudarlo a controlar sus emociones, no quiere que nadie le haga daño, no quiere volver a verlo lastimado, luego de todo lo que pasó con Brandon, solo quiere cuidarlo.
— Otro secreto que ocultar a nuestros padres... — dice Azira tristemente, para él no es nada fácil ocultar cosas, por mucho que ha mejorado y se ha liberado al menos un poco, aun así sigue siendo increíblemente difícil para él.
Crow toma su mano, se ponen de pie y caminan lentamente saliendo del parque.
— No te angusties, al menos ya sabemos de dónde provienen estos poderes. — le tranquiliza el pelirrojo.
— ¿Cómo se supone que no voy a usarlos? Si ni siquiera puedo controlarlos. —
— Te ayudaré, soy tu novio... bueno, por algunas horas... pero, no voy a dejar que nada te pase. —
Azira se abalanza abrazando a Crow, haciendo sonreír al pelirrojo.
— Estamos juntos en esto. —
— Así es, mi ángel. —
Cuando llegan a la puerta de la casa de Azira, están tomados de la mano mirándose frente a frente.
Crow lo suelta para quitarse las gafas y guardarlas en su bolsillo, Azira lo mira con una sonrisa traviesa mientras el pelirrojo vuelve a tomar su mano.
— ¿Me vas a dar un beso? —
— ... Sí... ¿Por qué? ... —
— Curiosidad. —
— Bueno, si no quieres, yo... —
Azira es quien lo besa, de hecho lo calla con un beso, Crow se siente muy contento con eso, un beso corto, pero muy tierno para ambos, al separarse miran ambos a otro lado, aún sienten esos nervios extraños y sin sentido de mirarse luego de darse un beso.
El pelirrojo respira profundo y lo mira con seriedad, aún no quiere soltar sus manos.
— Escúchame, quiero que sepas algo, sé que lo que pasó hoy es... muy aterrador, me refiero, lo que nos dijo el ángel y yo sinceramente estoy asustado, sigo pensando que todo es un sueño, pero, todo esto está pasando, y me refiero a todo, recuerda que hoy es un día especial, para nosotros... —