El miedo de Azira va creciendo con los días, y comienza a descontrolar sus emociones, definitivamente Crow hace un mejor trabajo que él en eso, ya que él simplemente no utiliza el poder para nada, porque sabe cómo manejarlo. Pero Azira, por otro lado, ahora pensando en la noticia que el ángel les dio, del peligro, está aguantando muchas cosas.
Con los exámenes acercándose. Crow sabe que debe aprovechar a su inteligente novio para que le ayude a estudiar y sobre todo, para pasar más tiempo con él.
— Mira, ¿Lo ves? Ahí está de nuevo. — Están en el teatro nuevamente, Azira está enfadado consigo mismo porque las cortinas no dejan de subir y bajar, una y otra vez. Crow lo mira con preocupación.
— ¿Qué te tiene tan estresado? Los exámenes no son un problema para ti, para que tu poder se esté mostrando de esa manera, debe haber algo que te tiene muy angustiado. —
— ¿Es en serio Crow? ¿Acaso no recuerdas que el ángel dijo que estamos en peligro? ¡Soy un completo desastre! —
— Debes relajarte, él encontrará una solución, simplemente dijo que no usemos el poder y... —
— ¡Pero yo no lo controlo! —
— De acuerdo, cálmate, mírame. — Crow se quita las gafas, las deja en su regazo y toma ambas manos de su novio y lo mira a los ojos.
— Respira profundo. — le dice, Azira le hace caso — Ahora dime, ¿Estás así por eso o hay algo más? —
— Es todo, no controlo mi poder y usarlo nos pone en peligro, entonces me preocupo por intentar controlarlo y al mismo tiempo me asusto de no poder hacerlo y siento que me voy a volver loco y... —
Crow lo calla con un beso, que se convierte en muchos besos cortos y finaliza con uno en su mejilla, al separarse se percata de que los ojos de Azira están enrojeciendo.
— No vayas a llorar, por favor. —
— Es que no estoy bien. —
Crow lo abraza y acaricia su espalda.
— Te ayudaré, siempre, solo debes tomar mis manos, y respirar profundo, como ahora. —
Pero lo que Crow no sabe es que en la mente de Azira hay mucho más que solo ese miedo al peligro, no le gusta tener que ocultarle a sus padres su relación con Crow, y no tiene que hacerlo en realidad, simplemente no sabe como tener la conversación. Sabe que sus padres no son malas personas, pero aun así siente mucho miedo. Y eso no es todo, ahora que conoce su origen y que fue creado por un ser celestial, le cuesta tener que ocultarlo todo.
Todo parece ser más sencillo para Crow, es por eso que el rubio se siente frustrado, no le gusta ser un manojo de nervios cuando debería calmarse, pero no puede.
— Yo trato de ser igual de relajado, como tú, pero no puedo sentirme nunca en paz, es como si todo el tiempo fuera a llover sobre mí, y aunque ame la belleza de la lluvia, me podría enfermar y necesito volver a sentir el sol. —
— Lees muchos libros. —
— ¿Qué? —
— Nada, hablando de libros, ¿Vas a ayudarme a estudiar para los exámenes? —
— Creí que no te importaban las calificaciones. —
— Bueno, mmm, en realidad no, pero, tengo que aprovechar a mi inteligente novio, y además, podríamos, no sé, pasar más tiempo juntos, ya sabes 'estudiando'— hace comillas con los dedos, mirándolo con una sonrisa traviesa.
Azira se pone tímido.
— Claro que voy a ayudarte, tonto. —
— Me lo debes, intento ayudarte a usar tu poder... así que...— le bromea el pelirrojo.
— Que conste que solo lo haré porque eres mi novio. —
— Tu adorado novio. — le dice, provocando una sonrisa nerviosa en Azira.
Suena la campana dando fin al refrigerio, Azira se apresura a irse, Crow se queda viendo como su novio se aleja a la salida del teatro mientras él no quiere levantarse, ya que se siente muy cómodo donde está.
— Entonces ¿Mañana saliendo de la escuela? ¿En mi casa? — le pregunta levantando la voz.
Azira se gira, nervioso.
— ¿Qué? ¿En... en tu casa? —
— Seep. —
El rubio sale del teatro nervioso pensando en que al fin va a conocer a los padres de Crow.
Crow se queda pensando en que lo nota muy distinto, en que se lo ve más triste y sabe que es difícil para él, pero le gustaría poder ayudarlo a sentirse mejor, y no sabe cómo hacerlo. Es como si la luz que tenía se estuviera apagando por la presión que siente, y no le gusta verlo así.
Una hora después, Azira está en clase, intentando concentrarse únicamente en la clase y dejando cualquier otro tipo de preocupación en su mente, pero el lápiz en su mesa comienza a temblar, rápidamente lo sostiene para detenerlo. Pide permiso para ir al baño, una vez allí abre el grifo y junta agua en sus manos, se lava el rostro incontables veces intentando sentirse mejor, pero no puede, se frustra consigo mismo por seguir usando el don involuntariamente, se siente inútil, se mira en el espejo y suspira al ver su reflejo.
— Soy ridículo. — se dice a sí mismo.
Vuelve a mojar su rostro, no se siente mejor.
Un rostro muy familiar entra al baño, apenas lo ve, lo recuerda, era uno de los que solía molestarlo por su forma de vestir, era amigo de Brandon. Por un segundo cree que esa pesadilla del bullying volverá y siente miedo, pero el chico se ve triste, antes de que Azira pudiera salir del baño, este lo mira.
— Espera ¡Azira! — el rubio se gira, desconcertado al oír su nombre.