Los tiempos gloriosos del demonio celestial están por venir, se repite una y otra vez estando en su cueva infernal, el lugar donde se a escondido durante miles de años, esperando con ansias el tiempo suficiente para poder llevar a cabo su venganza, para poder llevar a una nueva era.
El demonio ve su gran ejercito de espectros que están en su dominio, sabe que no son muy poderosos pero poco a poco los que a entrenado han logrado una buena energía demoniaca, aunque si tuviera a la última profecía estos se domarían a la perfección.
El demonio celestial está desesperado por obtener a la última profecía, pero por alguna razón no a tomado cartas en el asunto, sabe quién es su madre y sobre todo lo que implicara, pero a su antiguo yo del pasado eso lo hubiera detenido, pero el ser demoniaco que es en este momento la desea a su lado, desea a esa joven que gobierne a su lado para ser los demonios dominantes de los reinos y llevar todo a un nuevo nivel.
Mientras la niebla y el veneno lo rodean en el inframundo en su pequeño y grande lugar el demonio celestial está pensando en su estrategia, no le interesa la sobrevivencia del equilibrio para que el mundo celestial prevalezca, solo le interesa sus propios planes y sobre todo la extinción de los seres que tanto lo destruyeron hasta convertirse en el gran poderoso que es hoy.
El demonio observa a sus creaciones, sabe que aún no son perfectos y algunos no pueden soportar la transformación y son eliminados al momento pero algunos son fuertes y son entrenados después de convertirse en sus espectros, aunque lo desesperan siempre han sido de gran ayuda.
Sin mirar atrás el demonio se adentra a la enorme picana de sangre que tiene en su escondite, tiene la sangre de muchos seres celestiales y demonios que lo ayudan a poder refrescar su mente, lo ayudan a poder alimentarse cada milímetro de su cuerpo y sobre todo lo ayuda a su esencia demoniaca prevalezca.
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Una pequeña aldea está siendo derrocada por el demonio antigua, goza de tanto placer al deshacerse de esos pequeños demonios en el inframundo supremo que a adoptado por mantenerse en esta posición por algunas semanas más, la batalla con los inmortales lo a dejado agotado y ahora siente que su poder va aumentando.
Los demonios que viven en la aldea son debajo nivel demoniaco por eso sus insistente lucha para derrotar al demonio supremo es en vano, ni siquiera pueden destruir por todo a los espectros que acompañan al demonio antiguo y sobre todo ninguno de ellos a podido convertirse en un espectro.
Los demonios luchan por sobrevivir y defender a sus familias, son demonios que nunca han salido más allá de sus límites debido a que saben los niveles de veneno que no se tienen en otros lugares, en la aldea tienen todo el veneno necesario para sobrevivir por generaciones.
Un pequeño grupo de soldados demoniacos que están en misión en las profundidades del inframundo por semanas se percata de algo inusual en una aldea cercana, el demonio Mictan el segundo al mando de los soldados se percata de dicha situación, haciendo intervención ante el ataque.
Sin pensar los demonios que están en misión se adentran a la batalla, dando ayuda a los demonios que la habitan y sin saber en lo más mínimo que son esas cosas negras que parecen sombras, esta misión es muy importante para cada uno de los demonios presentes, debido a que sería el inicio de un nuevo rango y respetuosa reputación en el reino demoniaco.
El demonio Mictan está más que entusiasmado con la idea de llegar al reino demoniaco lo más pronto posible con su nuevo rango y por fin poder ser digno de la princesa demoniaca, su gran amor desde la infancia y que siempre a protegido ante todo momento, pero ahora se a propuesto ser un demonio respetado y con un rango más alto para poder desposarla en su futuro.
El demonio antiguo se percató de la presencia de algunos demonios que no pertenecen al inframundo supremo aunque son seres normales ante sus ojos, siente un poder mayor que el de estos insignificantes demonios que está atacando e incluso siente que ellos podrían ser su mayor atribución a el ejército del demonio celestial.
Los soldados demoniacos se percataron de un a energía mayor demoniaca que la de esas sombras que los están atacando, están peleando con su espíritu demoniaco y sus armas infernales, dando todo para luchar en una gran batalla que no saben a donde los llevara, en el tiempo que llevan sin conexión ante su reino jamás habían vivido una presencia tan poderosa como la del demonio que está delante de ellos.