El reino naturaleza está de fiesta por la bendición de su diosa, esta tan cubierto de magia y esencia completamente pura, los seres mágicos que lo habitan sienten una vitalidad tan poderosa que alimentan su misma esencia, alimentan sus plantas, alimentan sus hiervas y espíritu para un mejor futuro.
Iris está sorprendida al igual que todos los presentes, jamás se imaginó que su madre la presentaría como su hija o quizás todos los presentes en este hermoso lugar son hijos de la diosa naturaleza, por alguna extraña razón tiene muchos nervios y siente un jalón en su interior.
Iris observa al hermoso hombre que tiene a su lado, sus hermosos ojos azules la penetran de una manera que se siente desnuda, se siente vulnerable y al mismo tiempo la mujer más fuerte y valiente para afrontar cualquier obstáculo e incluso desastre que se le pueda poner en su camino.
Por alguna razón la diosa naturaleza se encuentra nerviosa, como si algo la alertara, pero este momento lo había soñado siempre, darle la bendición a su hija, a la heredera de su reino y que quedara en equilibrio si algo llega a pasar.
Iris duda de si misma al acercarse a la diosa durante este gran evento, no tiene ni idea de que es lo que esté haciendo pero el impulso que tiene de ir y lanzarse entre los brazos de su madre, de la mujer que siempre a estado con ella en cada etapa de su existencia hace que avance al lado de la diosa.
Todos los espectadores están tan interesados en la humana que están viendo, su esencia es de un ser mágico pero su apariencia es de una humana con una belleza que jamás pensaron que un humano pudiera tener, pero la misma diosa les indico que pertenece al reino naturaleza y por esa razón ellos están más que asombrados.
Iris no comprende por qué todos se quedan casi con la boca abierta, empiezan a murmurar algo y los nervios que siente aumentan, quizás no la ven de buena gana y ahora tendrá que marcharse de este hermoso lugar, pero teme más por alejarse de la diosa que por no ser aceptada por los seres que viven en este lugar.
Nadie se percató de la presencia de la diosa suprema y sobre todo el asombro que tiene la diosa naturaleza por verla en su reino, por exponer a Iris a que la conociera es lo que más temor tiene.
La diosa suprema observa nuevamente a la pequeña humana que se desvaneció delante de sus ojos hace unas horas atrás, al momento entendió que no era humana pero su apariencia es aun de un mundano y su esencia es más poderosa y ahora si puede identificar la procedencia del reino naturaleza en su alma.
La diosa suprema mira a su heredero que se encuentra a su lado, sabe cuál es el temperamento de su propia madre y sobre todo la razón por la cual le gusta que todos hagan lo que ella misma exige, pero su hijo es tan diferente a ella en algunas cosas y tan igual en otras que desconoce cuál sería su reacción si ella quisiera aniquilar a la humana en este momento.
La diosa naturaleza observa el cofre dorado que tiene delante, sonríe para si misma y no mostrar lo nerviosa que esta, sabe que aceptar esta ofrenda es como vender su propia alma, eso le paso a una de sus hermanas que por suerte sigue viva a comparación de su hermana mayor.