Lovath

¡He has not got a clue?!

—¿Enserio no fuiste tú quien dejó el sobre en mi casa?

—Por enésima vez Amarie, no fui yo, ni siquiera tengo tus papeles. —responde Ekain irritado.

—No tengo otra explicación. —digo pensativa.

—Tal vez fue tu instituto, como se dieron cuenta que no te decidiste ellos enviaron tu proyecto y me alegra que lo hayan hecho.

—Sin mi consentimiento no pueden enviar nada.

Ekain se queda pensativo ya que él estaba convencido de que el instituto fue quien hizo todo esto.

—Debemos salir de dudas, te acompaño al instituto.

Asiento con la cabeza y empezamos a caminar.

A menos de que exista alguna especie de padrino mágico, o algún hada madrina no le encuentro nada de lógica a todo esto.

Un fuerte dolor en el pecho hace que grite, acaparando la atención de todas las personas.

—¡Mierda!, ¿Qué pasó? —pregunta Ekain.

—Me acaban de apuñalar. —digo sujetandome el pecho.

—¿QUÉ? —grita Ekain sorprendido—, en que momento, déjame ver.

—No seas menso, como me va apuñalar si estoy a centímetros de ti —digo con obviedad—, me dio una punzada muy fuerte en el corazón.

Ekain me mira con cara de pocos amigos y yo me empiezo a reír como loca, él empieza a caminar molesto y lo sigo, sé que su enojo le durará menos de 10 minutos sin embargo no digo nada.

Ekain es de las personas que siempre tiene tema de conversación, no importa cuan absurdo sea, con él nunca existen silencios incómodos.

Me está contando una historia mientras atravesamos un mini bosque para cortar un poco de camino y llegar más rápido al instituto.

—Estás diciendo que en aquí murió una familia entera a sangre fría. —digo aterrada.

—Sí, nadie sabe muy bien pero la familia murió el mismo día que estaban esparciendo las cenizas de su hija desaparecida, aunque hay rumores que existe un sobreviviente.

—¿Por qué desapareció su hija? —pregunto intrigada.

—Los registros del caso dicen que había sido secuestrada donde fue brutalmente agredida, meses después murió en el hospital.

Ekain se queda un momento callado, todo está en absoluto silencio.

—¿Qué pasó? —pregunto en un susurro.

—Están parados justo en el lugar donde se esparcieron las cenizas. —dice una voz ronca.

Ekain me toma de la mano y empezamos a correr lo más rápido que podemos sin regresar a ver.

Salimos del bosque y mi corazón amenaza con salirse de mi pecho.

—¿Qué diablos fue eso? —pregunto aún con mi respiración agitada.

—No tengo idea y tampoco lo quiero averiguar. —responde.

Seguimos caminando sin decir una sola palabra ya que ninguno de los dos tiene alguna explicación lógica a todo esto, en realidad nada de esto tiene sentido.

Entramos a la oficina del decano y el olor a incienso atraviesa mis fosas nasales, no tengo nada contra el incienso pero no tolero el olor a canela.

El decano está en una llamada y me hace un gesto para que nos sentemos.

—Te parece si te espero afuera, no quiero incomodar. —susurra Ekain.

—¿Miedoso Potter? —bromeo—, esta bien esperame afuera, si puedes consigueme algo para desayunar, no he comido nada y ya estoy viendo borroso.

Ekain asiente y sale de la oficina.

Después de 15 minutos el decano me sonríe.

—Mil disculpas señorita Zetti, cuénteme ¿cuál es el motivo de su visita?

—Me llegó una carta de aceptación para estudiar en Melie Film University.

—¡FELICITACIONES! —dice animado—, sabía que la iban aceptar. Fue una de las mejores estudiantes que tuvo el instituto. Estoy muy orgulloso de usted.

—Gracias, el problema aquí es que yo no envié mi proyecto. —digo elevando mi ceja.

El decano quita de golpe su sonrisa transformando su rostro en una gran incógnita.

—¿Entonces como obtuvo la carta de aceptación?

—Es una gran pregunta y no sé cómo responder, pensé que ustedes fueron los que enviaron mi proyecto junto con mis datos.

—¡No! —exclama con rapidez—, quiero decir, nosotros tenemos reglas y una de ellas dice que no podemos actuar sin consentimiento del estudiante.

—Las reglas son muy fáciles de romper, ¿No cree?

Salgo de la oficina y no encuentro a Ekain por ningún lado, así que voy a la cafetería porque seguramente está comprandome comida.

No le creí nada al decano de lo que me dijo, sé que él me está ocultando algo y yo voy a descubrirlo.

Espero a que Ekain pague lo que compro para ya irnos del instituto.

—No entiendo en realidad cual es el problema —dice Ekain—, no te están culpando de asesinato. Sólo vas a ir a la universidad.



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En el texto hay: misterio, novela juvenil, romance

Editado: 27.09.2021

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