Lovath

El destino y sus increíbles misterios

Después de dos semanas con una ardua investigación junto con Ekain llegamos a la decisión que debía tomar esta oportunidad que me estaba brindando la vida, además aún no sé si pasaré o no la entrevista.

Atención el vuelo 444 con destino a Francia está a punto de despegar favor acercarse a la entrada 8.

Me levanto de mi asiento para abordar son ocho horas de viaje, espero no se presente ningún contratiempo.

Busco mi asiento en el avión y los nervios empiezan apoderarse de mí, no sé cómo se siente estar en el aire

¿Que tal si el avión se cae?

¿Que tal si hay una bomba escondida en el avión?

¿Que tal si el avión se pierde en el aire?

Tranquila, no hagas películas antes de tiempo.

Todo está pasando demasiado rápido, ¿es normal que las cosas se den así de un día para el otro?, estoy a un paso de empezar el mejor viaje de mi vida y no me refiero al del avión, me refiero a que si me aceptan empezaré a estudiar.

Es tan irreal todo esto.

Un muchacho se sienta a mi lado.

—¿Disculpa, sabes donde puedo pedir calmantes? —me pregunta

Lo miro confundida.

—Es la primera vez que estoy en un avión y le tengo miedo a las alturas

—me explica—, me dijeron que aquí me podían dar algún calmante.

Sonrío porque a medida que habla sus mejillas se vuelven coloradas y le da un aspecto tierno.

—Tranquilo, mucho gusto soy Amarie —extiendo mi mano—, no puedo ayudarte con esa información porque también es mi primera vez.

Intento crear un espacio donde él se pueda sentir cómodo ya que con lo poco que vi pude notar que es una persona tímida y debe ser difícil para él todo esto.

—Soy Luos —toma mi mano—, te ves muy segura como para ser tu primera vez.

—Me encanta tu nombre —lo halago—, no todo es lo que parece, pero mírale el lado bueno ya no estás solo en esto. —sonrío.

La azafata empieza a dar indicaciones antes de que el avión despegue y puedo notar a Luos cuan concentrado está, tanto así que ni siquiera parpadea.

Cuando el avión despega Luos toma mi mano y la aprieta con fuerza, tiene sus ojos cerrados y le doy su momento para que tenga confianza. En lo que respecta a mí no fue tan aterrador como lo imaginé.

—¿Estás bien? —pregunto.

Él solo asiente con la cabeza, aún sostiene mi mano pero ya no la sujeta con fuerza.

—¿Qué harás en Francia? —pregunto curiosa.

—Hace varios meses envié mi casting para que me aceptarán como modelo —dice entusiasmado—, lastimosamente las cosas no se dieron como yo pensaba. —su voz se torna triste.

—¿Por qué lo dices, no querías que te acepten?

—Todo lo contrario, jamás me imagine que lo harían —suspira—, lo que pasa es que me llamaron el 08 de agosto porque el modelo principal fue brutalmente agredido ya ha pasado un mes y aún está luchando entre la vida y la muerte y si no se recupera pronto yo soy el “afortunado” que lo sustituirá. —me da una sonrisa falsa.

—¡Oh entiendo!, a veces las cosas se dan de maneras que no imaginamos, pero así es la vida, nunca nada es perfecto y aunque el mundo se este cayendo a pedazos, cuando es tu momento, es tu momento. La función siempre debe continuar. Además, si te aceptaron es porque vieron lo talentoso que eres y mereces estar ahí. —trato de animarlo.

—Supongo que si. —dice elevando sus hombros.

—Tranquilo no te ofusques, sé que puede sonar cruel todo lo que te dije, pero cuando pasan este tipo de situaciones nos damos cuenta cuan corta es la vida y muchas veces la desperdiciamos sufriendo, quejándonos, criticándonos, odiándonos, tratando de cumplir las expectativas de los demás. Nos frustramos tanto que olvidamos como vivir. Tal vez inconscientemente nos programamos de esa manera porque si lo analizas es un patrón que casi la mayoría de personas tiene y creemos que estamos “viviendo”.

Luos me mira pensativo y no dice nada.

Después de esa plática que tuvimos Luos me empezó a contar un poco de su vida, de las caídas que tuvo cuando era pequeño, de como creía que la luna lo seguía y me reí porque yo también pensaba que la luna me seguía tanto así que me sentía especial y súper poderosa.

Luos me empieza a preguntar cual es mi color favorito, mi película favorita, cual es mi número favorito, cual es la caída más graciosa que tuve de pequeña y me pide mis redes sociales.

—No te creo que no tengas redes sociales, ahora todo el mundo las tiene. —dice sorprendido.

—Entonces vengo de otro planeta porque yo no, ni siquiera tengo celular. —digo restándole importancia.

Llegamos al Aereopuerto de Bertline y con Luos decidimos ir al mismo hotel ya que él no quiere ir al que su agencia reservo y yo no quiero ir al que me reservaron ya que me estoy arriesgando demasiado con el simple hecho de haber venido.

—¿Estás seguro que no tendrás problemas? —pregunto preocupada.



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En el texto hay: misterio, novela juvenil, romance

Editado: 27.09.2021

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