Hanna
Estaba intentando procesar todo lo que me había dicho
Alan, no sabía si creerle o no, todo se me estaba
pareciendo muy confuso en este momento, no sabía
que pensar o en quien creer solo quería pensar que
todo esto era una pesadilla de la cual iba a despertar,
tuve que sentarme en un costado de la cama para evitar
caerme por lo confundida que estaba.
Alan: Hey… tranquila todo estará bien ¿ok?
Escuchar esas palabras me hacía sentir una gran ira, no
sabía porque pero lo único que sentía era ira.
Hanna: ¿Cómo piensas que puedo estar tranquila?
Dije lo más exaltada posible, mientras me paraba para
caminar en círculos por toda la habitación.
Hanna: Primero una criatura aparece en mi casa y casi
me mata, segundo despierto sin saber dónde estoy y
tercero no sé si creerte o no sobre lo que dijiste.
Sentía como la ira se apoderaba de mí sin razón alguna
no me sentía yo misma y mucho menos me sentía
tranquila.
Alan: Hanna mírame todo va a estar bien.
Escuche como dijo Alan mientras se incorporaba para
luego caminar en dirección a mí.
Hanna: ¡Entiende que nada está bien!
Fue lo único que hice para luego observar como Alan
salía volando hasta caer donde estaba la mesita de
noche y ver como se rompía por el impacto.
“¿Cómo rayos hice eso?” pensé pero antes de que Alan
pueda pararse, tome mi celular que se había caído del
bolsillo de Alan cuando voló y salí por la puerta
haciendo que el perro que estaba sentado al lado del
chico que se llamaba Dereck me observe, yo lo único
que hice fue bajar rápido por las escaleras e irme del
hotel en el que estaba, cuando por fin pude salir de ese
lugar saque mi teléfono y busque rápido el número de
Emma, después de unos cuantos segundos de buscar lo
encontré y rápidamente llame al número, rezaba
porque Emma tuviera el teléfono a la mano para responderme.
“Maldición, contesta Emma” pensé mientras cortaba la
llamada ya que me enviaba al buzón de voz, era la
cuarta vez que la estaba llamando y no contestaba,
estaba desorientada completamente ya que no sabía
dónde estaba o donde ubicarme.
Eliot: Sabes que tienes que ser más cautelosa al
escapar ¿verdad?
Me asuste por la voz que me hablo pero cuando me
voltee solo vi al “perro parlante” con el que me había
asustado hace un rato.
Hanna: ¿Qué haces aquí?
Eliot: Bueno puede que no sea un perro normal pero
aun así tengo algo llamado olfato.
Reí falsamente con un tono sarcástico al oír lo que dijo
el canino, pero no iba a dejar que se salga con la suya
con su “comentario gracioso”
Hanna: No te hagas el gracioso conmigo, puede que
me digas comentarios graciosos por la situación pero
aun así tú sigues siendo perro parlante.
Eliot: Ya te dije que no soy un “perro parlante”, me
llamo Eliot y me gustaría que dejes de llamarme con el
apodo de “perro parlante”.
Hanna: ¿Acaso eso no es lo que eres?
Antes de que me diga algo más para defenderse, mi
teléfono comenzó a vibrar, observe que el número era
de Emma así que conteste rápido antes de que me
corte.
Hanna: ¿Emma eres tú?
Emma: Gracias a Dios me contestas, Hanna pero
enserio como se te ocurre dejarme aquí sola sin
ninguna compañía.
Hanna: ¿Acaso tus papas no han regresado?
Emma: Me llamaron y dijeron que un asunto algo raro
ocurrió y que ahora ya no pueden venir.
Hanna: ¿Esa excusa no te la pusieron ya unas 12
veces?
Emma: Si pero parece que la siguen utilizando pero
bueno… será mejor que me digas donde estas a menos
que cuando llegues acá yo te quiera matar por dejarme
sola.
Hanna: Bueno, te diría donde estoy si no fuera porque
ni yo misma se dónde me encuentro.
Emma: ¿Espera te perdiste?
Hanna: Dije que no sé dónde estoy, no que me perdí.
Emma: Pero si es lo mismo.
Hanna: Bueno dilo como tú quieras pero creo que no
podré ir a donde estás tú.
Emma: Espera un momento podrías activar tú GPS.
Hanna: Claro.
Y así como lo dijo mi amiga, active el GPS de mí
celular.
Hanna: Listo, ya está.
Emma: Funciono, ahora ya sé dónde estás, quédate ahí
ahorita voy para allá.
Hanna: Gracias Emma.
Emma: No hay de que, además recuerda que somos
amigas.
Y después de eso corto la llamada, me sentía aliviada
al saber que pronto mi amiga estaría aquí conmigo, al
fin y al cabo íbamos a olvidar todo lo que estaba
pasando y pensaríamos que solo fue una pesadilla.
Eliot: Sabes que te tengo que acompañar ¿verdad?
Me voltee al oír nuevamente esa voz tan familiar.
Hanna: Sabes que me puedo cuidar sola además no
necesito de una escolta canina.
Eliot: Si pero quien te va a proteger entonces de esos
demonio.
Hanna: Solo voy fingir que no te escucho porque por
nada del mundo estaré escuchándote todo el rato.
Eliot: Decidas lo que decidas yo te seguiré
acompañando.
Hanna: Claro.
Lo último que dije lo hice con sarcasmo ya que no
estaba de ánimos para ver cómo la gente se paraba a
mi lado observando como hablaba con un perro como
si fuera una loca.
Los minutos pasaron y todavía no llegaba Emma,