CAPÍTULO 30 ¡BUENA ÁMBAR!
Ámbar
09 de Julio 2018
8:30 a.m.
Todas lo miran
Babean por él
Pero la única que lo tiene a su lado cada mañana soy yo
El fin de semana había pasado volando , al igual las cosas en la empresa se habían acumulado por montón.
Tenía que transferir 10 documentos al sistema de la empresa y mandar 15 planos fuera del país.
Las cosas se habían puesto bien entre Octavio y yo.
Eso parece
Pero hoy , los dos estábamos con mucho trabajo , así que al parecer no nos íbamos a ver en todo el día.
— Yo voy a ver a Octavio quieras o no — levante mi mirada cansada para ver a una mujer muy bella se acercaba con rapidez con esos tacones de 10 centímetros de largo
Yo estaría muerta con aquellos puestos
— Muchacha — la mire . Pero me di cuenta de lo que tenía que hacer.
— Buenos días. En estos momentos en señor Black no está disponible para nadie... – trato de explicar
— Chiquilla, ese hombre tiene tiempo para mí — dijo con cierto ego notorio en su voz . Me interpuse en la puerta del despacho de Octavio para que ella no entrará — Chiquilla tienes que moverte rápido — negué con la cabeza. Mire por uno de sus costado y estaban dos tipos intentando detenerla, que no puede entrar
— Lo siento mucho , pero mi jefe me ha pedido que nadie lo molestara – se me estaba acabando la paciencia con ella — se podrían llevar a a la señora por favor — extendí mi brazo para que los hombres se lleven a esa loca que lo único que esta logrando es que este causando incomodidad a todos
En qué te has metido Octavio.
Bueno…
—¡Mira muchacha de cuarta! ¡ese hombre siempre tiene tiem...
— ¡A mí no me grite señora! ¡A mí no me grite ! — le respondo a la que exigía verlo. Los ojos furiosos de ella no iban a poder contra mi, hasta sus pestañas parecen mal puestas
Unos brazos tomaron desde atrás mi cintura apartandome de la puerta llegando a estremecerme cuando me da la vuelta
Debió haberlo escuchado
Octavio me escuchó.
—¿Que pasa Ámbar? — pregunto mirándome. Apunte levemente a la mujer pelirroja — Marianne ¿Qué haces aquí? — pregunto él muy sorprendido.
La mujer esa se lanzó a sus brazos empujándome lejos de ellos ,al parecer le dice algo al oido. Mire con la boca abierta , cuando esa mujer intento tocarle el pene descabelladamente frente a todo el personal, sobre todo frente mio.
Hice movimientos con mis manos para que Octavio me viera, este luchaba por alejarla la mujer se aferró tanto a él que la rabia se apodera de mi cabeza. Hablamos de intentarlo. Bueno voy hacerle el mismo teatro que me hizo la semana pesada.
— Disculpe — toque el hombro de esa mujer con poca paciencia. Esta solo giro a mirarme sin dejar de apoyarse en él como si le fuera indispensable — Ya dejará de manosear a mi novio de una vez por todas — dije con alegría agridulce . sino estuviera enfadada me reiría por lo que hacía en este instante, sino por la cara que puso alejándose un poco de él solo un poco
— Estás muchachas ha no respetan a su jefe . Deberías despedirla Octavio además tú siempre tienes tiempo para mí ¿Verdad? — quería sacarme los tacones de punta y metérselo por lo ancho de su cabezota por tarada
No capta al parecer
¡Dios que estoy pensando ahora!
Qué no sea una de las mujeres con la que él se haya acostado, porque juro hacerle un show y arrancarle cada mechón de pelo delante de todos dejandola si es posiblemente calva
— ¿Octavio? — pregunté cruzando mis brazos. Este puso un alto, alejandola de él. Si el tenía celos de que cualquier hombre me hablara yo también tenía sus mismos derechos de hacerlo mucho mas grande
— Marianne, realmente no tengo tiempo. Estoy con mucho trabajo y estresado desde ya y mi pareja esta presente, lárgate ya mismo
— Tu sabes que dentro de dos horas. Puedes venir al hotel que me quedó y poder ... Ayudarte — la mujer esa quiere pasarse de lista, negué enojada ya con Octavio.
— Podrías dejar de manosear a mi novio por favor — la jale bruscamente alejandola de él. Esta retrocedió mirandome molesta le sonreí cinicamente. Me acerqué a Octavio, no era nada de lo que estaba alejada. Me puse delante de ella y teniendo a Octavio con la lengua trabada. No me iba a intimidar — mire SEÑORA, no estoy para aguantar a una mojigata viniendo a manosear a mi hombre ¿Quedó claro? Él y yo — apunte a los dos — Somos pareja. Que quede eso en su cabeza y no necesita de usted. Ahora sí se puede largar de una buena vez — una mano impacto en mi mejilla , intenté taparmelo pero un cuerpo me giro poniéndose delante mío. En señal de escudo ante ella
— ¡No te voy a permitir tu osadía! – grita furiosa
— Yo no te voy a permitir que toques un pelo de mi mujer ¡¿Entendido?! — grito Black.
— Cállate puta — grite de relleno, ya que al parecer él quería decirselo
— Este puta lo hacia gritar de placer quieras o no mojigata — se acercó bastante como para decirnos a ambos. Intenté salir de detrás de Black , pero su brazo me sostenía en ese lugar. Logré agarrarle un mechón de pelo tirandola al suelo. Reí por lo que hice mientras esa mujer me gritaba. Entre la gran espalda de Octavio. Los trabajadores de las otras oficinas nos veían. — Zorra de quinta — musitó levantándose del suelo. Me iba a lanzar a ella si no fuese por los brazos de Octavio reteniendo me de la cintura.
— Paúl llévate a Marianne fuera de la empresa. No estoy de humor. Mi mujer está fuera de control por culpa de ella — levanté la cabeza y pude ver a Paúl con una sonrisa acercándose a nosotros. Tomo a la pelirroja en brazos sacándola de aquí, poco a poco. Mientras que Black me sostenía de la cintura.
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Editado: 25.01.2023