Manipulada Por Mi Jefe

CAPITULO 37 TE QUIERO

CAPITULO 37 TE QUIERO

Octavio

12 de Julio 2018

14:04 P.M.

Podríamos terminar de escribirlo
Busquemos el final feliz

Los ojos de Ámbar estaban fijos en las calles de la ciudad, por medio del espejo retrovisor veo que él no deja de jugar con sus manos evitando a toda costa a su hermana

Ámbar aun tiene marcado en sus mejillas sus lágrimas de pesar.

Odio verla así

Parece pérdida en si misma, sin decir palabra alguna.

Al parecer, no quería hablar, apenas me tomo de la mano en el auto y se quedó así, tal vez sigue molesta conmigo, no pienso contradecirle, menos por todo lo que hice, pero en este momento,no creo que sea bueno sacar en cara algo que tal vez la altere más.

Ella llora mucho, sin pensarlo ella se queda en esa burbuja de dolor y penas, que no se como sacarla.

Tal vez, esto la trajo de nuevo con recuerdos de su pasado y por ello la tiene ahí.

La puerta se abre lentamente mientras mis hombres se mueven por toda la casa cuando entramos.

Ni bien llegamos a la mansión, Ámbar se baja apresurada del coche y cojea para adentrarse a ella sin mirarnos

— Vamos a mi oficina — Sus ojos conectaron con los míos por el espejo — Ahora — abrí mi puerta, baje y la cerré.

Camine hasta mi oficina, llegando a sentir por fin mi enojo por todos lados.

Está bien que ella me odie, que tal vez no quiere ni verme, pero lo altanero y estúpido que fue él on ella no lo voy a dejar pasar.

Entra por la puerta, temblando, aún lo trata de ocultar.

— ¿Qué te pasa? — solté mirando la imagen de Ámbar en el porta retrato de mi mesa. Ella sonreía, una sonrisa genuina— ¿Esa es la manera de tratarla?  — pregunte de nuevo, pero él no me responde

— No... No te metas esto — empieza a hablar, pero incluso su tono de hablarme es tan alzado, como si no pudiera con él — Mete en tus asuntos — Me reí sarcásticamente antes de que la ira estallara

— Eres un jodido niño de mierda. ¡Esa mujer dió hasta la jodida vida por ti! — le grite mientras lo apuntaba.

Sus ojos se abrieron de golpe e intenta hablar, pero lo hago callarse mientras me acerco a él y lo acorralo contra la pared.

Sus manos tratan de apartarme, tiembla ante ello, pero no me aparto

— Ella salvaba tu vida cada día que esa mujer intentaba pegarte — lo apuntó con mi dedo enfadado hablándole fuerte — Tú ni siquiera estuvieras vivo sin ella, y le haces esto — limpio nada amable la sangre de su mejilla me hubiera lanzado a golpearlo, pero Ámbar estaría peor si lo veo golpeado —  Te salvaba cada noche. Te encerraba en su cuarto para que no vieras lo que le hacía aquella mujer. Es tu hermana , tu sangre te guste o no

— Yo no quería hacerle eso...

— ¿A no? Huir sin decir nada, preocuparla y volver con los que ella tuvo que lidiar ¿No es nada?. ¡Esa es la forma de Pagar todo lo que tu hermana ha hecho por ti! ¿Dime? — los ojos de Ámbar quedaban marcados en mi mente,como recordatorio de que si yo hiciera algo mucho peor que dudar de ella, esos ojos no irían a su hermano,.sino a mí. Pensar en volver a verlos, me causa un terrible sabor amargo en la garganta — Tú viste cuando la marcaron. Tú lo viste. — el llanto de él era destructor, tal vez ya se arrepiente de hablarle así y tratarla mal, tal vez eso o los recuerdos te golpean con fuerza con dolor.

No se cual es el dolor de ellos, tal vez nunca sepa.

Pero he tratado con mis fuerzas, entenderla, comprenderla y ser paciente con ella.

Ella me ha perdonado, pero no debe de ser fácil hacerlo.

Debería dejar de hacer estupideces, y confiar en ella, aún cuando se fue, supo que hacer aún cuando pudo estar en peligro, ella no se rindió a volver al hotel.

He visto el amor que Ámbar les tiene a sus hermanos y como duele cuando habla de sus padres, ella hace todo lo posible para hacerlos felices, ¿Que le cuesta ver?

- Yo... No quería hacerle daño. Estoy evitando ponerle en cara porque estuvo con ese tipo, pero no tendría chiste.

Ya lo Aleje de mí.

— Ten en mente, estudia y no preocupes mas a tu hermana — el tono es de amenaza, claro aún él trata de mostrarse fuerte —  Si le pasa algo a tu hermana, la mas mínima discusión o pelea, te juro que te voy a encerrar de por vida. No vuelvas a hacerla sufrir — Salí hecho una furia.

No quería golpearlo aunque las ganas no faltaron en mis puños.

Por Ámbar, caminé hasta la puerta de nuestra habitación y la vi abierta.

Solo me calmo y hablemos, si quiere.

Doy cinco pasos adentrándome a la habitación, pero Ámbar no estaba en ella.

— ¿Ámbar? — caminé hasta el cuarto de la ropa, pero las luces estaban apagadas, busqué sn la pared el interruptor y cuando la encontré la encendí, pero no estaba. — ¿Ámbar? — Llame de nuevo, pero no había respuesta.

¿Dónde está?

Desesperado caminé hacía el baño, la puerta estaba entreabierta, la abri de golpe viendo como su cuerpo estaba tendido en el suelo.

Sangre había a su alrededor

— ¡Ámbar! — Grite aterrorizado por verla con sangre cerca de la cabeza y su pierna.

Mierda

Mierda

¿ Hace cuanto que sangra?

La tomé entre mis brazos, cargándola hasta la cama.

— Am... Am — la muevo intentando que Levante pero no lo hace. Su cuerpo apenas respiraba. — ¡Mamá! — corrí hasta la puerta de nuestra habitación — ¡Mamá ven rápido! — tendré que llevarla al médico, pero mamá es doctora.

A lo lejos se escucha los pasos por las escaleras

Mamá aparece por el pasillo con frutas en la mano.

— Mamá, ven a ver a Ámbar la he encontrado desmayada — Mamá se me acerca dándome las frutas en mis manos apartándome para entrar.

El pantalón de Ámbar, parte de su piernas estaba con una mancha roja grande.




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