CAPITULO 40 MÁGICA NOCHE
Ámbar
25 de Octubre 2018
Nueva York
06:01A. M.
Duele amarte tanto...
Aún recuerdo el momento en que me juraste amarme completamente.
Es un bonito y lindo recuerdo
Los ojos de Octavio estan fijos a los papeles que nos acaba de mostrarle la sede de Rusia
Levanta la vista a mi, y solo mueve los ojos en dirección al hombre sentado en su delante, y lo comprendo,es falso.
Asiento lentamente mientras de la carpeta entre mis manos, saco silenciosamente las pruebas de su falla total hacia nosotros, a pasos lentos me acerco a la mesa, en medio de ambos y coloco los papeles en la mesa. Mi vista se levanta un poco hacia el hombre que me mira expectante por lo que acabo de hacer.
—¿Qué es eso? — habla ruso con una sonrisa ladina en sus labios, como si fuera un depredador creyendo que su presa esta muerta. Me enrrecto y camino hasta esta cerca del sillón de Octavio, quien solo se limita a verle dudoso de todo.
— Los gastos que realmente haz malversado — hablo ruso, respondiendo por Octavio, por el simple hecho, que el ingles del hombre es malo y su idioma no se me ha hecho complicado — Tú has querido estafar a Octavio con más de 5 millones de dolares — le vuelvo a responder cuando mi inclino y abro la primeras paginas del registro de actividades que tienen aqui.
Su mirada me resalta que estoy loca, pero le señalo los papeles para que los vea, y lo hace, tomándolos bruzco y hojeando las hojas.
— ¿Qué mierda...? — le dice en ingles a Octavio, este sin tener que decir mas, se levanta de su asiento y arregla su saco — Octavio... Esto es un error — tira los papeles en la mesa, haciendo que se desparramen.
— Mentirme no es una opción Francisko Chevrolet — la postura de Octavio, son pocas las veces que llego a ver, no perdonara esto — Aparte de ello has estado reuniéndote con la mafia, ¿puedes explicar ello? — con brusquedad se levanta pateando la mesa mirándolo como indignado por sus palabras que suelta el hombre a mi lado
— ¡Mentiras! — su grito resuena en toda la oficina, comienza a mirarle y luego pasa su vista a mi — ¡ es una mierda esto! — mi limito a callarme por el hecho que puede ser riesgoso que se me salgan maldiciones en ruso que altere mucho mas a ese tipo, de un momento a otro, porque comienza a gritar nombres en ruso entran los hombres que habian estados parados en la puerta desde hace una, donde él, comenzó a dar detalles de los gastos que se han tirado con la nueva empresa, cuando ese tipo, ha estado comprando materiales no apto para la empresa.
En el futuro, ocasionaría un derrumbe fatal llevándose a muchas vidas, solo por dinero.
Siendo protegida por la espalda de Octavio, de mi muñeca hago bajar el pequeño aparato y presiono el boton que me dieron los guardias por cualquier cosa, espero que se apresuren.
— Vete de mi empresa — espeta Octavio — No voy a a dejar que me lleves a la mierda ¡Lárgate! — grita a todo pulmón, llevando un escalofrió a mi espina dorsal.
Esto se esta poniendo mas mal de lo que esperaba.
— Que me devuelva mi dinero — espeta el ruso,le susurro en vano a Octavio quien esperaba que repitiera ello. — ¡este es mi puto edificio, quiero mi dinero que he invertido! — le susurro lo que me dijo.
Octavio niega con la cabeza.
— Es mejor que huyas cobarde, la policía viene — dice él, con la cabeza un poco inclinada hacia mi. Con valentía, le traduzco al ruso, con la voz mas alto que puede mi garganta.
Gruñe
pero antes de que pase algo, la puerta es azotada por la entrada de los hombres de Octavio, quienes al parecer reducen a los que llevaban armas a sus costados.
......
Horas después
— ¿podrías decirme que dice? — evito soltar una carcajada solo por estar en un supermercado ruso y decir en voz alta aquel nombre que llev ael dulce.
La envoltura se ve tan tierna
— Dulce néctar — le respondo dejandolo asi en el carrito que lleva empujando Octavio. Ya es de noche, y tras lo que sucedio con aquellos rusos, tanto Octavio como yo estabamos con hambre, queria que fueramos a un restaurante, pero mi paladar pedia algo de comida casera, algo hecho por mi.
Y él no se nego, mas bien sus ojos brillaron ante la mención del Pique Macho; claro aunque la comida ser con ingredientes un poco distintos.
— Nos falta... — comienza a hacer memoria mientras estamos por los pasillos de verduras — Las papas, cebollas y... ¿Qué se llama eso verde? — camino hacia ellos al verlos acomodados a simple vista
— Pimentones — tomo dos de ellos y vuelvo asi el carrito, reviso viendo si me falta algo mas para cocinar, pero no. — ya esta todo — nos detenemos por un pasillo de galletas de distintos sabores que nunca habia sabido.
— Dimos una vuelta entera por esos chorizos — asiento con la cabeza, ya que es cierto. Los embutidos estaban casi del lado contrario al que estábamos comenzando — Bien — deja de apoyarse en el carrito y se me acerca, inmediatamente me pongo nerviosa ya que agarra de la cintura — Estoy deseoso de tu cocina señorita Ámbar — sonrio de lado.
— ¿Mejor que los chefs que tienes? — sin esperarlo de él, asiente frenético.
— mucho mejor que ellos — la alegría rebosa mi pecho. — Vamos a pagar — aquel brillo en sus ojos me demuestran que hay mas que palabras que puede soltar hacia mi, inesperadamente le doy un beso, no es solo un piquito, sino uno de aquellos en los cuales soy tímida cuando él mes los da.
Responde inmediatamente y dejo que nos lleve a esa nube donde simplemente dejo el dolor. Muevo mis labios al compas del suyo, es suave por unos segundos, tal vez dudando de que quiera, pero le demuestro que si, que lo quiero.
— te quiero — salen de mis labios en un susurro cuando sus labios no están lejos de los mios
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Editado: 25.01.2023