CAPITULO 47 LO PERDIDO
Ámbar
Lóndres
12 de noviembre 2018
8:25 A.M.
La sociedad es comprensible y estarán del lado de los buenos y honestos
Que gran mentirá dicen ellos mismos
Manteniendo los ojos centrados iPad, noto que vamos llegando nosotras con cinco minutos a la reunión planeada por su padre. Usar en ¡Pad de la secretaria su padre aquí en Londres me llega a confundir un poco sus anotes de ella todos esparcidos.
Es muy desordenado, datos y muchas cosas de más maneja, ella trata de explicarme mientras subo al ascensor, pero todo este mezclado con exigencias que ella misma se ha hecho durante su tiempo de trabajo.
— Esto no sirve de nada — le paso el ¡Pad enfadada por su total desorden, con razón ha habido complicaciones con muchas invitaciones en la noche de la reunión, no me lo dijeron, pero lo escuche y revise ello una hora antes. — Busca un agenda y trascríbeme reuniones, pedidos y socios que tendremos toda esta semana en la que nos quedaremos, sin rayones extras por favor — miro que el piso 34 este marcado en el tablero antes de seguir hablando — Horarios respectivos de la hora de los documentos que se trae de parte de los contadores y los planos que mandaran, todo en un orden especifico, uno tras otro de ahí, los números de las salas en que regularmente se reúnen — La impotencia y cólera irradia en este gran cuarto de ascensor que está por llegar al piso 34, donde están las cuatro oficinas más importantes de toda la compañía Black.
— Si... Señora — pongo los ojos en blanco al escucharla decir lo mismo por decima cuarta vez en al menos la hora y cuarto que he estado con ella.
Cuando el tintineo del ascensor llama mi atención salgo de ella sin esperar que me siga.
Camino apresurado hacia el cuarto de la cafetera de este piso, ignorando a las otras dos secretarias que se levantan a saludar, es un mismo uniforme de camisa y falda, con distintas costuras y con el logo del central, pero me olvide meter en mi equipaje mi uniforme, así que opte por lo más similar a ellas, una falda roja tubo hasta las rodillas, camisa blanca y tacones, nada que ver a los colores de la empresa, pero no me di el tiempo de buscar algo similar.
Dejo que la cafetera comience a mezclar el café mientras busco dos tazas para ambos que están en sus oficinas lo beban a esta hora.
Ese café con solo tres cucharaditas de azúcar y tibio casi caliente tanto para Octavio como Alexander Black.
— Yo también quiero — me giro asustada por la repentina voz femenina.
— Hey tú... — me callo cuando la vea.
Misma mini versión femenina con los rasgos Black característicos, su nariz, sus labios y es aire de superioridad que cargan a su alrededor junto a ese par de ojos azules cargados de poder sobre su laguna azul.
—Mía... — Saco otra taza del estante para ponerla sobre la mesa de madera.
Es la más menor, tiene si no me equivoco 18 o 19 años y recién ha salido de la escuela, el próximo año ira a Harvard gracias a una invitación que se le proporciono por sus propios méritos estudiantiles.
Es por eso por lo que no la he visto seguido ya que ha estado en exámenes y sus papeleos.
— ¿No deberías descansar? — su voz un poco cargada de insistencia me hace verla ya que estaba mirando a las tazas en la mesa.
Soy solo un par de años mayor que ella, pero me siento tímida al entablar una conversación con ella.
— Hay muchas cosas que realizar y como Octavio y yo nos quedaremos una semana más, quiere aliviar las cargas de tu padre, un poco — me encojo de hombros y me giro para servir el café ya listo en la jarra de vidrio. La pienso antes de quedarme callada hasta que salga — el nuevo proyecto está trayendo los ojos a más de uno en Corporación Black Holding, nos parece bueno ayudarlos acá hasta que nos vayamos — puedo seguir el ritmo si hablamos de ello.
— Lo lamento, no pude llegar, pero vi el comunicado junto a los videos en el internet — sonrío fingidamente ya que temo que me pregunte, tiende a ser imprudente, según palabras de Octavio.
— Si... espero que nos apoyes Mia — un gritito de felicidad suelta cuando sirvo en las tres tazas.
— Claro que sí, me encargare sobre la publicidad que realicemos soy muy buena en ello — la alegría filtra a lo tenso que estaba en este cuarto
— Debe de ser divertido hacer esas ediciones, he visto las de la empresa de aquí y están muy bien elaboradas — expreso batiendo el dulce en la primera taza para que se mesclen.
— Lo sé, son mis ideas las que le doy al equipo de Marketing — le paso la taza con el contenido vertido en el, lo toma entre sus manos — Gracias Cuñada — sonrío un poco impresionada y dejo de ver la taza a verla a la cara — Cuñada — y vuelvo a sonreír un poco sorprendida y a ella al verme sonríe alagada.
— Gracias... — apenas logro hablar ya que me siento tímida de alguna forma.
— Tal vez no sepa de matemáticas ni idiomas, pero tanto tu como yo somos buenas en nuestra área, gracias por no dejar solo a mi hermano — bebe de la taza después de decirme esas palabras — Y para que lo sepas, los informes que haces junto a mi hermano, también me llegan así que sé que también ayudas — vuelve a tomar un sorbo del café y sus labios se alejan de la taza y cierra los ojos, al parecer saboreando el café en su boca.
— Aunque no entre a la universidad, aprendí por medio del instituto que me especialice, algunos de mis docentes daban clases extras a las que me metía gracia a su ayuda, una que otras tesis pasaron por mis manos, yo necesitaba estar... distraída — mi cabeza palpita gracias por cambiar la última palabra.
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Editado: 25.01.2023