De las mentiras nunca sale algo bueno, pero él era parte de esa mentira. Mis sentimientos eran como las tormentas, solo vienen y destruyen cosas, en mi caso, destruía vidas.
Hasta el día de hoy nunca había sentido lo cálido del amor, de lo que significa preocuparse por alguien más que no seas tú.
Lo admito. Nunca he sido una persona que se preocupa por los demás, hasta que lo vi al borde de la muerte, hasta que pude sentir mi corazón latir por primera vez por alguien más.
La desesperación y el temor que me daba si él se abalanzaba al frente del vacío, como el que había en mi corazón. Y como había uno en su alma.