Más allá de tu oscuridad

Consecuencias

Se trata de otro individuo que por la poca luz Levana no consigue reconocer pero sea quien sea la ha salvado del otro hombre que la ha atacado y se siente enormemente agradecida, definitivamente ha sido el momento más desagradable de su vida. El atacante de la joven furioso, arremete contra el sujeto que ha frustrado sus planes, impidiéndole lograr su anhelado cometido, había estado vigilando a Levana por varios días y justamente cuando encontró el momento que tanto esperó un entrometido mandaba todo su plan a la basura. Con gran facilidad el hombre esquiva el ataque emitido por el iracundo sujeto y golpeando al individuo lo desarma aun cuando mantiene una de sus manos completamente inmóvil.

Al sentirse amenazado ante aquel desconocido, el atacante de la joven se pone de pie y decide escapar usando la obscuridad del lugar a su favor, Levana observa la silueta del hombre que gira y la observa. Con la luz tenue, Levana consigue apreciar la silueta de aquel hombre alto, de complexión atlética que se aproxima hasta donde se encuentra ella completamente en shock.

–Todo está bien, no llores–comenta estirando su brazo derecho hacia el rostro de la joven para limpiar las lágrimas de sus mejillas.

– ¡Casey!–exclama la joven abrazándose a él al reconocer su voz, ha pasado por un gran susto y reponerse no es nada sencillo.

– ¿Te encuentras bien?–cuestiona con seriedad correspondiendo aquel abrazo, ella mueve su cabeza de manera negativa–. No te preocupes, nadie volverá a molestarte.

–Gracias de verdad, me salvaste–responde la joven liberándolo de su abrazo, él se quita el abrigo negro que lleva y se lo coloca para cubrirla.

–Tranquila, te acompañare a casa, vamos.

Casey pasa su brazo por los hombros de la joven que aun se encuentra muy asustada por lo sucedido y avanza abrazada a él. «Ese idiota pagará muy caro lo que ha hecho.» piensa el hombre con seriedad mientras avanza al lado de Levana. Él se encontraba tranquilamente descansando en su hogar cuando un deseo irrefrenable de ver a Levana lo invadió por lo que decidió presentarse en ese lugar, no pretendía acercarse ni hablarle por lo que al verla descender del trasporte decidió seguirla a una distancia prudente desde el automóvil que lo trasportaba. De pronto, se percató de lo que sucedía y de inmediato se decidió intervenir, ordenó que detuvieran el automóvil y descendió comenzando a avanzar por la acera, debido a que se encontraba a una distancia prudente para que ella no se percatará de su presencia demoró en alcanzarlos. Especialmente cuando ingresaron en ese callejón, únicamente logro ubicarlos cuando la joven grito y consiguió por fin salvarla de las garras de aquel despreciable individuo.

Aun siente su sangre hervir de rabia y su sed de venganza no se apagará hasta que haga pagar a ese individuo por sus acciones; sin embargo, su prioridad en ese momento es llevar a la joven a su hogar para que pueda sentirse segura y tranquila. Al llegar a donde se encuentra el vehículo que lo transportaba, ayuda a la joven para que pueda subir, una vez que ella se encuentra en el interior, él con un ademán llama a un par de sus hombres.

–Busquen a ese hombre y encárguense, quiero que pague lo que ha intentado hacer–indica con seriedad a los individuos que lo han acompañado, se encuentra lleno de ira y todo lo que quiere es que ese miserable sufra las consecuencias de sus actos–. Ustedes ya saben qué y cómo deben hacerlo.

Comprendiendo de manera inmediata los deseos de su jefe, los hombres comienzan su búsqueda, por suerte para ellos e infortunio de aquel individuo, habían conseguido verlo perfectamente bien y confiaban en conseguir ubicarlo. Siendo completamente consientes que más que intentar, deben lograr cumplir a la perfección la orden que han recibido o la ira del jefe se desahogara sobre ellos. Casey Miracle no es precisamente el ser más justo del mundo y conociéndolo como lo hacían, no podían arriesgarse ni un poco a defraudar los deseos del jefe. Casey sube al automóvil al lado de la joven en el asiento de pasajeros y con un ademán le indica al hombre que conduce que avance en dirección al hogar de Levana. Muy poco tiempo después el automóvil se detiene frente al edificio en el que se ubica el departamento de la joven, Casey desciende y ayuda a la joven para que baje del vehículo.

Levana ha conseguido relajarse un poco, la compañía de Casey le ha ayudado bastante, nunca antes alguien había intentado atacarla, ni siquiera había sufrido de un asalto menos aun lo que le había sucedido esa noche. Ella avanza de manera automática hasta su departamento mientras se enfoca en sus pensamientos, él avanza a su lado sintiendo como la ira de su interior aumenta al verla de esa manera, «Hacer que un ángel pierda su sonrisa es algo imperdonable, especialmente cuando ese ángel me tiene para protegerlo.» piensa sin poder controlar la amargura que lo ha invadido por los acontecimientos de los últimos minutos.

–Puedes entrar–indica Levana con una pequeña sonrisa una vez que ha abierto la puerta de su departamento–. Gracias por ayudarme, nunca lo olvidaré, si me disculpas me cambiare, ya vuelvo.

Casey se limita a mover su cabeza de manera afirmativa mientras ingresa cerrando la puerta detrás de él, la mirada triste y temerosa de la joven ha revivido algunos recuerdos en su memoria sin que pueda evitarlo. Levana se aleja en dirección a su habitación, deposita sobre la cama el abrigo que Casey ha usado para cubrirla y se encamina hacia su guardarropa, extrae una blusa holgada de color gris para acto seguido volver hasta la sala con el abrigo en mano y llegar hasta donde se encuentra Casey esperándola tranquilamente.

– ¿Puedo ofrecerte alguna cosa?–cuestiona Levana con amabilidad, es evidente que intenta sobreponerse aunque no lo ha conseguido.

–No te preocupes, estoy bien así, ¿Te sientes mejor?– inquiere el hombre sin cambiar la seriedad de sus semblante, ha intentado alejar la imagen de esos ojos grises llenos de tristeza y miedo pero no lo ha conseguido.




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