Más allá de tu oscuridad

Cambio de planes

Dos meses más tarde, Levana se encuentra en compañía de Darien, juntos avanzan por los pasillos del hospital mientras conversan tranquilamente hasta que llegan al exterior del edificio. De manera inmediata los intensos ojos grises de la joven recaen en un elegante sujeto que se encuentra recargado en un lindo automóvil de color azul plateado. Al percatarse del encuentro de su mirada con la de la mujer sonríe y la saluda a la distancia, ella le devuelve el saludo y la sonrisa.

– ¿Así que ese es tu enamorado secreto?–comenta Darien al lado de la joven observando al sujeto sin la más mínima discreción.

–Ni es mi enamorado ni lo mantengo en secreto.

–Si no es tu enamorado, ¿Por qué ha venido a buscarte? No mientas, sé que te sale hasta en la sopa.

–No seas pesado, Darien, nos vemos mañana– indica la joven, sin esperar respuesta por parte de su amigo.

El joven observa a Levana mientras se encamina en dirección al individuo que no aparta la mirada de ella, «Yo no sé qué ganas ocultándome a tu nuevo novio.» piensa Darien sin poder controlar su molestia, se supone que es son los mejores amigos y no tienen secretos entre ellos. La joven llega hasta el individuo sin borrar la sonrisa de su rostro, completamente ajena a la molestia de su amigo que se marcha en dirección hacia su automóvil.

–Hola–saluda el hombre con un beso en la mejilla de Levana.

–Hola, Casey, me alegra verte, ¿Está todo bien?–cuestiona mirándolo a los ojos.

–Todo bien, he venido porque quiero invitarte a cenar, ¿Te gustaría? Después te llevaré a casa.

–Sería un placer acompañarte pero, ¿Y mi automóvil? No puedo dejarlo aquí.

–Yo me encargo de todo, ¿Confías en mí?–responde tendiendo su mano hacia ella.

Ella toma su mano sin pensárselo sintiendo una emoción inexplicable recorrer todo su cuerpo haciéndola estremecer, él sonríe guiándola hacia la puerta del copiloto para ayudarla a subir. Durante todo el día estuvo pensando en esa velada, quería que Levana se sintiera realmente feliz, no únicamente por agradecimiento a todo lo que ella ha hecho por él, sino, porque sin que fuese capaz de evitarlo el bienestar de ella se ha vuelto un tema de suma importancia para él.

Un elegante restaurant es la sede de una amena cena, Levana no imaginó que la invitación de Casey sería en un lugar de esa índole, «De haber sabido hubiese ido a casa para vestir de manera más apropiada.» piensa sujetando sus manos de manera nerviosa mientras observa ese sitio sin poder evitar la sensación de incomodidad que la invade al considerar su atuendo poco apropiado para un lugar como ese. Todo se encuentra armoniosamente adornado, la madera del interior se encuentra pintada de negro con detalles en dorado colocados de manera estratégica, un candelabro de cristal cuelga del techo, las mesas se encuentran cubiertas por manteles en blanco y negro, el centro de mesa son flores que cada día se cambian para mantenerse frescas, las luces tenues dan un toque especial resaltando los floreros de cristal transparente que contienen hielos fluorescentes que además de dar un toque especial conservan por más tiempo las flores.

– ¿Te gusta? –cuestiona Casey mirando a su acompañante con una sonrisa, hacía mucho tiempo que no se sentía tan bien e incluso se atrevería decir que nunca antes se ha sentido de esa manera.

–Es muy hermoso aunque creó que desentonó un poco –responde Levana refiriéndose a su atuendo y sin poder ocultar su nerviosismo al mirar en varias direcciones mientras sujeta sus manos.

Esa transparencia y sinceridad que posee la joven en todas sus acciones y palabras es precisamente lo que hace que Casey se sienta inmensamente interesado en Levana a quien en el último tiempo se ha encargado de encontrar por casualidad.

–Jamás desentonarías en ningún lugar aún llevando pijama–comenta mirándola directamente a los ojos.

–Gracias–expresa Levana al tiempo que una risilla nerviosa escapa de sus labios y un tierno sonrojo aparece en su rostro.

–La verdad no se agradece, este es uno de los restaurants de mi cadena, diría que es mi favorito.

– ¿De verdad?–pregunta sorprendida observando todo el elegante lugar –. Es realmente hermoso y elegante.

Conversando tranquilamente la velada transcurre, Levana se siente muy feliz de compartir ese momento con Casey, cuya compañía le resulta sumamente agradable y su personalidad cada vez la hace creer que aquel hombre es realmente su ideal de príncipe azul. Es completamente consciente que el idealizar a alguien es lo peor que puede hacer; sin embargo, al escucharlo y observarlo le resulta imposible no considerarlo perfecto. La cena ha terminado cuando el teléfono de Casey suena anunciando una llamada, de manera inmediata lo toma y atiende al percatarse de que se trata de Lucían quien sabiendo lo que se encontraba haciendo no lo interrumpiría de no ser de suma importancia.

– ¿Que sucede, Lucían?–inquiere preocupándose de inmediato.

–Es Kira, tiene fiebre–informa sin poder esconder su preocupación.

La encargada de cuidar a la pequeña le informó que no había querido comer desde el día anterior; sin embargo, eso no podía informárselo a Casey o haría pagar muy caro la imprudencia de la mujer. Kira es el tesoro más valioso del joven y no únicamente de él, han intentado bajar esa fiebre pero esta no cede por lo que no tuvo más opción que llamar a Casey.

–Voy de inmediato– réplica con seriedad para acto seguido terminar la llamada, Casey se pone de pie rápidamente ante la expresión preocupada de su acompañante.

– ¿Todo bien?

–No, no tengo tiempo para explicar, debo volver a casa de inmediato, vamos, ahí pediré que te lleven a tu hogar.

–De acuerdo–responde ella sin comprender lo que sucede, Levana toma sus pertenencias avanza al lado de Casey.

– ¿Todo bien, señor?–cuestiona el encargado del lugar.

–Necesito mi automóvil, date prisa.

De manera inmediata el encargado le indica al joven que se encarga de entregar los vehículos que vaya en busca del automóvil de Casey, «Es solo una fiebre, tranquilo, estará bien.» piensa tratando de relajarse; sin embargo, le resulta bastante complicado relajarse ante la situación en la que se encuentra alguien tan importante para él como lo es Kira. Algún tiempo después le es entregado el vehículo, de manera inmediata suben y él conduce en dirección a su hogar, en cuanto llegan descienden, Casey se adelanta evidentemente preocupado mientras Levana avanza detrás de él llevando sus pertenecías con ella.




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