Incondicional

Darien Wells descansaba tranquilamente en su departamento, había tenido una jornada pesada como lo era usualmente, por lo que al llegar, se aseó, comió algo ligero y de inmediato se encaminó hacia su habitación para recostarse sobre su cama, cerrar sus ojos y dejarse invadir por el sueño. De pronto, su relajado sueño se vio turbado por el sonido incesante de su teléfono, «Siempre cuando mejor duermo algo debe suceder.» piensa abriendo sus ojos y tomando el aparato, al ver el identificador responde de manera inmediata.

– ¡Tenias que ser tu, tan desconsiderada como siempre! ¿Qué sucede?–inquiere sin ocultar ni un segundo la molestia que tiene por ser despertado de esa manera.

–Deja ese tono, te necesito en el hospital ahora mismo.

– ¿Qué ocurre? ¿Te encuentras bien?–pregunta incorporándose preocupado.

–Tengo una emergencia, se trata de una pequeña de cuatro años con una severa deshidratación y fiebre que no cede, la llevo al hospital, ¿Puedes o no puedes ir?

–Estoy ahí de inmediato–replica ante el autoritario tono usado por su amiga y compañera.

–Gracias–responde al otro lado terminando la llamada.

Sin perder tiempo Darien se pone de pie y comienza a prepararse, «Al parecer tener una noche tranquila es imposible para mí.» piensa tomando lo que considera necesitar. Una vez que se encuentra listo sale con todas sus pertenencias de su departamento y se encamina al estacionamiento para poder acceder a su vehículo y trasladarse al hospital. Mientras tanto en el automóvil de Lucían, Levana con su teléfono en mano busca el numero de la recepción del hospital, ha hablado con su amigo y ahora debe encargarse de un tema más, al encontrar el numero de manera inmediata llama y espera a que la atiendan.

–Buenas noches, habla la doctora Levana Blue–habla en cuanto le responden.

–Doctora, ¿En qué puedo ayudarle?– expresa la joven a cargo de la recepción esa noche.

–Me encuentro camino al hospital y necesito que en la entrada me esperen con una camilla, el doctor Wells se encuentra en camino, preparen una habitación para una paciente de cuatro años.

–Entendido, doctora Blue–responde la recepcionista obedeciendo de inmediato.

Levana guarda el teléfono de vuelta en su bolsa, sabe que dentro de poco tiempo estarán en el hospital mientras tanto se encarga de revisar los signos vitales de la pequeña, la dificultad para respirar que presenta es lo que más le preocupa. Darien arriba al hospital, dirigiéndose a su consultorio de manera inmediata para prepararse, Levana aun no ha llegado por lo que imagina que se encontraba un poco lejos del hospital. Completamente preparado se encamina a la entrada del hospital donde ya se encuentran un par de enfermeros esperando a que la doctora Blue llegue, poco tiempo después Darien se percata de la llegada de la joven que en compañía de aquel hombre avanzan hacia la entrada.

–La doctora ha llegado–informa a los enfermeros que de inmediato llevan la camilla hasta la entrada.

Al llegar a la entrada del edificio donde espera la camilla, Levana pide a Casey recueste a la pequeña, los enfermeros ingresan la camilla y la guían hasta el lugar que han destinado para la atención inmediata de la pequeña en la sala de emergencias. Casey avanza al lado de la camilla hasta que Darien interviene y detiene su andar.

–No puede ingresar en la zona de urgencias–informa Darien con tono profesional.

–Es mi hija, por supuesto que puedo–indica autoritario intentando avanzar.

–Casey, por favor, por el bien de Kira debes esperar aquí– lo detiene Levana para después dirigirse a su amigo–. Su temperatura se encuentra en los cuarenta y ocho grados y…

– ¡Déjame hacer mi trabajo y encárgate de controlar a tu amigo!–la interrumpe sintiéndose molesto por la actitud de Casey.

Casey entre cierra sus ojos observando al joven médico alejarse por el mismo lugar por el cual se han llevado a su hija, «Si no fuese por mi princesa te haría pagar muy caro tu insolencia.» piensa furioso con Darien por la manera en la que le ha hablado a Levana.

–No te preocupes más, Casey–expresa la joven girando para mirarlo–. Darien es el mejor pediatra, un tanto lunático en cuanto a su carácter pero brillante en su profesión, Kira no puede estar en mejores manos.

–Gracias por todo lo que has estado haciendo, ni siquiera has podido descansar, Lucían puede llevarte a tu casa–expresa Casey llamando a Lucían que se había mantenido alejado, Levana coloca una pequeña sonrisa en sus labios y mueve su cabeza de manera negativa–, ¿Estás segura?

–Completamente, no te dejaré en un momento tan complicado como este.

– ¿Qué sucede?–cuestiona Lucían llegando hasta donde se encuentra Levana y Casey.

–Lo más seguro es que Kira permanezca internada así que puedes volver a casa.

–Sabes bien que no me iré.

Casey coloca su mano sobre el hombro de su amigo limitándose a mover su cabeza de manera afirmativa, realmente agradece que dos personas tan importantes para él se mantengan a su lado en ese momento, juntos se encaminan a la sala de espera y al llegar toman asiento. Algunas horas más tarde se reúne con ellos Darien en compañía de una enfermera, de inmediato se ponen de pie y esperan a que hable.

–Hemos conseguido hacer que la fiebre ceda y su deshidratación está siendo atendida, la trasladaran a una habitación, no deben preocuparse más, se encuentra fuera de peligro pero de igual manera la mantendré en observación durante la noche además he mandado a hacer algunos estudios para conocer la causa que ha producido la fiebre, en cuanto tenga los resultados se los comunicaré, no debieron esperar tanto así que si en algún momento la niña presenta algún síntoma parecido, tráiganla de inmediato, por favor–informa Darien mirando de manera recriminatorio a Casey.

– ¿Puedo verla?–cuestiona controlándose tanto como le es posible.

–En cuanto la instalen en su habitación por supuesto, la señorita les informara el momento en el que puedan hacerlo, por favor solo una persona–indica con seriedad para acto seguido alejarse por el pasillo siendo seguido por la enfermera.