Más allá de tu oscuridad

Recuerdos

Siendo una tarde fría, en aquel lugar gris y lóbrego, sin comprender lo que ocurre a su alrededor, una pequeña de tan solo tres años observa lo que sucede, escucha el llanto proveniente de un armario viejo de madera. Con cuidado avanza hasta la puerta de este y cuando se encuentra por abrir la puerta alguien sujeta su mano haciéndola avanzar hacia la salida, una gran angustia se apodera de su pequeño ser. La guían por un pasillo solitario, dos personas esperan en éste, ella no es capaz de reconocer esos rostros pero la mujer sonríe con dulzura y acaricia su rostro, abrazándola con ternura la lleva hasta un lindo vehículo de color blanco, el interior es tan cálido, que la pequeña se siente bien en este. De pronto, su mirada se encuentra con la mirada de una pequeña de cinco años que llega hasta las escaleras de ese edificio con lágrimas corriendo por su rostro, ella no comprende porque llora de esa manera pero tampoco puede bajar y preguntarle, el vehículo ha sido encendido y comienza a avanzar, la pequeña en la entrada intenta alcanzarlo pero es detenida por una mujer.

– ¡Regresa!–grita desesperada la niña que es sujetada sin parar de llorar–, ¡Levana!

Sintiéndose confundida y llena de angustia Levana abre sus ojos, encontrándose con el rostro preocupado de Melisa, «Que pesadilla más inusual ha sido esa, ¿Qué lugar es ese? ¿Quién es ella?» se cuestiona sin ser capaz de responder ninguna de sus preguntas.

–Disculpe si la he asustado, doctora, se encuentra muy cansada, lo mejor será que vaya a casa–expresa Melisa preocupada, hacia algunos minutos que la llamaba y la joven simplemente murmuraba cosas sin sentido alguno.

– ¿Qué hora es?–cuestiona completamente desubicada despertándose por completo.

–Más de media noche.

Sin responder nada, Levana se pone de pie y se encamina a la puerta ante la mirada atónita de su asistente, quien decidió quedarse para acompañar a la joven ante su negativa a volver a casa. Casey permanece en la sala de espera, renuente a marcharse hasta que no le permitan llevarse a Kira, después de haber visto a su hija desvanecerse ante sus ojos no ha conseguido relajarse ni un poco, todo su mundo era un completo caos y siente que todo puede colapsar de pronto. Lucían insistió en acompañarlo pero lo necesitaba en el clan para dirigir todo lo que él no podría durante el tiempo que debiese permanecer en ese lugar.

–Tome esto, señor–indica de pronto una voz dulce, Casey eleva la mirada desconcertado, encontrándose con el rostro amable de una joven de cabello negro, tez blanca y ojos castaños de un metro sesenta y ocho de estatura de no más de veintinueve años.

– ¿Gracias?–expresa desconcertado ante aquel acto de amabilidad por parte de aquella desconocida, tomando el vaso que le ofrece.

–Mi nombre es Melisa–comenta tomando asiento al lado del individuo–. Acá entre nos y como secreto prohibido de comentar, se lo ha enviado la doctora Blue, esta oculta porque no quiere que lo sepa así que usted no ha escuchado nada, ¿Entiende?

–Comprendo, señorita, muchas gracias–responde con una pequeña sonrisa.

–En ocasiones no comprendo a la doctora, el amor que le tiene se le sale por los poros pero me ha argumentado un sinfín de cosas ilógicas, desde la ética hasta la razón, yo no sé quien le ha dicho que el corazón entiende de razones, cuando se ama, la razón y lógica cambia– explica la mujer mirando al frente suspirando y hablando como si conociera a Casey desde siempre y en realidad nadie le hablaba con tal familiaridad por lo que le resulta un poco rara aquella mujer–. Sé que hablo mucho, siempre me regañan por eso, especialmente la doctora pero me cuesta guardar silencio, debo irme o me reprenderán, disfrute su café, cualquier cosa que necesite, no dude en solicitarlo, recuerde, mi nombre es Melisa.

–Está bien, Melisa, gracias–repite Casey con cortesía.

La joven se pone de pie y se aleja por el pasillo rápidamente, «Que criatura más inusual, ¿Cómo puede hablar tanto?» se cuestiona dirigiendo su atención al café que le ha enviado Levana. Con una pequeña sonrisa lleva el vaso hacia sus labios bebiéndolo lentamente, la joven permanecía oculta, tal como Melisa lo dijo observándolo a la distancia y esperando que su asistente no se pasara de indiscreta como acostumbraba.

– ¿Qué tanto le dijiste?–inquiere mirando a su asistente de manera inquisidora.

–Oh, nada, doctora Blue, trate de animarlo un poco–responde mirando hacia el joven–. Al parecer lo he conseguido, no me agradezca.

Melisa se aleja presurosa con una evidente expresión traviesa en su rostro, «Espero que no hablaras de más como acostumbras.» piensa mirando a la joven que vuelve a sus pendientes.

Es muy temprano cuando llega hasta la entrada del gran edificio blanco un individuo de veintinueve años, un metro ochenta y tres de estatura, cabello negro y rizado, tez moreno claro, labios rosas gruesos definidos usando un elegante y pulcro traje en color azul marino. Con paso sereno el hombre se encamina hacia el interior del lugar, al hacerlo su mirada recae en una vieja conocida, lentamente aparta sus anteojos obscuros dejando ver sus dulces ojos color miel mientras una sonrisa se apodera de su rostro, los años habían pasado y prácticamente todo lo que conocía cambió pero había cosas que tal vez nunca cambiarían.

–Buenos días, doctora–saluda con tono dulce y amable a la mujer que se encontraba enfocada en unos documentos.

–Bienvenido, doctor Fisher–saluda con cortesía a pesar de lo molesto que le resulta la presencia de aquel sujeto.

– ¿Realmente soy bienvenido, Levana?–cuestiona buscando los hermosos ojos grises de la Levana.

–No me molestes, Darien te espera–indica sin prestar mayor atención al individuo.

–Ya veo que continuas molesta, te extrañe mucho y creí que no volvería a verte.

– ¡Melisa, ven aquí!–llama a su asistente como si no hubiese escuchado ni una sola palabra de las dichas por el joven, Melisa llega hasta donde se encuentra Levana y la observa esperando indicaciones–. Te presento a Robert Fisher, es amigo del doctor Wells, por favor, guíalo al consultorio donde se encuentra.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.