Ya habían pasado algunas horas desde que tuve ese pequeño derrumbe emocional. La carta, así como la compañía de Fier y Mish me habían ayudado demasiado. Me hicieron sentirme mejor de una manera que no podría explicar, después de todo, que no fuera a ese baile no es tan importante. Nunca lo había hecho, no cambiaba en nada mi rutina. Solo que no podía pensar aun que le diría a mi tía como excusa, no debía decirle la verdad, porque causaría una enorme pelea que podría ocasionar que se fuera.
Ellos ya se habían ido hace un rato, había logrado escuchar el motor del carro encenderse entre sueños, pero no quería levantarme a mirar. Deseaba quedarme en mi cama indefinidamente. Y así lo hubiera hecho de no ser porque alguien llego de visita y exigía junto con Mish que los alimentara, exacto llego Odín. Así que me levante con pesar de la cama, despacio para no marearme.
Me acerque al mueble donde guardo las croquetas, y al momento de sacarlas note como mi teléfono se encendió por una notificación. Decido tomarlo junto con la bolsa de croquetas para verlo un rato y pasar el tiempo.
— ¡MIAU!, ¡MIAU! —maúllan ambos gatos al mismo tiempo.
— ¡Ya voy!, ¡ya voy tragones! —digo vaciando las croquetas en su plato.
Observe como ambos comienzan a comer como si no lo hubieran hecho en meses. Regreso la bolsa a su lugar, para después irme a sentar a mi cama tranquilamente con mi teléfono. De hecho, este teléfono fue un regalo de mi tío John hace un año.
Lo prendí, pero el brillo que tenía me lastimo los ojos, por lo cual instintivamente lo avente a mi cama. No recuerdo que tuviera tanto, creo que era por los lentes pues todo se veía más oscuro con ellos. Lo tome nuevamente y como pude le baje el brillo. Cuando logre ver la pantalla totalmente me encontré con un sinfín de notificaciones de mensajes, abrí una de ellas y me llevo directamente al chat. Me da pena admitirlo, pero debo decir que solo tenía cuatro contactos y dos de ellos son mis tíos.
Tenía varios mensajes de Hailyn y Miles felicitándome, ya le había contado que iba a ir al baile, tal vez debería decirles que ya no asistiré. Estuve a punto de hacerlo cuando me llega un mensaje de mi tía Anna recordándome que a las cinco venían por mí. Solo lo lei por la notificación, para que no se diera cuenta que no quiero responderle, porque en realidad no quiero responderle.
Vi que mi tío John me mandó un mensaje diciendo que me iba a marcar en la noche, porque mi tía le había dicho que íbamos a ir al baile y estaríamos ocupadas todo el día. Eso explica porque no me despertó con una de sus espontáneas llamadas como cada año, que aunque me desvelara, siempre alegraba mis días.
Entre al chat de Hailyn, y según la hora en que llego el mensaje me felicito desde la mañana. Le respondo dándole las gracias y preguntándole que hace. Lo mismo hago con Miles, que según su mensaje me felicito tarde porque hasta esa hora se despertó, no sabía si sea una excusa porque lo había olvidado o qué, pero bueno, aun así, me había felicitado y eso era importante para mí.
Como no estaba de muchos ánimos como para explicarles lo sucedido a ambos por separado, cree un grupo donde estamos los tres y comienzo a grabar un audio, tratando que mi voz suene lo menos afectada posible.
— Antes que nada, les vuelvo a agradecer por haberse acordado chicos. Ah, bueno para no hacer este audio demasiado largo y desperdiciar segundos de su vida, con un no chisme. Les digo que no iré al baile porque Ariday incendio mi vestido y no tengo que ponerme, además ya no me siento con ánimos. Así que en serio diviértanse por mí y tomen fotitos. Reporte finalizado, nos estamos viendo.
Solté la bolita del audio justo cuando Fier regresaba gritando de no sé dónde, a la habitación.
—Ya se fueron todos y tu querida prima lucía un vestido no muy bonito. Bueno al menos a mi no me gusto.
Ya no quería saber nada sobre el tema, prefería dejarlo pasar. De una forma u otra aún seguía doliendo un poco.
—Sabes que estaba grabando un audio. Y por suerte acababa de cortarlo cuando entraste —le digo mientras ponía mi teléfono nuevamente en la cama.
—Podías decir que era tu gato o algo, pero escuchaste lo que te dije.
—Si, si escuche —le contesto cortante, para no decirle explícitamente que me importa poco—. Pero tu escuchaste lo que acabas de decir, un gato no habla —lo contraataco acercándome al tocador.
—Está bien. Está bien. No quieres hablar de eso, lo sé. Pero...
—Efectivamente, mi estimado amigo —lo interrumpí.
En cuanto me vi en el espejo casi me iba de espalda, mi cabello antes peinado hermosamente estaba hecho un desastre, intente quitarme el tocado, pero el cabello enredado solo me causo dolor al jalarlo. Para complementar estaba mi maquillaje, se encontraba todo corrido, la cosa negra que no sé cómo se llama pero que va debajo de los ojos estaba toda escurrida por mi cara, a causa de mis lágrimas supongo. Si fuera Halloween podría salir así a la calle para pedir dulces, ahora que lo recuerdo nunca lo he hecho.
—Te ves horrible. Deberías bañarte otra vez —me recomendó Fier tan sincero como siempre.
—Tengo mucha flojera, además, nadie me vera así —enmarco el lugar donde se suponía deberían ir sus cejas, pero que casualmente no tenía. Desde el día en que me entere lo de mi magia, cada vez que lo veía no podía evitar preguntarme sobre su origen, pero no le había comentado nada al respecto—. Bueno solo tú y ese par, pero me han visto peor.
—No seas floja.
Lo ignore olímpicamente y me acerco a mi teléfono que no para de sonar. En cuanto lo encendí se trabo de tantas notificaciones que llegaron, pues el grupo que ahora por alguna razón tiene el nombre de "Escuadrón Suicida Remasterizado", ¡tenía más de 100 mensajes!, abrí la notificación del último de ellos que era de Hailyn y decia lo siguiente:
— Entonces nos vemos a las 5:00 en su casa.