Respirando con gran dificultad Adrian no puede evitar que los recuerdos de aquel lejano día, hace cinco años atrás. Para ser exactos habían transcurrido dos días desde el funeral de su esposa. Adrian se presentó en la sala de velación para cumplir su deber de esposo; sin embargo, en cuanto Viktor lo vio aparecer se encargó de sacarlo del lugar y una vez en el exterior lo repudió y le prohibió presentarse al día siguiente al campo santo donde descansarían los restos de su madre. Con esos recuerdos y sinsabores, Adrian se mantenía en el sofá de la sala, mirando a un punto fijo, la tristeza y culpa que lo invadían le resultaban abrumadoras.
En realidad el hombre era capaz de comprender perfectamente a Viktor pero eso no hacía que el dolor por su rechazó fuese menor. El timbre de la puerta sonó anunciando la llegada de alguien a su hogar; sin embargo, él ni se inmutó y permaneció en el mismo sitio hasta que vio aparecer a aquella joven de ojos color esmeralda hecha un mar de llanto. Lo que había sucedido entre ellos únicamente fue un error por la vulnerabilidad que ambos tenían en ese momento y del cual ambos eran consientes.
– ¿Qué sucede?–preguntó el hombre preocupado al verla de esa manera.
–Lo que sucede es que estoy embarazada–respondió ella sin parar de llorar–.No sé qué es lo que voy a hacer.
–Espera un momento, ¿Cómo es posible, Keira? Estuvimos juntos hace un par de días, no puede ser, debe haber algún error–expresó el hombre utilizando la lógica para analizar la situación.
–Ningún error, tengo cuatro semanas de embarazo– explicó tratando de controlar el llanto que la abrumaba–. Este bebé es de Viktor, esa fue la razón por la que vine aquel día, necesitaba decírselo pero todo se salió de control.
–Lo sé, fuimos demasiado lejos– replicó aceptando el error que habían cometido.
–Sí, ya he intentado hablar con él pero no responde ninguna de mis llamadas, he venido pensando que lo encontraría pero la señora que los ayuda me ha dicho que se ha marchado, no sé qué es lo que voy a hacer, jamás querrá escucharme y menos aun creerme, ahora estoy sola con este bebé.
–Lamento mucho todo lo que te he ocasionado, trataré de hablar con Viktor, alguna manera habrá para que te escuche– respondió Adrian poniéndose de pie y encaminándose hacia el teléfono, marcó un numero y esperó hasta que le respondieron–. Sé que Viktor se encuentra en tu casa, no digas nada y dale el teléfono.
La persona al otro lado de la línea lo hizo sabiendo que Viktor debía enfrentar a su padre tarde o temprano, al escuchar la voz de Viktor al otro lado de la línea sin decir palabra extendió el teléfono a la joven que sin comprender muy bien y con las manos temblorosas por el nerviosismo que la consumía, lo tomó y lo guió hasta su oído.
– ¿Quién habla?–se escuchó al otro lado de la línea–. No sé quién eres pero escucha, no estoy para bromas así que si no piensas decir nada terminaré la llamada y no molestes más.
–Viktor, debes escuchar lo que tengo que decirte– indicó la joven de manera rápida para evitar que el joven terminara la llamada al escucharla–. Comprendo tu molestia pero por favor…
–Nada de lo que tenga que decirme me interesa, señorita Gardner, no moleste mas–la interrumpió el joven con un tono distante y educado–. Si me disculpa, terminaré la llamada, no vuelva a buscarme.
–No lo hagas, Viktor, es muy importante que hablemos, no te molestaría si no fuera algo realmente importante.
–No quiero ser grosero por consideración a lo bueno pero no puedo perdonar lo que hiciste y no quiero volver a verte ni a saber de ti, para mi has muerto y quiero que lo tengas muy claro, una persona como tú no tiene espacio en mi vida.
– ¿Cómo puedes decirme todo eso con esa frialdad?– cuestionó con la voz quebrada por el llanto.
–Cuando odias a alguien como yo te odio a ti, es sencillo, así como del odio al amor solo hay un paso, del amor al odio es la misma distancia, un día te dije que te amaba y por ti hacia lo que fuese pero ahora te odio y si tengo la oportunidad de hacerte daño, lo haré sin dudarlo, así que lo mejor que puedes hacer es mantenerte muy lejos de mi– replicó el joven para después terminar la llamada.
La joven sin poder controlar su llanto y sabiendo perfectamente que Viktor cumplía todo lo que decía se sintió preocupada, llevó su mano hasta su vientre y tomó asiento en el sofá que se encontraba cerca. Su llanto fue en aumento y cubrió su rostro destrozada, «Viktor me odia, realmente lo hace, ¿Qué es lo que haré ahora?» pensó la joven sin poder controlar su llanto, Adrian al verla de esa manera tomó asiento a su lado y la envolvió en un abrazo protector.
– ¿Qué sucedió?
–No quiere saber nada, no quiso escucharme y me ha amenazado, sé que si continúo molestándolo cumplirá con lo que me ha dicho, puede hacernos daño si se lo propone– explicó sin ocultar su miedo–, ¿Qué es lo que voy a hacer?
–Tranquila, no estás sola, yo te ayudaré.
– ¿Cómo?
–Cásate conmigo.
– ¿Cómo cree? Viktor nunca lo perdonará, ahora se encuentra molesto pero seguro en algún momento esa molestia desaparecerá y podrá usted acercarse nuevamente pero si se casa conmigo jamás lo perdonará.
–Sé que es una posibilidad, Keira, pero yo he ocasionado todo este problema, ese niño es mi nieto, su bienestar es importante para mí.
–No puedo aceptar eso, señor, lo que pasó entre nosotros fue un error nada más, yo amo a Viktor y aunque sé que nunca me perdonará, no puedo dejar de quererlo.
–Lo sé, Keira, no estoy pidiendo que me ames, yo tampoco te amo a ti; sin embargo, ese niño es inocente, no tiene culpa alguna en nuestros errores, casándote conmigo tendrá el apellido de su padre y el cariño de uno porque lo cuidare como si fuese mi hijo, acepta.
–De acuerdo, no quiero nada llamativo ni mucho menos–respondió la joven después de algún tiempo de pensarlo seriamente.
Una vez que acordaron todo lo necesario, Adrian se encargó de preparar todo para casarse con la joven, un par de días más tarde se casaron y como era de esperarse Viktor se enteró. Sintiendo nuevamente la traición herir profundamente su corazón, no fue capaz de tolerarlo por lo que cambio el apellido de su padre por el de su madre, poco a poco su odio hacia ellos aumentó y los sacó por completo de su vida a pesar de que su abuelo hacia hasta lo imposible por hacer que el joven se reconciliará con su padre.