Leily llega a la oficina perteneciente a Ryan y se anuncia. De manera inmediata escucha la voz de su amigo permitiéndole ingresar. El joven se encuentra concentrado en su trabajo que en los últimos días únicamente ha aumentado. Ella ingresa y avanza hasta posarse frente al escritorio de Ryan que eleva la mirada y sonríe al verla, hacía varios días que no tenía noticias de ella, sabía que se encontraba muy enfocada en sus proyectos al lado de Jules Sheeny quien personalmente se encargaba de todo.
–Que gusto verte, Leily, toma asiento, ¿Cómo te encuentras?
–Bien, gracias, ¿Y tú, Ryan?
–Bien, que bueno que me visitas, me hace muy feliz verte y me hace llevadera la carga de trabajo.
–Gracias, en realidad he venido por dos razones, la primera es a despedirme, saldré por algún tiempo y estaré muy ocupada, la otra es que quiero saber donde se encuentra Viktor, le he llamado pero no responde, he ido a su departamento y no esta, ahora vengo de su oficina, debo verlo para hablar con él y poder despedirme, ¿En donde esta? No me mientas, yo se que tú lo sabes.
Ryan observa a Leily sin decir palabra alguna tratando de sonreír, saber que la joven se marcha es algo que lo entristece más de lo que imaginó; sin embargo, sabe que todo es por su bien por lo que intenta asimilarlo y sentirse feliz por ella.
–Leily, me encantaría ayudarte pero no sé nada de Viktor–responde con sinceridad, desde ese día, el joven no se comunico con absolutamente nadie, todos esperaban que apareciera al día siguiente pero no lo hizo.
–Ryan, tú eres su mejor amigo, yo los vi hablar antes de que se fuera, si alguien sabe algo de él eres tú, si no quieres decirme donde esta de menos dime si se encuentra bien, cuando se fue se veía realmente muy afectado y estoy preocupada por él.
–Si hablé con él ese día, Leily, pero no me dijo que pensaba irse definitivamente y menos aun a donde, yo creo que ni siquiera el mismo sabia que haría, todo el tiempo pensé que únicamente quería estar solo por algún momento y después regresaría; sin embargo, ya puedes ver que no ha vuelto, nadie sabe donde se encuentra ni lo que está haciendo, bueno, estoy casi seguro de que está trabajando en algún proyecto pero no se en donde se encuentra.
–Comprendo–replica con tristeza, realmente esperaba que Ryan le dijera algo útil para encontrar al joven para poder hablar y despedirse de él.
–Seguro volverá en algún momento, Leily, no te preocupes– expresa con tono esperanzador intentando animarla al ver su expresión llena de tristeza–.Únicamente necesita algo de tiempo, todo lo que sucedió le afectó más de lo que admitió.
–Se que volverá y probablemente será cuando ya no me encuentre aquí para poder verlo y hablar, en fin, creo que así funciona el destino, cuando se comunique contigo o vuelva, dile que le he dejado saludos que espero que sus proyectos funcionen como lo desea.
–Lo haré, trata de animarte piensa en lo positivo, cuídate mucho y recuerda que si necesitas algo cuentas conmigo, aquí estaré, así que no lo dudes y llámame.
–Gracias–responde sonriendo ligeramente para acto seguido ponerse de pie y avanzar hasta donde se encuentra Ryan que también se ha puesto de pie–. Cuídate mucho, estaré en contacto tanto como me sea posible, espero que todo funcione bien aquí, en cuanto regrese te llamaré para reunirnos.
–Usted cuídese más, señorita, ponga más atención al caminar, realmente te extrañare mucho, ahora sin ti y sin Viktor estaré solo, ten un buen viaje–expresa con una sonrisa.
Moviendo su cabeza de manera afirmativa sonríe, para acto seguido abrazar al joven que recibe el abrazo y envuelve en sus brazos con afecto. Una vez que el abrazo llega a su final Leily sonríe y gira encaminándose hacia la salida, en el exterior del edificio un elegante automóvil de color negro espera a la joven. Al llegar al vehículo, Leily abre la puerta y antes de subir a este dirige una última mirada al edificio en el que esperaba encontrar al joven que es tan importante para ella.
– ¿Vamos?–preguntan desde el interior del automóvil.
–Sí–responde intentando sonreír.
La joven sube al automóvil controlando las ganas que tiene de llorar, «Todo pasa por algo, tal vez debamos coincidir en otro momento.» piensa tratando de mantener su pensamiento positivo mirando a través del cristal de la ventana mientras el vehículo avanza y la conduce a su nuevo destino que es un peldaño más en la realización de su sueño.
Un elegante joven desciende de un lujoso automóvil de color azul eléctrico, viste de manera desenfadada, jeans de color azul, remera blanca y jersey gris, el cabello castaño y lacio que alcanza a cubrir su frente, sus ojos cubiertos por unas elegantes gafas de sol. Con semblante relajado avanza hacia la entrada de su destino, al llegar se anuncia y espera a que las puertas se abran permitiéndole ingresar. Un momento después una mujer abre y de manera inmediata lo abraza emocionada. Con una amable sonrisa corresponde ese afectuoso abrazo proveniente de aquella mujer que siempre ha sido cariñosa y amable con él. El joven ingresa y avanza hacia la sala al lado de la mujer que lo ha recibido.
–Hola–saluda llamando la atención de los presentes en la sala.
– ¡Viktor!–exclama el hombre al reconocer a su nieto.
El joven sonríe, apartando de su rostro las gafas dejando ver sus intensos ojos grises. Marcus al reconocerlo corre al lado de Charles, dejando sobre la mesa el dibujo que coloreaba. Charles abraza a Marcus para que se relaje, la impresión que le dio Viktor en aquellos momentos continúa grabada en su mente y controlar su miedo le resulta complicado.
–Creí que te alegraría verme, abuelo, después de estos dos meses sin saber absolutamente nada de mi pero ya veo que no es así–comenta sin borrar su sonrisa aun cuando ese pensamiento lo amarga.
–Claro que me alegra, hijo, ven hasta aquí y dame un abrazo.
–Tienes abrazos suficientes–replica con frialdad.