>> Narra Moon
- Junior princesa de los solecitos. Creímos que estabas muerta. Hemos celebrado tu muerte con todos los dioses de los soles y las estrellas. No tienes idea del placer que nos proporcionó tu ausencia. ¿Cómo te atreves a aparecer y arruinar mi felicidad?
- Moon, cariño. ¿Realmente crees que podrías ser feliz sin mí? ¿Crees que te permitiría ser feliz sin mí? No, cariño. ¡Soy tu felicidad!
- Demuéstralo. Suelta a Yue y te dejaré ir con vida.
- ¿Yue? ¿Quién es Yue? ¿Te refieres a este trapo viejo que tengo en la mano? No puede ser. Este trapo ya no me sirve, al igual que yo ya no te sirvo. Lo desechaste igual que me desechaste a mí. Déjame quemarlo por ti. - Comenzó a crear fuego en su brazo. De repente, vi a Sally volar hacia la princesa con sus llamas azules ardiendo de nuevo, como si se dirigiera hacia una presa. Yo también me lancé hacia Yue, liberándolo del agarre de la princesa. Sally se abalanzó sobre Solana con ferocidad, pero esta última le propinó varios golpes inútiles, luego sacó un cuchillo y lo clavó en el costado de Sally. No podía acercarme, las llamas que emanaban me provocaban dolor. Alejé a Yue lo máximo posible, mientras ambas mujeres emanaban fuego ardiente y feroz. Mi Sally se retorcía en el suelo, y Solana aprovechó para golpearla repetidamente. Arrastré a Yue hacia la casa de Sally y noté que las llamas se estaban propagando desde la sala. El fuego azul iluminaba toda la estancia y gran parte de la casa.
La abuela y la tía salieron asustadas de la casa, y antes de que pudieran llegar afuera, algo desconocido salió volando. Aterrizó en manos de Sally, y ambos objetos se encendieron en llamas azules claras y brillantes. Fue entonces cuando ocurrió una explosión, un evento inexplicable y resplandeciente que iluminó todo, incluso más que el sol. Las llamas consumieron todo a su alrededor, y cenizas cayeron en el aire. Sin poder ver a dónde iba, recordé la dirección del balcón y llevé a mi amigo arrastrando conmigo. Al llegar junto a la abuela de Sally, todos nos refugiamos en la casa.
- Ayuden a mi nieta, se los ruego. Ella está indefensa frente a esa malvada mujer. - Suplicó la anciana sin cesar el llanto.
- Su nieta asusta más que el propio sol en persona. Por favor, ayuden a mi amigo. Él necesita atención médica. Yo volveré a salir para ver la situación. - Acomodé a Yue en la sala y me apresuré a curar sus heridas. Luego salí al balcón nuevamente. No pude reconocer a mi Sally. La niña indefensa, frágil, parecía haber desaparecido. En su lugar, había alguien completamente diferente ante mis ojos.
Ella aún lleva el mismo vestido de antes, aunque ahora está rasgado y apenas cubre sus partes más íntimas. Tiene una guadaña en sus manos, y su cuerpo despide llamas azules, al igual que sus ojos y su boca. Solo su silueta y la luminosidad de las llamas en su rostro son visibles. Habría sido difícil reconocerla si no la hubiera grabado tan profundamente en mi mente.
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>> Narra Sally
Al ver a la responsable del estado de salud de mi tía, sosteniendo entre sus garras a otra persona, no puedo evitar perder el control sobre mis emociones nuevamente. Siento y presiento que estoy cometiendo un error irreparable. Al perder el control, siento tanto placer, un placer irresistible, algo que no quiero detener, algo que no debería estar experimentando.
Me abalancé de nuevo en contra de la princesa, esta vez por otra víctima de esta persona irracional. Luego de unos golpes pierdo el control de mi cuerpo lo que provoca que esta persona logre acertar muchos golpes incluyendo hacerme una herida con un cuchillo.
Tirada en el suelo, recibiendo golpes como un saco de boxeo, recordé que tenía una guadaña hecha por mis padres para mi defensa, pero ahora que la necesitaba, no la tenía en mis manos. A pesar de que mi abuela me suplicaba que no la soltara, ahora no la tenía a mi alcance. Desearía haber escuchado a mi abuela y haber mantenido mi guadaña a mi lado para enfrentar a esta malvada mujer. Extendí mi mano hacia la sala, donde colgaba mi guadaña como un inútil trofeo. Pensé que, si esta chica tenía magia, yo también podría tenerla. ¿Sería posible que la magia dentro de mi existiera de la misma manera? Entonces lo vi. Vi la sala incendiarse, y de repente supe que mi llamado había sido respondido.
- Yo te ordeno, guadaña mía. ¡Ven a mí! - Mantuve mis ojos en la casa y vi mi guadaña volar hacia mí envuelta en llamas azules.
Tan pronto agarré mi guadaña, me levanté del suelo completamente asombrada. Sentí un poder inmenso, indescriptible, que fluye a través de mis manos desde la guadaña.
La guadaña arde en llamas azules. Nunca había visto un fuego de este color con esta intensidad. Lo común sería ver llamas anaranjadas danzando alrededor de algo en combustión, pero estas llamas azules revelaban detalles antes invisibles.
El óxido de la hoja del cuchillo enorme se está quemando, y esto la hace parecer aún más grande y brillante. Aparecen símbolos similares al lunar en mi cuello: una luna, un sol y una estrella. Pero ¿por qué este mismo símbolo está en mi cuello? En la parte posterior de la hoja, emergen gemas preciosas en tonos azules y naranjas. El cuchillo, que hace un rato parecía indistinguible, ha mostrado su belleza en todo su esplendor con cada borde afilado, cada peligrosa curva al tacto y cada detalle meticulosamente tallado.
El bastón, hecho de bambú, ha cambiado su color oscuro a un tono marrón que se acerca al crema. Los detalles son difíciles de describir; parecen una historia tallada a mano con símbolos. Hay un sol, una luna, algo similar a un meteorito y, al final, una pequeña estrella. Todos están unidos por líneas que los conectan, y otra línea sigue otro camino. Cordones sostienen la guadaña, y de estos cordones cuelgan cuentas que coinciden con los dibujos del bastón, acompañadas de plumas multicolores.