Micro-Relatos Lumity

3. All the things she said

Inspo: https://youtu.be/8mGBaXPlri8

 

 

—Mamá, tú no lo entiendes, yo la amo de verdad. —decía entre lágrimas.

—Si entiendo Luz, entiendo que ese mundo te corrompió la mente y te convirtió en esto, —la señaló asqueada de pies a cabeza—, una lesbiana trastornada.

—Mamá, por favor. —Trató de acercarse a su madre, sin éxito.

—No, no vas a salir de aquí hasta que vuelvas a ser normal, Luz. —Salió de la habitación volviendo a encerrarla.

—Mamá... —susurró débilmente mientras empezaba a llorar más.

 

Las semanas pasaron, lentamente se fue acostumbrando a las cadenas y a la comida fría que recibía dos veces al día.

A veces su mente divagaba y la llevaba a las Islas Hirvientes; recordaba los dorados ojos brillantes de Amity, la primera vez que se besaron; recordaba la Casa Búho, las pocas lecciones que tuvo con Eda, sus juegos con King, las tonterías de Hooty; recordaba a sus amigos, la valentía de Willow, la creatividad de Gus, la sensibilidad de Hunter.

 

—¡FUERA DE AQUÍ CRIATURAS INHUMANAS! ¡No permitiré que se lleven a mi hija! —En la casa sonó una gran explosión y Luz perdió el conocimiento.

 

Sentía como poco a poco las heridas dejaban de doler. ¿Acaso esto era la muerte? No, era libertad.

 

—Luz, Luz, por favor, despierta. —Sacudía levemente su cuerpo con la esperanza de que reaccionará—. Por favor, no me dejes. —Las lágrimas salían por montones a cada segundo que pasaba sin que Luz despertara.

—Amity, lo mejor es llevarla a las Islas a que la revisen.

—Willow, ya no me queda más sangre de titán, no podremos abrir el portal.

—Yo aún tengo un poco de la que le robé a Belos, es suficiente para que nos dé tiempo de cruzar a todos, si vamos volando. —Un pequeño rayo de esperanza apareció.

—Vamos ahora.

 

A penas llegaron a las Islas Hirvientes Luz fue llevada al aquelarre de curación.
Amity pasa semanas a su lado, cuidándola e incluso durmiendo a su lado para que Luz no se despertará y estuviera sola.

 

—Batatita, por favor, debes volver. —Tomó su mano y la apoyó en su mejilla—. Te necesito, todos te necesitamos. ¿Sabes? Willow y Hunter al fin se dieron cuenta de lo que sienten, Gus a crecido y parece que pronto será más alto que nosotras, King ha venido aquí todas las noches a contarte sobre los demonios y Eda ha estado buscando una forma de que despiertes. Por favor, mi adorada humana, esta bruja está locamente enamorada de ti y te necesita.

 

Las lágrimas bajaban con dolor mientras sus pensamientos se volvían fatales, se recostó sobre el pecho de su novia y continuó.

 

—Luz, eres la luz en mi vida, jaja, es irónico. —sonreía entre lágrimas—. Jamás creí que podría sentirme así, mis hermanos decían que yo solo era una marioneta de Odalia, pero tú apareciste. Te odie al principio, eras tan entrometida, pero cada vez que nos encontrábamos eso fue cambiando, empecé a emocionarme con solo verte a la distancia y pronto me enamoré completamente. —se levantó—. Mi amor, vuelve a mi, por favor.

 

El cuerpo de Luz se movió ligeramente mientras sus ojos se abrían lentamente, Amity estalló en alegría y la abrazó con delicadeza para no lastimarla.

 

—Amity...

—Shh, no hables, te podrías hacer daño. —acarició su rostro con cariño—. Llamaré a la doctora.

—Estoy bien, tranquila. —la sujetó del brazo y la jaló a un beso suave y tierno—. Te extrañé mucho, mi brujita.

—Y yo a ti.

—Tuve tanto miedo, pero recordarte a ti, las Islas, a todos, me ayudó.

—Sobre eso... Hay algo que debes saber. —Amity se levantó, buscó algo en su maleta y se sentó—. Parece que Belos corrompió el portal, por eso nosotros terminamos en el Reino Humano y tú en el Reino de las Pesadillas.

—¿Eso existía?

—Si, tu madre se quedó en el mundo humano con Vee y nosotros vinimos a terminar con Belos. Raine en estos meses estuvo buscando sangre de Titán para abrir el portal al Reino Humano de nuevo.

—Entonces... todo eso, ¿fue falso? ¿Nunca estuve con mi madre? —Empezó a llorar, su respiración era irregular y su cuerpo temblaba.

—Tranquila, respira, no fue tu culpa, lo hizo Belos.

 

Con el paso de las semanas, una traumatizada Luz junto a Amity, cruzaron el portal al Reino Humano.

 

—¡Luz! —Camila corrió a abrazar a su hija, pero Amity se interpuso—. ¿Qué pasa?

—Hay algo que debes saber antes Camila.

 

Le contaron todo, a Luz le costaba dar los detalles de lo que le pasó, pero hizo lo mejor que pudo.

Cada vez que miraba a Camila, los recuerdos volvían y no le hacía bien.

 

—Luz, mija, —acariciaba suavemente la mano de su niña—, sé que no será fácil, pero haré hasta lo imposible para que superemos esto, lo prometo. —Volteó hacia su nuera—. Amity, ¿crees que Vee y yo podamos ir a las Islas?

—Luz...

—Por mi está bien.

—Entonces si.

—Iré a traer las maletas. —dijo Vee.

—Mija, ¿te puedo abrazar?

—No... —Camilla asintió y sonrió.

 

La vida no era tan linda como se imaginaban, pero podían trabajar en reparar el daño, juntas.




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