Mirada de las almas

Prohibido Mirar

Al salir de la habitación, Luca me guió hacia un pasadizo que nos condujo a una pequeña aldea. Juntos recorrimos los callejones, mientras observaba algunos edificios antiguos. La vista era fascinante y singular, distinta a todo lo que había presenciado en el mundo de los vivos, o al menos sentía que era así.

Finalmente, llegamos a la plaza, donde se exhibían pequeños puestos colmados de interesantes decoraciones y hermosas cerámicas. En el centro, una estatua se alzaba majestuosa, retratando a una bella mujer. La observé detenidamente, preguntándome si tenía algún significado especial . Mientras pensaba esto; un grupo de personas se juntó alrededor de un músico que, con destreza, tocaba una melodía encantadora con una flauta. Las notas flotaban en el aire, tejiendo una atmósfera mágica que envolvía todo.

La plaza se llenó de alegría, con cada individuo mostrando un estilo único a través de una variedad de danzas. Algunos se divertían en solitario, moviéndose con una elegancia característica; mientras que otros, junto a parejas, se sumergían en la armonía del baile colectivo.

Me resultaba imposible describir las emociones que aquello despertaba en mí, transmitía una sensación de profunda familiaridad. Un reconfortante calor, cargado de esperanzas, se adueñaba de mis sentidos, llenándome de tranquilidad. Nos acercamos a la multitud y nos dejamos envolver por la hipnotizante música. Pronto me vi moviendo el pie al ritmo de la melodía.

Si deseas, puedes bailar —mencionó Luca.

¿Yo? No bromees, es vergonzoso, hay demasiada gente.

No pensé que esas cosas te preocuparán. Parecías ser una persona más valiente. Además, hay tantas personas que apenas lo notarán.

Existe una diferencia entre bailar en público a ... Bueno... supongo que debo intentarlo... voy a hacerlo.

Me dirigí al centro, estaba muy nerviosa. Pero quise pensar en lo que había dicho Luca antes. Solo tenia que seguir el ritmo de la música. Di un paso, moví las manos y los pies; no paso mucho hasta que estuve conectada con la melodía. Esta era muy hermosa, transmitía una paz que cualquiera podía notarlo.

¿Que te pareció? — dije emocionada y algo cansada.

Bueno... No suelo mentir así que te seré sincero. Bailas horrible —respondió con tono serio.

¡No puedo creerlo! Eso no es cierto, debes estar exagerando.

Parecías un árbol seco que hacia pasos sin sentido. Ni siquiera seguías el ritmo —mencionó mientras trataba de imitarme.

No puede ser verdad, estoy segura que me había conectado con la música.

—Ese debe ser el problema, trata de no conectarte mucho —respondió de forma sarcástica.

Al parecer tenía su propio sentido de humor. Hace unos minutos me animaba y ahora parecía divertirse.

—No me dirás que tu bailas mejor. ¿O si?

Para tu sorpresa, mi respuesta es un si.

Luca se dirigió hacia el centro y empezó a bailar con una gracia impresionante. No cabía duda de que tenía un talento innato para ello. Era evidente que estábamos en ligas completamente distintas en ese aspecto, yo apenas podía seguirle el ritmo.

¿Ves lo que te dije?

No lo puedo negar, sin duda eres el mejor. Sabes algo, estoy pensando que quizá solías bailar cuando estabas vivo.

—Tal vez. A menos podemos asegurarnos que tú no lo hacías.

Muy gracioso de tu parte.

Después de un rato, la música cesó, y la multitud estalló en aplausos. Esto llevó al músico a inclinarse a modo de agradecimiento.

Eso fue hermoso, ¿verdad? —le comenté con una sonrisa

Sin duda lo fue. Este lugar puede ser extraño, pero tiene cierto encanto —respondió.

Decidimos dar una caminata, y pude observar un puesto de comida. Luca al notar mi curiosidad se acercó.

¿Deseas algo?

—No puedo creer que haya comida acá, nunca lo imaginé.

Pues, si bien ya no sea necesario, todavía puedes conseguirla y sabe casi igual que allá.

Después de comer, Luca propuso la idea de explorar una zona que lo intrigaba: una zona llena de espejos. La propuesta me pareció emocionante y no dudé en aceptar.

Nos alejamos de la plaza y fuimos por un sendero de piedra, en unos minutos se podía ver en la maleza un montón de espejos mirándose unos a otros.

No te acerques demasiado, dicen que no debes mirarte en ellos —advirtió.

¿Porqué hay algo así? Esto da escalofríos.

—Pensé lo mismo al inicio, pero no tengo idea de porqué existe esto.

Los espejos eran realmente impresionantes, tenían un tamaño casi como el de una persona promedio, con marcos elegantemente dorados que les conferían un aire de opulencia y distinción.

Voy a acercarme, no te preocupes, tendré cuidado.

—Mary, no creo que sea buena idea. Yo nunca me he acercado tanto...

Todo lo que tenía que hacer era evitar mirarme, como él había dicho antes. Si hacía eso, todo estaría bien. Me acerqué de forma cautelosa a un espejo y, justo antes de que pudiera reaccionar, éste giró hacia mí sorpresivamente. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, pero para mi alivio, solo pude ver mi propio reflejo.

Al parecer solo eran leyendas, no hay nada raro en ellos...

Antes de terminar la frase, mi reflejo se distorsionó, proyectando una imagen aterradora de mí misma que me dejó helada. Era una experiencia espantosa. Sin pensarlo dos veces, solté un grito de horror y retrocedí, luchando por apartar de mi mente lo que había visto, lo cual parecía sacado de una pesadilla.

Escuché los gritos de Luca, pero estaba paralizada. Se aproximó a mí, y me tomó de la mano mientras me alejaba del lugar, preocupado.

¿Estás bien? ¡¿Por qué no respondes?! ... Estás helada, esto no es bueno. Tranquila, voy a buscar ayuda.



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En el texto hay: almas, amnesia, muerte

Editado: 06.08.2024

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