Mujer. Las Historias que no se cuentan.

UNA GUERRERA EN PRISIÓN

Hay cosas que llenan el alma más que cualquier capricho. Hubo tiempos felices, por breves que fueran. A fin de cuentas, es mejor resignarse y aceptar la realidad. Cuando creces confirmas que no existen los cuentos de hadas, pero soñar es gratis y necesario. Tardarás años en comprender que vale más ser guerrera que princesa… Ella lo sabía.

Quiso crecer antes de tiempo y cuando echó la vista atrás entendió que hubiese sido mejor quedarse donde estaba. Ahora era tarde para volver al pasado; mejor dicho, era tarde para fantasear con él, lamentarse. Su mejor opción fue aceptar la realidad y ponerse la armadura. Por precipitarse y tomar malas decisiones recibió muchos golpes. Podría describir cómo se siente una mujer cuando pone precio a su cuerpo por pura necesidad. Siguieron existiendo las carencias, ahora económicas. Tenía el alma vacía, lo único que la llenaba era una criatura que necesitaba comer. Con la sonrisa más bonita e inocente del mundo, era pura luz. Sus ojos, color verde esperanza, lograban que ella confiara en una vida mejor. Enamorada de su pequeño príncipe. Que nunca le faltaría de nada fue su promesa. No le importó el precio a pagar. Tenía 19 años, había crecido demasiado rápido. A veces añoraba su niñez, donde las únicas preocupaciones eran sus rodillas limadas. Jamás imaginó que las heridas del corazón dolerían más. Pero era una guerrera con una debilidad como el tendón de Aquiles. También era guapísima, aunque ella se infravalorara. Esas habitaciones fueron el único testigo de sus lágrimas e interminables noches en vela, pero se arreglaba el maquillaje y levantaba la cabeza. Necesitaba un poco de Paz en medio de tanta guerra.

Aún así, siguió adelante. Esa criatura siempre tuvo sus mejores cumpleaños, estudios, médicos… Un niño feliz y saludable; su sonrisa era su sustento. La promesa seguía en pie. Pero su vacío emocional era inevitable, demoledor. No se sentía mujer sino un objeto. Siempre quiso encontrar el amor, pero no hacían más que romperle el corazón. Los que no entendían que vendiera su cuerpo, los que la prejuzgaban, y los que seguían tratándola igual que los que entraban en la habitación. Un temporizador en la puerta marcaba el inicio y fin de su calvario, cada minuto era una eternidad. Odiaba a los hombres con todas sus fuerzas, se sentía sucia. No aguantaba más, rompió sus propias reglas. Decidió que robar sería más fácil que desnudarse, ahora era ella quien los utilizaba. Necesitaba evadirse y se refugió en la droga. Se sentía demasiado golpeada por la vida, quería devolver los golpes a todo aquel que se le pusiera por delante, literalmente. Entró en una espiral de violencia, drogas, destrucción, delitos… Prisión. 6 años y medio. Fue tan difícil ese proceso… Pero como bien dije al principio de este relato, nunca fue todo tan difícil. Ella era una guerrera y este, su descanso. Después de duros años comprendió que era la manera que tenía la vida de pararle los pies. Tenía una coraza y una fuerza inquebrantable, no era la primera vez que se sentía presa. Aunque sea difícil de comprender, encontró el amor. Ese con el que tanto soñó… “Por fin estás aquí” Cuando casi había perdido la Fe, se sintió plena. Sonreía, era feliz. La mayoría de las personas que entran en prisión sienten que su mundo se desmorona, para ella fue su salvación. Podría haber aparecido muerta en alguna cuneta; paliza o sobredosis. Vivir al límite conlleva riesgos, corrió con suerte. Tiene 30 años, aún cumple la promesa que le hizo a su Príncipe; y siente que puede volver a empezar con ilusión. —Hay cosas que no se pagan ni con todo el oro del mundo, una de ellas es la libertad; pero tenerla sí que vale un precio. Uno que nunca imaginé que debiera pagar. Entendí que no existe el amor si primero no me lo sentía a mí misma. Pero cuando menos lo esperas va la vida y te sorprende; y la sonrisa vuelve a iluminar tu cara. Creo en el destino y en los caminos que debes recorrer para llegar a tu puerto, tu hogar. Mi peor momento se convirtió en mi mejor historia. Esta historia es mía, una historia real. Cada mañana me miro al espejo y ahí la vuelvo a encontrar, una guerrera.



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En el texto hay: superacion

Editado: 09.12.2025

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