Mundo no Verdadero

NUEVE

Anderson 
 

Me dirigí hacía el sótano del palacio, el guardia me abrió la puerta haciendo un sonido de metal ya oxidado.

— Adivino..... ¿vienes a por el collar para llevárselo a John?– asiento lentamente.

Lo mire una vez más hasta que caminé hacía el interior de esta zona donde solo el rey y yo podemos entrar. El rey me tiene mucha confianza y yo a el, siempre le agradeceré por lo que hizo conmigo, y a mi familia.

A pesar de tener 21 años, me nombró como su fiel y leal seguidor, guardián real del palacio.

Guardián de su único hijo. Lo único que le queda de su mujer, que paz descanse.
 

A lo lejos estaba ese frasco de cristal con una gran candando de obsidiana puro rodeándolo por completo. La joya sagrada del mundo de los Elementos. 
Esa joya tiene más 3 mil años humanos de antigüedad pero para nosotros... 300 años. Lo bueno es que, si llega alguien a querer poseerlo, no podrá ya que el collar solo reconoce a la familia real. 
En este caso, el padre y el hijo.
Solo el hijo lo usó una vez para entregar una caja con... la verdad no recuerdo pero era para el mundo mortal. Por el siglo XVI, bastante tiempo, lo sé.
 

Me acerqué y abrí con cuidado el gran y poderoso candado con la llave que me dio mi señor. Al decir verdad, esta joya fue creada por un grupo de druidas tras invocar un ángel y un demonio al mismo tiempo creando un caos terrible.
 

De esa manera, fue tan fuerte el poder de los dos seres, que dejaron su sangre esparcida por todo el lugar. Al juntarlos, se formó la Joya de los elementos.
 

Pero como dije, eso fue hace bastante tiempo.
 

Agarré la joya y salí de ahí para dirigirme a la oficina de mi señor.

<•>

Olivia

Llevar un arco en mi espalda no es lindo, parece que llevo ladrillos porqué, para ser exactos, es de un material muy pesado, parece metal pero según Neil es una piedra resistente, que solo está en el mundo del fuego.

Aún me siento una total desconocida sin idea alguna de este mundo. Pero en fin, aún intento ver la forma de regresar para ver a mis amigos, deben estar preocupados al igual que mis padres.

Neil se encargó de guiarme hacía los terrenos de entrenamiento donde se encontraban más personas de este mundo.

— Como te lo dije antes, todos te mirarán pero es solo porque no te conocen ya que en ese lugar van siempre los mismas personas— dijo mientras se detenía para mirarme directamente.

Escalofríos fue lo que sentí cuando me miró con esos ojos rojos intensos. Muy raro ya que el tiene los ojos grises pero creo que es porque su fuerza sobrenatural está al máximo.

Bueno es lo que me dijo el pero yo creo que es por otra cosa.

Tengo que salir de éste mundo...

— Sigue caminando derecho hasta que veas la cancha de entrenamiento. Yo tengo que ir a la otra cancha— dijo mientras preparaba sus cosas para luego irse por donde me dijo.

— Espera...— dije para que se detuviera pero el ya se había ido.

Bufé derrotada pero no me quedaba de otra más que ir, así que emprendí camino hacía allí sosteniendo bien mi arco.

Llegué allí con los nervios al máximo, pero me emocionaba la idea de aprender arquería, los nervios no me dejan tranquila.

Pude ver que había muchas personas practicando arquería, algunos se podía ver que eran novatos al igual que yo, y otros eran unos expertos en el arco. Fue impresionante ver como dominan el arco y la flecha.

— Tu debes ser Olivia.— me sobresalte cuando escuché una vos ronca a mis espaldas y giré sobre mis talones a encarar la persona.

Era un chico que fácilmente me sacaba dos cabezas, alto con ojos negros y pelo castaño.
Muy atractivo debo admitir.

Me miraba como si fuera algo difícil de descifrar para descubrir que era, y que hacía en estos lugares. Una sonrisa se instaló en su rostro, haciendo que unos pequeños hoyuelos aparezcan en sus mejillas.

— Si lo soy. ¿Tu también entrenas aquí?.— movía mis dedos de los nervios. Conocer gente nueva no era mi especialidad.

— No, soy el entrenador y el encargado de que las personas tengan un buen entrenamiento de arquería.— dijo mientras daba vueltas a mi alrededor, analizándome de pies a cabeza.

Lo miré esperando alguna reacción suya, pero detuvo su análisis hacía a mi que ya me tenía con los nervios muy altos.

— Tienes buen físico para hacer arquería, y discúlpeme si la incomode. Es solamente para ver que tipo de entrenamiento necesitas, es todo.— dijo restándole importancia.

Pero un grito nos sacó de nuestra conversación haciendo que el entrenador vaya corriendo por dónde vino el grito. Corrí detrás de el.

Las demás personas que estaban en el campo, también corrían pero en direcciones diferentes. Con tanta gente, perdí de vista al entrenador que no sé su nombre.

Intenté localizarlo pero no tuve existo. Quedé en shock cuando vi a uno chico, que estaba en el entrenamiento, con alas rojas tratando de volar pero algo se lo impedía.

Escuché un rugido muy fuerte que hizo que tapara mis oídos con las manos. Sentí un escalofrío cuando me di la vuelta lentamente para ver aquel rugido.

Mis ojos se abrieron como platos al ver semejante bestia, definitivamente mi cuerpo quedó en total shock e incapaz de moverse. Era un dragón negro enorme con detellos violetas, como de 10 metros aproximadamente.

Un ser... majestuoso que vieron mis ojos.

Me quedé inmóvil viendo como el dragón soltaba al chico que tenía agarrado para que pueda irse volando a toda prisa, el dragón puso sus ojos en mí cuando dejó libre al chico. Sentí miedo cuando lo vi acercarse lentamente hacía a mí.

Hasta que estuvo a dos metros en donde estaba, un humo violeta lo rodeó haciendo que tape mis ojos por inercia.

—¿Eres Olivia cierto?— me sobresalte cuándo escuché una voz gruesa.

Miré lentamente a donde vino esa voz y quedé estática al ver a un joven realmente atractivo y con alas negras con detalles violetas.



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En el texto hay: romance, magia, sobrenarutal

Editado: 19.04.2024

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