Prólogo

El monitor de signos vitales cada vez aceleraba más rápido, los médicos están haciendo todo lo posible para estabilizar el ritmo cardíaco de aquella persona que está postrada sobre la camilla.

De repente, solo se escucha aquel sonido agudo del monitor que da aviso de que ya no hay vida.

Los doctores salen de aquella sala de cirugía, un poco melancólicos por el suceso. La sala queda sola y en un total silencio.

La puerta se abre y entra un hombre, que entre su mano izquierda trae un maletín que pone sobre la mesa de herramientas quirúrgicas, abriendo este y sacando geringa con un frasco más pequeño que el dedo meñique, atravesandolo con la aguja, y subceonando el líquido blanco de este y después insertandoselo al cuerpo sin vida de la mujer que estaba acostada sobre la camilla.

En ese momento su cuerpo empieza a covulsionar, votando sangre de su boca, que a su veces se iban regenerando las heridas y la hemorragia interna que tenia ....... La mujer volvió a la vida.

-En donde estoy?- Preguntó algo asustada y respirando con fuerza.

-Estas en un hospital.

Ella se da cuenta de que su boca esta manchada de sangre, al igual que la sábana que tiene encima -¿Qué ma sucedió?.

-Tuviste un accidente de tránsito -respondió con una mirada fijadfijada en ella.- Tu cuerpo sufrió un gran daño, causando tu muerte.

-¡¿Que?!- responde sorprendida de lo que había dicho aquel hombre.- Ósea que estoy muerta? - haciendo que sus ojos se cristalicen -Y tu eres la parca y has venido por mi alma?

-No lo soy - poniendo una cara de incomodidad -Mejor dicho soy el que te devolvió a la vida. Y si quieres seguir con vida tienes que venir conmigo.

La mujer se queda pensando en lo que le dijo, diciéndole en un adentros si estaba bien irse con él o no. Pero él  la trajo a la vida, de todas formas era una forma de agradecerle..

Ella aceptó con la cabeza

 -Buena decisión -dice extendiendo una mano hacia ella -tenemos que irnos para que no nos descubran.

Juntos salen de aquel hospital, sin que nadie los viera y desapareciendo sin dejar ningún rastro.