—. 5 minutos es muy poco, déjeme acompañarla a su casa, la llevo y podemos conversar mucho más cómodos pienso yo.
—. Trevor, ¿Eres consiente que realmente no deseo hablar contigo? No quiero sonar grosera ni nada por el estilo, pero realmente han sido días estresantes para mí y no deseo hablar con nadie.
—. Claro que sé que no la debe estar pasando bien, por ello deseo contentar la profesora, no sea terca venga.
Sentí como me jalo levemente del brazo señalando su auto a lo que negué zafándome de aquel agarre para poder mirarlo con seriedad.
—. Me parece muy descortés lo que haces, ¿Acaso no aceptas un NO por respuesta?
—. Claro si fuera el castroso de Nathaniel no lo fuera dudado en subir al auto no es así.
—. En primer lugar, no hables así de él, y en segundo lugar no te interesa lo que haga o no haga con mi vida, no eres mi dueño ni yo soy tu marioneta.
—. Bueno deberías tener cuidado y claro que me importa sabes, tu felicidad me importa y yo sé que aunque hayan terminado ¿Crees que a Nathaniel le importas? ¿Crees que está sufriendo por el hecho?
—. Ya se ha donde quieres llegar y no te daré el gusto Trevor, y si me disculpas allí viene mi medio de transporte con permiso.
Gire los ojos algo fastidiada para subir al bus que me dejaría cerca de mi casa, mientras miraba por la ventana recordé las últimas palabras de Trevor a lo que toque mi cabeza negando.
—. Claramente, mi Nath no está mal porque no hemos terminado en verdad, ish Lilly a veces como que analizas tarde.
Reí un poco para mí para tomar mis auriculares colocándomelos para empezar a escuchar música, detrás de mí se encontraba una chica cubierta de pies a cabeza que desde que subí no se había sentido, parecía tener mi misma ruta, fue cuando baje que está bajo lo cual me pareció raro, intente correr a mi casa de manera disimulada que al llegar y abrir la puerta esta se adentró primero con un arma en sus manos, me puse pálida como la nieve, realmente era la primera vez que me ocurría algo parecido, consideraba que era muy joven para morir.
—. Por favor baje el arma…puede llevarse lo que sea, pero baje el arma…
—. A mí simplemente me interesa llevarme una cosa y es su vida…
Esta soltó una leve risita mientras tensaba el gatillo, sentía que poco a poco me iba a desmayar, el miedo empezaba a atacar y mis lágrimas salían a montón mientras sentía como mi cuerpo temblaba.
—. C…como que mi vi…vida...
—. Te has metido con quien no debe señorita Jones, robar novios no es de buenas chicas como lo aparenta ser usted.
—. Yo…yo no le he robado el novio a nadie…
—. Eso dígaselo a mi mejor amiga que está sufriendo por Nathaniel.
—. ¿Qué? Yo no sé por qué ha de sufrir…no soy una roba novios si Nathaniel y yo terminamos.
—. Pensaste en voz alta ahora no te me hagas la bobita.
Esta vuelve a soltar una risa mucho más fuerte, pero en esos mensajes empezaron a llegarle, intentaba moverme y poder quitarle el arma, pero mi cuerpo se encontraba en un estado de shock al igual que inmóvil, volví a reaccionar al ver el video que me estaba enseñando la mujer, era un video en vivo de Nathaniel teniendo relaciones sexuales con otra mujer, esta que tenía pinta de ser modelo... Simplemente, me sentí muy mal y devastada, la chica afirmo que quien fue feliz vuelve donde lo fue.
No puedo comentar las cosas desagradables que me dijo antes de marcharse, simplemente quería llorar, llamaba a Nathaniel para ver si lo que vi era verdad o mentira, pero todo se iba al buzón de mensajes, a mi número llego al cabo de minutos de llanto fluido el video donde al final Nathaniel llegaba al orgasmo en la boca de la chica… Me dio tanto asco a decir verdad… No podía ni lo quería ver por lo que lo bloquee sin pensarlo dos veces tirándome a llorar en mi cama, ese día no atendí ni mensajes ni mucho menos llamadas, me encontraba en mi cama bajo las cobijas cuando escuche la puerta, sin respuesta alguna escuchaba el toqueteo la idea era que pensaran que “no estaba en casa”.
No puedo evitar pensar que me sentí engañada, aunque claro Nathaniel no se iba a quedar de brazos cruzados como lo fuera hecho cualquiera, tenía cara de comentar lo que paso por lo que con ayuda de Saray logro encontrar la casa de Kennta, que sin pensarlo dos veces emprendió rumbo a donde esta, pero igual Ken estaba como los demás, sin saber de mi paradero, esta afirmo que pude haber salido, pero la verdad es que estaba como una boba ilusionada llorando bajo mis sabanas en silencio, realmente no entendía por qué la gente era así, le gustaba destrozar parejas por montón tras una obsesión mediocre, por eso es que pasan la mayoría de veces solos.
Al cabo de una hora volví a escuchar la puerta de forma insistente así que lave mi rostro viendo a Nathaniel junto a Ken, este cuando iba a hablar y tocar de mi rostro le aventé una cachetada, tenía bastante enojo y lo empuje fuera de mi casa, para mirarle con las lágrimas retenidas en mis ojos.
—. Lilly, amor, déjame explicarte no quiero que me dejes...
—. No tienes nada que explicar, quédate con esa, a fin de cuentas nada es felicidad para mí, siempre esta quien me la destruye, y Ken quiero estar sola mañana no iré al instituto.