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Prologo

Es tiempo de decir "Adiós"

Había llegado el momento, todo se á acabado y no existía forma de repararlo, sabía que esto era inevitable, frente a frente con una fuerte frialdad en su mirada y sin dejar de clavarle esos ojos castaños se giró y le dio la espalda, el hecho de que sus caminos se separaran no era lo que la lastimaba, le dolía el que usara la palabra "lastima" para expresar el supuesto "amor" que le había tenido tiempo atrás. Han transcurrido tres años de mentiras entre ellos donde al final de cuentas esta primera relación solo le sirvió para dos cosas, la primera, crecer un poco más y la segunda, perder el tiempo con alguien que no valía esos tres años.

Lentamente fue retrocediendo sin dejar de clavarle los ojos a su espalda, en esos instantes repasaba los tres años que había compartido con él; ¿Me arrepentía de algo, sentía dolor, tristeza o rabia?, cuestiono a sus adentros. Quizás de todo un poco todo este tiempo sus memorias a su lado estaban vacías y no merecía la pena llorarlas o sufrirlas, pero aun así debía sacarlo y no tragarlo como siempre acostumbraba.

-Es tiempo de decir adiós, gracias...- murmuro él girándose sobre sus talones.

Sus palabras vacías fueron completamente suaves, el cielo completamente gris, las calles oscuras donde apenas uno que otro peatón las atravesaba escapando a toda prisa de la cercana lluvia, cuando dieron el primer paso de distanciamiento las gotas de lluvia comenzaron a hacerse presentes y entre más grande se volvía aquel espacio la lluvia se volvía más intensa. Nunca llevaron una relación formal siempre fue algo vacía como si solo se hubieran vuelto una "pareja" para rellenar aquella "soledad" y al menos durante ese pequeño lapso de tiempo ella pudo sentir felicidad y después de este adiós poco a poco todo esto será sellado en el olvido. Parecía que la lluvia ocultaba esas pequeñas lágrimas que se le escapaban, en un arrebato de niña comenzó a saltar en los pequeños charcos de lodo que se formaban a su paso como si estuviese desquitando todo lo que llevase atrapado dentro de sí.

- ¿Puedo saber porque te ocultas?

-No me estoy ocultando y aun si así fuese ¿Por qué debería decirlo?

Miraba al cielo oscuro cuando se dio cuenta de que estaba hablando con alguien sin embargo al observar a su alrededor estaba completamente sola como si aquella grave y seductora voz masculina hubiese sido un producto de su imaginación, no sentía miedo, rencor, odio, tristeza o dolor, es como si esa voz hubiese absorbido toda emoción oscura en ella, bajo la mirada y sonrío. Era tiempo de decir adiós y volver a casa, la vida de Leijha apenas estaba por empezar pronto cumpliría veintiún años y finalizaría la universidad.

¿En que diablos estaba pensando? En realidad, el muy imbécil no estaba pensando, había observado la escena y al finalizar esta las palabras le salieron sin aviso observo como la joven buscaba a su alrededor el origen de aquella voz y se maldijo a si mismo por lo descuidado que fue solo pudo observar como esa pequeña criatura daba marcha a su destino. Se sentía estúpidamente atraído, pequeña y delgada, de tez blanca con ojos brillantes y dorados cual oro, adornada graciosamente por largos y ondulados cabellos del color del chocolate mirarle le provoca un sentimiento nostálgico la ultima vez que vio a su hija fue vidas atrás luego de su desaparición lo único que las diferenciaba era el color del cabello por todo lo demás era absoluto e idéntico, Vasudev le garantizaba que ella seguía viva pero que no le recordaría o se esperanzara de ser reconocido, él no se rendiría la seguiría buscando cual desquiciado.




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