Novela a mis 5 lectores

Capítulo VIII: El Nombre Prestado

La idea llegó una noche mientras Valarqui relanzaba sus cuadernos, buscando algo que le hubiera pasado por alto.

Encontró un personaje. Un secundario. Alguien que había aparecido en una de sus primeras novelas abortadas. Un personaje que nunca tuvo final porque la novela en sí nunca lo tuvo. Era un hombre. Un pintor. Alguien que había sido dibujado en una o dos escenas, pero que tenía un nombre: Mirren.

Mirren.

Valarqui sintió algo al pronunciar el nombre. Era como si el nombre tuviera su propia vida, su propia vibración. Como si estuviera esperando que alguien lo usara apropiadamente.

Y entonces comprendió lo que tenía que hacer.

Escribiría su historia—la historia de Valarqui—pero no como Valarqui. La contaría a través de Mirren. La usaría como máscara. No como confesión. No como lamento, sino como ficción. Como narrativa. Como algo que pudiera ser verdadero sin ser autobiografía.

Pasó una semana reescribiendo.

Convirtió la angustia de Valarqui en la angustia de un personaje. Convirtió su historia en arqueología. Vio a Mirren como un escritor diferente, en una plataforma diferente, pero enfrentando exactamente los mismos demonios: el algoritmo hambriento, la demanda de clichés, la incompatibilidad fundamental entre lo que el mercado quería y lo que su alma necesitaba crear.

La novela que emergió fue extrañamente liberadora.

No porque el sufrimiento fuera menor. Sino porque al filtrarlo a través de otro nombre, otro cuerpo, otro destino, Valarqui podía verlo con claridad. Podía analizar sus propias cicatrices como si fueran las cicatrices de un extraño.

Escribió sobre Mirren observando sus propios números descender. Observando cómo sus mejores obras eran ignoradas. Observando cómo su nombre se convertía en sinónimo de "no lo que quiero." Escribió sobre Mirren en la madrugada, cuestionándose si valía la pena continuar.

Pero luego escribió sobre el momento de la grieta. El momento donde Mirren comprendía que escribía para sí mismo. Y luego sobre el viaje a los márgenes. Sobre encontrar personas verdaderas. Sobre la correspondencia silenciosa.

Lo contaba desde dentro del personaje, como si Valarqui no existiera. Como si todo fuera ficción. Pero la ficción era más honesta que cualquier confesión.

Valarqui publicó esta novela de una forma diferente.

No en Plataforma de Publicación, donde su nombre aún resonaba como maldición. Publicó bajo el nombre Mirren en un pequeño sitio de literatura independiente. Un sitio que no tenía algoritmo. Que no medía visitas. Que simplemente almacenaba historias como un archivo vivo.

Los primeros tres días: catorce lecturas.

Luego vino un comentario. De alguien que se llamaba @WritersPath:

"He leído esto tres veces en dos días. Siento que me estoy leyendo a mí mismo. ¿Es autobiografía? ¿Es ficción? ¿Es acaso esa la pregunta equivocada?"

Valarqui respondió: "Es la pregunta equivocada. Todo es autobiografía. Todo es ficción. La verdad está en la resonancia, no en la clasificación."

Otros comentarios llegaron. No muchos. Pero suficientes. Gente que reconocía algo de sí misma en Mirren. Gente que estaba lidiando con la misma encrucijada: ¿continuar escribiendo para un mercado que no te quiere? ¿O retirarse a los márgenes?

Valarqui descubrió algo interesante: al usar un nombre diferente, liberó algo en los lectores también. Podían leer sin prejuicios. Podían encontrarse con la historia sin el peso de lo que sabían sobre "Valarqui." Mirren era limpio. Mirren era nuevo. Mirren les permitía mirar sin defensas.

Fue durante este período cuando comenzaron a llegar propuestas.

La primera fue de una pequeña editorial independiente. Querían publicar la novela de Mirren en formato impreso. Tirada de quinientos ejemplares. No pagarían dinero, pero ofrecían algo más valioso: legitimidad. Objeto físico. Presencia real.

Valarqui aceptó.

La segunda propuesta fue diferente.

Vino de Plataforma de Explotación.

El nombre oficial era Plataforma Global de Escritores Independientes, pero los escritores lo conocían como Plataforma de Explotación. Era un sitio de origen chino que había comenzado como lo que parecía ser un sueño: pagar a los escritores por sus historias. Real dinero. Real compensación por real trabajo.

El pitch fue entusiasta:

"Nos encantaría tener a Mirren en nuestro catálogo. Vemos potencial en su trabajo. Ofrecemos: bono inicial de cien dólares, porcentaje de ganancias por lectoría, exposición global, traducción automática a dieciséis idiomas, posibilidad de monetización de audiolibros. Podría ser transformador para su carrera."

Valarqui se sentó con la propuesta durante tres horas.

Cien dólares era dinero real. Era más dinero de lo que había recibido por su escritura en toda su vida. Era validación no solo de mercado sino de que alguien, en algún lugar, consideraba su trabajo lo suficientemente valioso como para pagarlo.

Pero algo no encajaba.

Investigó.

Pasó horas leyendo foros de escritores. Encontró testimonios.

Un escritor había publicado una novela completa en Plataforma de Explotación. Ganó cien dólares iniciales. Luego comenzó a recibir reportes de lecturas. Sus números bajaban y subían. Esperaba las ganancias. Mes uno: veintidós dólares. Mes dos: quince dólares. Mes tres: cero dólares.

Cuando contactó al soporte, la respuesta fue: "Sus números de lectura no cumplieron con los estándares mínimos. Su contenido ha sido limitado en visibilidad."

Otro escritor describió el proceso así: "Es como cuando te rompen un brazo lentamente. No te lo rompen todo de una vez. Primero presionan un poco. Luego un poco más. Y para cuando comprendes que te lo van a romper, ya has firmado los papeles que autorizan el daño."

Valarqui leyó sobre los términos de servicio. Estaban deliberadamente oscurecidos. Pero después de leerlos cuidadosamente, comprendió:

La plataforma retenía derechos sobre el contenido incluso si lo removías. Podían traducir tu trabajo sin tu permiso explícito. Podían venderlo a terceros. Podían usar tus historias como marketing sin compensación adicional. Los "dólares iniciales" eran avance, pero si tu contenido no generaba suficientes lecturas en el primer trimestre, jamás recuperarías ni eso.




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