EL AMANECER
Mi niñez fue normal, o eso creía yo. Una mamá alegre, divertida, amorosa de esas madres que puedes reír y reír pero que sin problemas te manda a la habitación castigada luego de haber gastado toda la harina por armar una guerra con los niños de la cuadra. Un padre que siempre encontraba tiempo para nosotros a pesar de que trabajaba mucho, mañanas de escondidas y pelota, tardes de picnic y lectura por la noche. Un hermano, que simplemente era mi héroe, dos años mayor que yo, y si bien peleábamos constantemente era mi colchón en mis caídas y mi escudo con el cuál defenderme.
Vivíamos en un barrio alegre, de esos que se ven en las películas. Donde en la tarde salen todos los niños a andar en sus bicicletas, donde los vecinos no son extraños con los cuáles no hablas, donde una vez al mes nos reuníamos todos en la plaza a pasar la tarde. Los mismos que cuando enfermabas, todas las noches te llevaban un tazón de sopa y una gran porción de pastel. Nunca te ibas a quedar solo en un cumpleaños, así se cayera el mundo con la tormenta, todos ellos estaban allí, principalmente la familia Gailen.
La familia Gailen la conozco desde que tengo memoria. Me encantaba la historia de cómo se habían conocido. Mamá había coincidido con la Sra. Gailen cuando iban a la universidad, mamá estaba cursando un semestre de literatura clásica mientras Alison estaba haciendo un seminario de adaptación en los medios laborales. En ese momento ya estaba saliendo hacía un tiempo con Steven Gailen. Se cruzaron en un pasillo cuando mamá estaba perdida buscando el salón, en seguida comenzaron a dialogar y en poco tiempo se convirtieron en grandes amigas. Fue ahí cuando mamá se enteró que la familia de Steven tenía una importante empresa de software de seguridad y que le habían ofrecido un trabajo allí a Alison, ella se había graduado en recursos humanos y es por ello que estaba cursando ese seminario. Mamá me contaba que el Sr. Gailen siempre fue igual, buena persona pero muy reservado. En nuestra niñez solíamos jugar a que el Sr. Gailen era un agente secreto y debíamos cubrir su identidad para que atrapara al villano que siempre era la Sra. Rupert, vivía en la esquina de la cuadra y era amante de los gatos, tan amante que tenía el mismo carácter, constantemente te sacaba las garras.
Al finalizar ese año decidieron salir a celebrar que tendrían unos meses de tranquilidad con la universidad. Mamá había comenzado a trabajar en una ONG gracias a una recomendación de un docente de la universidad. Ella se encargaba de ayudar en la adaptación a los nuevos jóvenes que comenzaban allí. Siempre me gustó ir a ese lugar, sentía una energía positiva, fue allí donde descubrí mi pasión por la danza. En ese lugar hacían de todo, desde danza, instrumentos musicales, apoyo escolar, tenían una biblioteca que era hermosa. Bueno, volviendo al tema, decidieron ir a festejar, ya que Steven no era una persona demasiado sociable, decidieron simplemente ir a cenar al lugar al que iban siempre "Donetto". Alison le comentó a mamá que esta noche no serían solo ellos tres. Sino que también iba a ir un amigo de Steven que hacía unos años que no se veían, él se había ido a estudiar a una universidad del extranjero. Pero le habían dado la posibilidad de una beca en esta Universidad por lo que el próximo semestre se iban a encontrar todos en la misma Universidad.
Esa noche fue cuando mi mamá conoció a Tomas, mi papá. Siempre contaba que era muy torpe y que en dos ocasiones tiró la bebida en la mesa, que los mozos del lugar ya lo miraban con mala cara. Por otro lado papá siempre me dijo que la razón de eso fue porque se había puesto muy nervioso cuando vió a mamá, Lizbeth, así se llamaba aunque todos le decían Liz. Que cuando la vio quedó deslumbrado. No solo por la belleza sino por su personalidad alegre, vibrante. Tenía la habilidad de sacarte una sonrisa en esos días que creías que todo iba mal. Lamentablemente eso no lo heredé.
Al pasar los años fueron forjando cada vez más la amistad al punto que decidieron hacer una boda doble. Cuando la señora Gailen quedó embarazada de su primera hija Lía, mamá entró al parto. Pero eso fue porque el señor Gailen se encontraba en un viaje de negocios. Un año después del nacimiento de Lía, llegó mi hermano Connor. Según papá apenas nació hizo notar sus fuertes pulmones. Cosa que seguíamos sintiendo cada vez que lloraba o gritaba.
Dos años después del nacimiento de Connor, se encontraban las dos en el sanatorio, esperando tener familia. Se habían sincronizado tanto que no solo estaban embarazadas al mismo tiempo sino que el parto fue el mismo día. Mientras mamá esperaba para tenerme a mí, la señora Alison estaba a la espera de Luzbe. Recuerdo que cuando les pregunté a mis padres el motivo de mi nombre me explicaron que el médico les había dicho que por unas complicaciones en el parto de Connor no iban a poder tener más hijos y que mi llegada fue una alegría, por eso de mi nombre. Fue ahí que me enteré que Alai significa alegría.
Creo innecesario aclarar que nuestros vecinos eran la familia Gailen. Los domingos era día de encuentro de ambas familias, aunque en la semana pasábamos prácticamente juntos. Lógicamente mi cumpleaños lo festejaba con Luzbe. Al parecer eso venía desde que éramos bebés, nuestras mamás siempre nos contaban que si no nos veíamos durante el día en la noche llorábamos y mucho.
Con el paso del tiempo la amistad fue creciendo, al igual que nuestra complicidad. Era una de mis personas favoritas, si él lloraba yo lloraba, si él reía yo era feliz. Podía saber lo que pensaba o sentía con solo verlo a los ojos, con ver cómo se movía. Conocía todos sus gestos y expresiones. Al igual que él las mías. Cuando mis papas estaban de viaje solía quedarme en la casa de los Gailen y si bien extrañaba a mis padres era una aventura total estar allí. Jugábamos a las escondidas, acampamos en el patio, Lía nos contaba historias de terror algunas noches. Esas noches luego de acostarnos Luzbel venía a mi encuentro, porque sabía que me daban miedo esas historias, aunque nunca lo demostrara. Mis debilidades y mis miedos eran pocas las personas que las veían, o conocían.