OPCIONES
Analizo mis opciones. Porque siempre tenemos opciones. A veces son malas todas las que tenemos, pero están allí.
Puedo hacer como que no lo recuerdo, pero vamos, hasta un infante sabría que es mentira. Puedo hacer como si nada hubiera pasado, como si no me hubiera matado otro poco que Luzbel y su familia me abandonaran poco después de que lo hizo Connor y de que murieron mis padres.
Pero no. Tomo la mejor opción que tengo. Tomo el picaporte, cierro rápidamente la puerta y salgo corriendo como si el mismísimo diablo me persiguiera. Sólo espero poder salir lo suficientemente rápido de aquí. Pude darme cuenta que Luzbel quedó tan confundido como yo de verme allí, por lo que espero que le tome unos segundos más reaccionar y que no venga a por mi.
De tantos lugares me lo vengo a encontrar en una iglesia en Nueva Orleans. Si, volvimos con mi prima para aquí, ya que acá tenemos un poco más de apoyo. No me detengo a pensar que hace Luzbel aquí y porque carajos está trabajando en una iglesia. Simplemente me voy.
O eso trato de hacer.
—Y muchacha consiguió los libros — es muy simpática esta señora pero donde me siga bloqueando la puerta, no voy a dudar en estaquearla.
— emmm.. no, no tuve la oportunidad de pedirlos. Debo irme. Urgente debo irme — informo, mientras intento nuevamente acercarme a la puerta. Pero nuevamente soy bloqueada. Esta señora ya no me está agrandando.
— Si quiere déjeme la lista de los libros y su teléfono. Yo misma me encargo de buscarle todo y le pego un aviso cuando los tenga así los pasa a…
— No es necesario Gloria — ooooo mierda. Grandísima mierda. No voy a darme vuelta, no voy a darme vuelta, tendría que haber corrido más rápido. Mierda — yo puedo atender a Alai y ayudarla con los libros que necesita
Pude ver claramente cuando Gloria (al parecer así se llama) se da cuenta que me ha llamado por el nombre. — aaaaa se conocen? — Pregunta interesada ya por una historia. Pero antes de que pidiera decir algo Luzbel Se adelanta dos pasos y habla antes que yo.
— No, me dijo su nombre antes de cerrar la puerta de mi propia oficina en mi cara — ok, se está burlando. Un poco merecido lo tengo a decir verdad. — la señorita al parecer le surgió un apuro de último momento, pero si me da unos minutos seguramente podemos encontrar una solución al tema por el que ha venido.
— aaaaa la señorita vino por unos libros para sus clases — informa Gloria. No me voy a molestar en corregirla. Evidentemente.
— muchas gracias por todo Gloria — le agradezco con una sonrisa, ya era momento de intervenir. Necesito terminar rápido con esto para poder irme y buscar con Pilar otra forma de conseguir esos estúpidos y viejos libros que solo aquí tienen copia — Estoy necesitando unos libros para una investigación. — le digo mientras le extiendo la hoja donde están detallados los libros.
Nos costó mucho tiempo llegar a estos nombres. No es una tarea fácil, principalmente cuando no hay registros de su existencia.
— Lamento no poder ayudarla señorita, estos libros no existen — Dice Luzbel con cara seria mientras me devuelve el papel. Si seguro, ja.
— Que extraño… No es lo que me informo el Sr. Langloise. Que por si no se dio cuenta es su firma la que se encuentra allí abajo.
— Conoce al Sr. Langloise? — Pregunta Gloria sorprendida.
— Si, de hecho lo estoy ayudando a organizar un evento de beneficencia para dentro de dos semanas. — Le comento mientras le muestro a Luzbel mi mejor sonrisa petulante. — Si no me equivoco — me dirijo a Luzbel ahora — Langloise es su más fiel colaborador, no queremos que el señor se sienta defraudado ante su solicitud verdad? — Puedo ver como Gloria muy seria niega con su cabeza. Esta señora es divina, podre quedármela? — En esa carta le dice que debe colaborar conmigo y esos libros. Así que, los estoy necesitando.
— Pasemos a mi oficina para conversar un momento, por favor.
— lo siento, no puedo. Como comenté hace unos minutos me surgió algo y debo irme. Pero no se preocupe tiene el día de hoy para buscarlos. Enviaré a alguien para que los recoja mañana
— No se preocupe niña yo misma le voy a buscar los libros — esta Gloria es un amor.
— Muchas gracias, esta tarde cuando me reúna con el Sr. Langloise le voy a hacer saber que colaboro mucho con esta tarea. Es tan importante para el como para mi que tenga estos textos.
No mentía, no del todo. En el tiempo que llevábamos aquí, hicimos muy buenas conexiones. Era necesario. Una de ellas era el Sr Langloise. Un viejo rico que donaba unas sumas muy muy generosas de dinero a las iglesias de esta ciudad. Gracias a él, la biblioteca de esta iglesia es una de las mejores. Tiene volúmenes que no encuentras en ningún otro lado. Es obsesivo con la religión y un coleccionista nato. Ahora de jubilado se dedica a organizar eventos de beneficencia y ayudar a empujar las iglesias y que los jóvenes se arriman a ella. Evidentemente no lo hace únicamente por amor al prójimo, que quede claro. Este señor se ha pasado los últimos cinco años de su vida, haciendo hasta lo imposible para poder pertenecer al grupo de élite. Veremos si lo logra, el cáncer no le permite mucho tiempo más. Sacando de lado el motivo por el cuál hace todo esto, es un punto a mi favor.