Nunca sueltes mi mano.

Capítulo 5

Capítulo 5

 

−¡Mi Jefe! Padre de la niña a la que cuido. –comenta tratando de no sonar muy igualada−. Bueno creo que ya es hora de irnos ya se hizo más tarde, yendo por la niña hasta la habitación de Pía.

−Deja te ayudo, está muy bonita –dice mirando a la niña en brazos de Ivonne.

−Sí, dice Pía, llévate ese engendro del mal, antes de que me la coma a besos. –comento desde la cocina que prepararía la cena, para su novio y cuñado.

−Ya, me la llevo, sino va a desaparecer, de tanto beso que le das –dice Ivonne con risa.

Ya en el auto Matías, manejaba muy despacio, parecía que no quería llegar al destino ya que así podría estar más tiempo con Ivonne, que si fuera por el no llegaría a su destino, ella le gustaba mucho.

−Podrías manejar un poco más recio –mirando su reloj viendo la hora que ya pasaban de las diez de la noche.

−Es que como llevamos a la bebe me da miedo ir más rápido, pero ya mero llegamos, Ivonne ¿Tu estas saliendo con alguien? –pregunto directamente, sabia por Pía que estaba soltera, pero quería asegurarse bien, antes de dar el siguiente paso.

−¡No! Solo me dedico al trabajo, digo con Daniela, es todo lo que llena mis días, pero me encanta estar con ella. –comenta dándole un besito en la frente a la niña.

−Sí, pero ¿Qué va a pasar si te despiden? –pregunto al ver que ella tenía un cuidado excesivo hacia a la bebe, como el de una madre.

−Bueno sería doloroso, porque la quiero mucho, pero estoy consciente que no soy, su madre.

−Si por supuesto es solo que se ve que la quieres mucho y pues si tú quieres yo te puedo ayudar a buscar otro trabajo. –Dijo tratando de no sonar posesivo, pero el hecho de que ella tuteara a su jefe muy internamente le encendió una alarma, que le decía que si no se apuraba a cortejarla ella podría encontrar a alguien.

−Bueno…Por el momento estoy bien con mi trabajo, quizás más adelante si necesito te pediría ayuda. –dijo mordiéndose un labio por los nervios, el solo pensar en dejar a Daniela y dejar de ver a Rafael, se le estrujaba el corazón.

 −Si cuando tú quieras, te puedo conectar para la empresa para la que trabajo. –comento sin apartar la vista de la carretera−.Mi hermano, se casará en dos semanas, supongo que iras a la boda.

−Sí, claro ¡cómo perderme la boda, de mi amiga! Además seré la dama de honor –dijo arrullando a Daniela que se arremolinaba en sus brazos.

−¿Te gustaría ser mi pareja para la boda?  Digo… Sí, es que no, has pensado en llevar a alguien. –pregunto esperando su respuesta.

Ivonne, solo sonrió.  −Claro porque no.

−Matías solo sonrió ante la respuesta de Ivonne. –Ok entonces serás mi pareja para la boda, no sé, si quieras que nos vayamos juntos o nos vemos allá, sabes quiero ser caballeroso contigo.

−Mejor nos vemos allá, debo ayudar a Pía con algunas cosas y me imagino que tu ayudaras a Liam, si me esperas solo los voy a retrasar.

−Tienes razón, está bien entonces nos vemos allá, me hace muy feliz que seremos pareja en la boda. –sonriendo.

Así llevo a casa de Rafael, donde le dejo en la entrada de la puerta, apenas iba a tocar cuando Rafael abrió, sorprendiendo a Ivonne, pero le molesto mucho el verla llegar acompañada.  −Buenas noches dijo…

Tanto Ivonne, como Matías, devolvieron el saludo.− Buenas noches.

−Bueno Matías nos vemos después y gracias por traerme. –Entrando a la casa, solo viendo como Rafael tenía cara de molestia.

-Si adiós, que este bien –dijo renuente sin querer irse.

Cuando Matías por fin se fue, Ivonne subió a la habitación de Daniela que ya estaba junto a la de ella, en ese acuerdo habían llegado para estar cerca de ella. Pero Rafael estaba que trinaba del coraje, ya cuando bajo a buscar algo de cenar se encontró a Rafael en la cocina haciendo lo mismo, solo que este exploto de una frente a Ivonne.

−Me puedes decir ¿Quién es él? –pregunto espetando con las manos en la cintura.

Ivonne solo lo miro, buscando una sartén para calentar un poco de la comida que había dejado del medio día. −Un amigo.

Rafael solo le dio espacio, pero se sentía molesto, con sentimiento encontrados, sentía celos Si eso era el sentía celos. ¿Qué amigo? –pregunto furioso mirando como ella lo evadía, tal parecía que era una escena donde el marido le pedía explicaciones a su mujer.

−No creo que tenga que darte explicaciones ¿O sí? –Dejando de hacer todo lo que estaba haciendo para retarlo con la mirada.

-A claro que sí, ya que te llevas a mi hija, ¿Quién sabe a dónde? Y ¿Quién sabe con quién? – Espeto casi al grado del grito, pero lo que más le molestaba, era verla llegar acompañada.

−Bueno la niña necesita salir, ver personas, no puedes tenerla aquí encerrada, digo ella disfruta salir. –Colocando las manos en su cintura al contestarle.

−Sí, pero tengo derecho de saber ¡¿Con que gente interactúa mi hija?! –explotando frustrado.

−Bueno es el hermano del novio de mi amiga, ya venía y se ofreció a traerme, no son gente mala, ni nada por el estilo, al contrario es casi mi familia. –dijo haciéndolo  a un lado para mover la sartén que comenzaba a humear.




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