Ocaso de una melodía

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La noche resultó una verdadera porquería. El chelista en cuestión me llevó a ver una película de cine independiente bastante mala, el café de la estación de servicio sabe a petróleo sin contar que además tiene ese aspecto y para coronar la noche tuve que cambiar un neumático, de un auto que no era mío! Ni siquiera tengo auto!

Afortunadamente la cita terminó después de eso y pude volver a casa a enfurruñarme en mi cama tranquila. Estaba tan molesta con la humanidad que me costó conciliar el sueño, y cuando finalmente logré dormir, Morfeo hizo de las suyas y volví a soñar con él.

Una vez más desperté llorando a moco tendido y sin consuelo. De a poco me fui calmando y pude sentarme a secar mi cara y tratar de poner mis ideas en orden.

Sería cierto lo que decía Koni? Podría ser que después de tanto tiempo él haya conseguido perdonarme? Y si tomaba mis cosas e iba a buscarlo? Que seria lo peor que podría ocurrir? Que el no estuviera o no quisiera verme, nada que no hubiera pasado antes, cierto?

Con esa certeza, y sabiendo que no perdía nada con volver, tomé coraje y me levanté.

-ok... Primero: café, después: mochila, moto y allá vamos... Lizzy, quedas a cargo, y si aparece Lucas... Moja por mi sus pantalones, puedes?- le dije a una Lizzy amodorrada a los pies de su cama. Tendría que hablar seriamente con su vecina... Tal vez hasta consiguiera que regara sus jazmines.-Por cierto... Que haces aquí a esta hora?

Poniéndome las pantuflas enfilé hacia la cocina en busca de la preciosa y deliciosa cafeína (si, lo se... El nombre de mi amor platónico lleva cuatro letras: Café) que terminara de despejar mi adormecida cabeza mientras trazaba mis planes para los próximos días. Y si finalmente voy a hacer esto, lo haré bajo mis términos, lo antes posible para evitar cambiar de idea, y seria mejor si avisaba después de haber salido de casa.

No pude evitar imaginar la cara de Koni cuando la llamara mientras metía algo de ropa en la mochila, zapatillas, documentos, dinero, cargador del celular, y en un arranque de inspiración, el cuaderno de la biblioteca.

Me vestí con ropa térmica: camiseta, pantalones, borceguíes y una campera gruesa, me trence los rizos lo mejor que pude, agarré la mochila, casco, violín y dejando una nota para Maya, la dueña de Lizzy, abandoné el departamento. En el pasillo, antes de tomar el ascensor, metí la llave de su casa bajo la puerta de Maya.

Cuatro horas después y a 150km de casa, me paré a estirar las piernas en una gasolinera. Había olvidado lo que se siente al estar tanto tiempo sentada. Una vez mas me pregunté si lo que estaba haciendo era lo correcto, pero ya no puedo echarme atrás.

Pensé en casa. A esas alturas mis amados jazmines deben estar siendo regados por la morenita de la puerta de enfrente. Anticipándome y disfrutando de antemano, saqué el celular de la mochila y llamé a Koni.

Ella es como una mamá gallina con sus pollitos, muy protectora y a veces, una autentica cabrona con quien se atreve a mirar mal a uno de sus pequeños. Y adivinen quien es el pollito. Exacto. Esto va a ser tan divertido...

- Nena, voy de camino al instituto. Olvidaste tus llaves otra vez?- preguntó ella.
- En realidad quería avisarte que llamaron de la página esa... La de acompañantes, tu membresía expiró la semana pasada- respondí aguantandome la risa.
- Ja ja ja... Muy graciosa... Eso fue hace siglos, y si Lara no se hubiera ido de boca... En fin... Imagino q no llamaste solo por eso...
- Emmm... No... Pero mejor será que estaciones el auto... No quiero ser culpable de un accidente de tránsito.
- Pasó algo? Tu papá? Fue tu papá? Que carajos?!!
- No! Ya no exageres... 
- Suelta de una vez que estoy al borde de un colapso!
- jajaja perdón... Te acuerdas de esa conversación que tuvimos? Cuando me decías que volviera por Miguel?
- ajá, que con eso? Vas a ir?
- De hecho... Ya me vine. Salí esta madrugada, ahora estoy en una gasolinera, a 5hs de casa.
- En serio? Y qué te hizo decidirte? A que hora llega tu colectivo? Le avisaste a tu madre?- esa era la parte difícil, pues a ella, a ninguna en realidad, les gustaba mucho la idea de que usara una moto para desplazarle por la ruta, o la calle, o la autopista, o...
- Si... Ya la llamé, y voy en moto- tosí esto último.
- Qué???- tuve que alejar el celular de mi oído. Sí. Así de fuerte sonaba- Eva Katherine Miller!!! Como se te ocurre viajar en esa porquería?? Que va a decir tu madre?!! Me sorprende que no te haya hecho un escándalo... 
- bueno...
- Alto ahí jovencita! Ella cree que vas en colectivo? 
- Pero...
- juro que vas a matarme... Llámame cuando llegues.

Me cortó. Ella me cortó! Tiene que estar muuuy molesta...



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En el texto hay: viajes, reencuentro, primer amor

Editado: 15.03.2019

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