Ópera: Rosas De Invierno

CAPITULO 4: LO QUE BUSCAS, TAMBIEN TE ESTÁ BUSCANDO

"No te averguences nunca por decir lo que piensas, eso es lo que te hace única"
-Erick de Alexander-
 

 

¿Serías capaz de interferir en la historia de dos personas por amor? ¿Ser egoísta sería una opción para ti? 

Esas preguntas no han parado de rondar por la cabeza de Heder ¿Por qué tenía que renunciar a algo que ella quería desde hace tanto? Es decir, Erick aún era soltero, sus sentimientos no son malos, pero… ¿Por qué se sienten como si lo fueran? 

Corine dormía tranquila mientras que Heder no soportaba la culpa de tener sentimientos por su primer amor. 

No había considerado que Erick ya tenía una vida, una historia, familia y que nunca existió en ella. Aun así, siente que es su deber ayudarlo ya que nadie más entendería su situación o ¿Si? 

— Te ayudaré Erick, aunque eso signifique que no podamos ser cercanos—susurró. 

Aún faltaban algunas horas para el amanecer y tenía que dormir un poco si quería descubrir el por qué había llegado a este lugar, a este tiempo, a este… año. Bueno, si aún está aquí para ese entonces. 

... 

 

Horas después, Heder despertó al escuchar un fuerte sonido. 

Era nada más y nada menos que la bella Corine quien dejó caer al suelo su cepillo por accidente. 

—Buenos días angelito durmiente— exclama Corine al darse cuenta de que Heder se despertó— Discúlpame— 

—Descuida, pero ¿No es muy temprano para estar despierta? — preguntó Heder. 

—No para mí, como bailarina debo mantener una estricta rutina matutina. ¿Sabías que tu calificación depende mucho de lo bien que te veas? Y ahora que Erick está aquí ¡Debo esforzarme mucho más! — 

—Oh, que es cierto que Erick está aquí— 

—Lo sé, es tan emocionante que pienso escribirle a mi madre está tarde para contarle sobre Erick. — 

—Seguro va a estar feliz— 

—¿Tú crees? Desde que tengo memoria, mi madre me ha hablaba mucho de Erick. Lo imaginaba como un príncipe valiente de los cuentos de hadas que ella me contaba, La diferencia era que él...si existía. Yo era muy pequeña para viajar en ese entonces, pero mi madre solía visitar mucho a los de Alexander. Desconozco el porqué de pronto dejó de hacerlo cuando tuve edad para acompañarla. Realmente creo que mi destino era conocerlo tarde o temprano, por eso nos reunió aquí— 

Tal vez Corine tenía razón, tal vez el destino si estaba actuando a su favor, pero ¿Entonces por qué Heder estaba aquí? ¿No sería más fácil que Corine fuera su salvadora? Es casi seguro que sea su esposa, aunque nunca había leído o escuchado sobre ella en lo poco que había investigado sobre Erick. Sin duda tenia que investigar más al volver. 

—Lástima que no estudio Canto y Actuación, sería mi profesor todos los días—Suspira— Espera, yo no tendré clases con él, pero ¡Tú si! — 

Por un momento Heder se congeló, no recordaba que estaba a punto de volver a verlo. Sus manos se aferraron a la falda de su vestido mientras temblaban, nunca antes un ser provocaba reacciones tan poderosas en ella. 

—A..así es ¿Por? —  

—¡Eso es! — Corine empezó a dar vueltas por toda la habitación— Tú…tú podrás ayudarme Arianne— 

—No Corine—  

—¿Qué? ¿Por qué? —  

—Tu misma lo dijiste, es obra del destino ¿No es mejor esperar a que los reúna en el momento indicado? —  

—Bueno, es que no puedo dejarle todo — 

—Claro que sí, se paciente — 

—Pero yo no quiero esperar—  

—Lo tendrás toda la vida como tú esposo—Nunca le había costado tanto hablar a Heder como ahora— ¿No podrías esperar a que él venga a ti? — 

Corine soltó una risa nerviosa 

—Ooww ¿De verdad lo crees? — 

—Sí— Heder se levantó de la cama y comenzó a arreglar su vestido para verse un poco más presentable.  Su vestuario no cambió, seguía con el uniforme del futuro el cuál era moderno comparado con los de ayer. 

—Arianne — Corine comienza a reír —¿Qué clase de ropa es esa? — 

—¿Está? Oh, es que yo...— 

— Descuida, ya entendí...extranjeros. Seguramente en donde vives está de moda — 

—Si, correcto. Está de moda — 

—Ayer no me había dado cuenta porque estaba muy oscuro, pero realmente es muy corta esa ropa. Tu cultura es muy extraña, vestirnos así en este lugar sería el exilio — 

—Lo sé, pero descuida que pienso respetar los reglamentos de esta escuela mientras esté aquí — Gracias a Dios Corine no hizo muchas preguntas —Bueno debido a que mi equipaje...Eh, se perdió...si se perdió, tendré que usar esto mientras puedo ir a una ¿Tienda de ropa? — ¿Tienda de ropa? ¿A caso ya existían?  

—¿Pero de que hablas? ¡No puedes usar eso! Está hecho un desastre ¿Quieres desprestigiar a tu familia? No, no lo permitiré. Debes usar tu uniforme si no te van a expulsar— 

—¿Mi uniforme? — 

—Si, se encuentra en ese armario con tu nombre ¿Lo ves? — señala con el cepillo. 

—Si, lo veo— “Arianne de Rosemund” era el nombre que tenía escrito. 

—Bien, a todos los alumnos de Rosas de Invierno se les asigna un armario con los uniformes, de vez en cuando encontrarás vestidos demasiado elegantes con invitaciones lo cual significa que debes asistir a esos eventos, así que no te asustes si de vez en cuando está diferente— Adeline se acerca a mi armario y comienza a buscar entre las prendas—Este es el correcto, toma— 

—Gracias— Heder tomó el uniforme. 

El antiguo o más bien actual mueble era ¡hermoso! Tenía detalles de madera simulando guías de rosas azul ultra rey con hojas y espinas negras.  

—Tus atuendos serán azul ultramar, es el color que usan los estudiantes de Teatro y Canto— 

—¿Azul ultramar? Yo…—Heder se acercó al armario y miró los atuendos— Son tan bonitos— Arianne de Rosemund también quería ser cantante, al igual que Heder. 

—Son diseñados exclusivamente para Rosas de Invierno. Tener maniquíes estudiantiles para promocionar diseños es increíble ¿No lo crees? — 




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