Tranquilo, tomando café en el sillón.
Me siento feliz y me siento con imaginación.
Soy una amable persona y escritor.
Me siento levemente en el ordenador.
La luz de la lámpara enciendo, me lleno de tormentos.
Para escribir un escrito terrífico lleno de mil lamentos.
Gritos hasta en el templo, se oyen pisadas.
Cuando despierte en la cama, no te protegerá la manta.
Se apagan las luces, me enfrento a la oscuridad.
Mi piel se eriza y todo bombea con dificultad.
Cualquier percepción y sugestión son objeto de imaginar.
Sonidos que confunden y no sé cómo actuar.
¿Cómo proceder ante un ser desconocido?
Millones de movimientos que hacer y mis manos tiemblan.
Piernas no responden ante la miseria.
Y encuentro a aquel ser terrorífico.
Dicho y predicho y mi corazón ya no late.
Se me escapan los chillidos como si cuerpo fuera tela.
Debo escapar de esta tortura ante de que me mate.
Y enfrentarme a esa sombra, aunque la tema.
Y huye, por tu supervivencia, antes de que mueras.
Tu sangre es su despertar y soy su merienda.
Viene un alma oscura, no hay escapatoria.
Demoras y te caes por el suelo, y cavas tu ataúd.
Cada tropiezo es una forma de morir ahora.
Y gritas ante La Sombra de la Luz.
Voy despacio, y con cada paso escribo mi epitafio.
Sacio la sed de sangre de ese ser que se va abalanzando.
Menudo suplicio, seguramente llevo un maleficio.
Iría a la iglesia para coger un crucifijo.
Seguramente no sirva y muera como sacrificio
A un dios que quiere torturarme, para él es muy divertido.
Soy un desperdicio, una lacra ¿por qué me quiere torturar?
Por favor, que alguien me saque de este lugar
Estoy sufriendo de un ser que está lleno de maldad
Mi alma está en peligro, y no me deja de atormentar.
Yo estaba tranquilo en mi cama escribiendo.
Terrores tormentos como en mis libros, este es mi precio.
Por escribir oscuras historias y ahora me toca pasar.
Lo que un personaje tuvo que sufrir, y me toca morir o matar.
Una linterna se acerca a mi mano y lo toco.
Está fría, y me acerco poco a poco.
Millones de velas enciendo a cada paso que rozo.
Oigo tantos sonidos que me voy a volver loco.
Viene un alma oscura, no hay escapatoria.
Demoras y te caes por el suelo, y cavas tu ataúd.
Cada tropiezo es una forma de morir ahora.
Y gritas ante La Sombra de la Luz.