Patinaje

Una aparición inesperada

En ese momento solo solté un suspiro y volví a la cocina para ver qué mismo podía hacer de comer, normalmente haría fideos hervidos a fuego lento y pa dentro, pero... ahora tengo visitas y me daría un poco de vergüenza ofrecerle algo tan básico, así que, me puse las manos a la obra dejando salir mi espíritu de master chef.

–Veamos... que podríamos... ¡Ya se! – Dije agachándome a buscar un paquete de arroz marca “MAROLIO” –¡¿Eres alérgico a algo?! – Pregunté mientras agarraba los ingredientes.

–Uhm... nada que yo sepa... ¿Por qué? – Respondió algo dudoso.

–No quiero que te mueras en mi casa por cocinarte algo– Dije con un tono serio.

Axel no me respondió nada, aunque si se acercó a la cocina para ver qué mismo estaba haciendo, me sentía algo incomoda, pero supongo que no se quiere sentir inútil para toda la vida, esto lo digo porque podía ver en su rostro asombro por lo que estaba haciendo, seguramente nunca ha prendido una cocina en toda su vida. Este pensamiento provoco que inconscientemente soltara una pequeña risita.

–Quieres... ¿Prenderla tú? – Dije apagado la cocina y dándole el encendedor.

–N-no… yo no…– Se aleja un poco –M-me da miedo– Dijo tartamudeando.

Me comencé a reír fuertemente.

–Jajajajaja por dios Axel– Me acerqué rápidamente –Ten, préndela– Dije poniendo el ofendedor en su mano.

Axel miraba la cocina con un tremendo miedo, lo podía ver en sus ojos, me parecía algo muy infantil de su parte. “Demonios, ¿Tanto miedo te puede dar prender la cocina?”, es lo que se me pasaba por la cabeza hasta. Luego de pensárselo un poco, por fin se acercó, pero falló en prenderla.

–¡¡NO PUEDO!! – Dijo alejándose de la cocina.

–Axel ven aquí no seas cobarde, o si no lo pondré en las redes que “Axel Myres no sabe prender una simple cocina” – Lo chantajeé con mi teléfono en mano.

–¡¡NI SE TE OCURRA!!

Axel se acercó rápidamente para volver a intentar prender la cocina, fallo nuevamente, pero lo volvió a intentar varias veces hasta que el fuego hizo su presencia.

–¡¡¡¡LO HICE!!!! – Regresó la mirada llena de emoción –¡¡¡AYLEN PRENDI UNA COCINA!!!

Su emoción era comparable a la de un niño pequeño cuando le compras algo que quiere en el super mercado, o cuando conoce a su personaje de caricatura favorito en persona… simplemente un niño.

Al momento lo aparte y puse una olla con agua y sal, dejé que se caliente, mientras tanto… me fui a picar cebolla y pimiento.

–Bien por ti... felicidades– Dije sarcásticamente debido a su emoción.

–Uhmm– Se calma –Como sea– Dijo yéndose a explorar mi casa.

Por otro lado, me puse muy seria en la cocina, creo que después de tantos años no preparaba algo más casero con mis propias manos, supongo que es algo bueno... solo esperaba que realmente le guste este platillo que mi madre me hacía de pequeña.

–Ya sé por qué no cocino platillos grandes … – Dije con lágrimas en los ojos –Odio la cebolla.

Pasaron los minutos y la casa estaba muy silenciosa... hasta pensaba que Axel se había ido pese a que la lluvia no se detenía. Salir en estos momentos seria demasiado hasta para mí, por lo que mi deducción fue que él se encontraba en algún lugar de mi casa, su única opción por más que le duela es quedarse aquí conmigo hasta que la tormenta pare.

–¡Axel ya está la comida! – Dije poniendo la comida en la mesa.

No recibí respuesta por lo que decidí ir a buscarlo por la planta baja de la casa… aunque no lo encontré, fui a buscarlo en la planta de arriba. Sin hallarlo todavía, ya me estaba estresando un poco, entré al baño y no estaba ahí.

–¿Axel?...

Nuevamente no recibí respuesta, miré bien mis alrededores y me di cuenta que la luz de mi cuarto estaba prendida, pero la puerta cerrada, entonces supe que estaba ahí o estuvo. Me fui corriendo hacia la puerta y la abrí bruscamente.

–AXEL TE ESTOY HABLAN...

Interrumpe.

–Que cuarto tan… poco femenino, me lo esperaba un poco más rosado– Dijo abriendo el ropero el cual estaba echo un desastre –Necesitas una sirvienta, aunque si fueses una, sinceramente te despediría.

Corrí a cerrar las puertas del ropero algo avergonzada.

–¡¡¡VETE A BAJO!!!, ¡¡¡NO TE DI PERMISO PARA QUE ESTES REVISANDO MIS COSAS!!! – Dije apuntando mi puerta.

–¿Que ocultas?, a poco hay ropa de hombre porque ahora mismo no tienes nada femenina señorita Aylen...

–¡¿Eso importa?!, ¡Que te vayas, ahora! – Dije empujándolo de mi cuarto y cerrando la puerta en el proceso.

No oculto nada solo que olvide doblar la ropa y me daba algo de vergüenza que viera que esta todo esparramado, podría sentir mi cara caliente del sonrojo. Bajando las escaleras, Axel vio la comida que le había preparado.

–Vaya, vaya... pero mira esta delicia– Dijo mientras se sentaba.

Esas palabras me tomaron por sorpresa, tanto que mi corazón comenzó a latir rápidamente... tragué un poco de saliva y me fui a sentar a la otra punta de la mesa mirando el platillo que había echo

–Es-espero que te guste…– Dije con una pequeña sonrisa –Ten cuidado... está caliente.

Interrumpe dando el primer bocado.

–E-e-está caliente

Solté una risa que hizo enfadar un poco a Axel.

–Deja de reírte, no es gracioso.

–Consté que te avisé que estaba caliente– Me acerco un poquito –Sopla, ca-ri-ño– Me volví a reír.

El rostro de enojo de Axel era único, me hacía reír, pero decidí dejar de verlo para que no se enfade nuevamente, comimos en silencio como en la tarde, no podía creerlo, Axel Myres podría hacerme quedar en silencio eso era impresionante, supongo porque no tengo nada que contar y porque no quería incomodarlo.

Terminamos de comer, Axel juntó los platos y se los llevó a la cocina antes que yo me moviera, pero... no los lavo solo me quedo viendo como si me preguntara “¿Qué hago ahora?”, me estresaba la idea de su edad no sepa lavar platos o prender una cocina... supongo que así son todos los niños mimados.




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