Me quedé pensando en el beso que le acabo de dar a Axel, fue tan mágico y atrevido de mi parte y sinceramente, era algo que jamás había pensado que pasaría en estos 17 años que llevo de vida... “Robar un beso... quien lo diría” fue lo que pensé.
–No me esperaba eso de ti Aylen... ¡Que atrevida! – Dijo Laura dando golpecitos en la mesa.
–No debiste presionarla tanto Laura...– Dijo Fernando dándole un golpe en la cabeza a Laura.
–¡¡Ay!! Ni que ella se estuviera quejando.
–Aun así, estuvo mal.
Mientras tanto les interrumpí con mis comentarios sobre lo que acabo de vivir.
–Sus labios son suaves y cálidos... con un toque de dulzura– Dije dando vuelta las puntas de mi cabello.
–¿Ves?, la nena está creciendo, literal es su primer beso.
–No trates de arreglarlo Laura.
De pronto Laura beso a Fernando para callarlo y que pueda ganar su mini “pelea”.
–Ay... eres tan dulce– Dijo Fernando mirando a otro lado como todo un buen Simp.
–Jeje... lo sé.
(Suena la campana)
–L-los veo luego tortolitos– Dije recogiendo mi basura e irme pensando en lo sucedido con mi querido novio.
Me fui del lugar dirigiéndome a mi salón de clases algo desanimada porque la materia que tocaba era muy aburrida. Una vez dentro vi que Axel no había entrado todavía... quise esperarlo, pero pasaron algunos minutos y no aparecía, así que me fui a sentar. Divagaba en mis pensamientos, teniendo la idea de que quizás le molestó el beso inesperado que le di o quizás que Laura y Fernando se hayan sentado con nosotros, después de todo él dejó muy en claro que no quería saber nada de ellos.
–Sea lo que sea... debo disculparme– Dije para mí misma.
Se hicieron las 6:30 pm, prácticamente la hora de salida y no parecía que Axel iba a volver para proponerme patinar con él.
–Supongo que me iré a casa nomas.
Ya estando en mi dulce hogar, tiré mi mochila y los patines cerca de una de las tantas macetas que tenía por la casa.
–¿Debería...? ¿Mandarle mensajes? – Dije mirando mi teléfono y su contacto.
La última conexión era a las 6:50, solo pasaron unos minutos desde su última conexión. Le dejé mandando un mensaje, pero ni siquiera el visto me dejo, solamente le llegó el mensaje.
–Mejor esperaré a mañana para hablar con él– Dije tirando el móvil en la cama en el cual rebotó y cayó en el piso –¡¡¡¡KYAAAAAAAAAAAAAAA!!!! ¡¡Mi telefonooooooooooOOoOooOoO!! – Dije tirándome para agarrarlo.
Soy una estúpida, rompí la pantalla del celular y entré en pánico porque no prendía.
–La cagué… ¡¿POR QUE SON TAN FRAGILES LOS TELEFONOS DE MIERDA?! Mi padre me va a matar... y no creo que me compren otro– Miré mi celular con desesperanza –Ahí va mi pésima mala suerte... tendré que ver luego cuanto sale arreglarlo... sí lo tiene– Dije desanimada.
Guardé el teléfono en el cajón que estaba a aun lado de mi cama y me fui hacer algo de comer. Mirando mis patines tirados hicieron que me enojara un poco, pensar en que me dejó plantada sin siquiera decirme el por qué... era irritante. Quería seguir suponiendo que era por el beso, es decir, se fue de la nada luego de eso, “Es un estúpido, ahora por su culpa me siento triste y sola”, dije para mí misma.
–Volviendo a mi soledad de mi bello hogar– Dije sentándome en el sillón y prendiendo el televisor en la que, salía una noticia de Axel con su pareja y la famosa madre de Axel –Vaya... sí que son famosos, pero ¿Por qué es tan famosa la madre?
La gran duda existencial que se hacían los noticiarios fue, “¿Se donde salió la proclamada novia de Axel Myres?”, casi escupo los fideos que me estaba comiendo en ese momento, me asombre y más cuando empezaron a mostrar fotos de mi persona, sin lugar a dudas me stalkearon las redes sociales puesto que son fotos que las tengo subidas a mi perfil.
–Vaya... sí que son curiosos, ni siquiera me siguen los hijos de puta– Dije luego de soplar los fideos que se encontraban calientes.
Apagué el televisor y llevé mi tazón al fregadero para lavarlo, me duché y me acosté en mi cama algo cansada, pero estaba algo inquieta por las cosas que decían en la tele, mi teléfono y Axel que se habían ido de la nada. Intenté de no pensarlo tanto y tratar de calmarme hasta que me quedé profundamente dormida.
(Al día siguiente)
Como mi teléfono está roto y debido a esto no pude poner ninguna alarma me quedé dormida.
(Se escucha el sonido de los carros y el resplandor del sol se hace notar)
–¿Uh? – Me levante lentamente –¿Ya amaneció? – Me quedé procesando mis propias palabras –¡¡NO ME JODAS, YA AMANECIO!!
Tomé mis cosas y corrí sin pensarlo hacia la parada del bus para ir a la escuela. No tuve tiempo ni de cepillarme el cabello, lo tenía todo inflado y ondulado y todo por culpa del teléfono que lo rompí ayer.
–¡¡¡ME CAGO EN LOS TELEFONOS DESCARTABLES DEL ORTO!!!
Llegué a la escuela con el pulmón en boca, seguí corriendo a duras pena para llegar a mi salón, pero el profesor de Biología no me quería dejar entrar porque llegué 40 minutos tarde.
–¡Por favor profe! déjeme entrar... no volverá a pasar, de hecho– Saqué mi celular roto de la mochila –Se me rompió el teléfono ayer y no pude poner alarma ni saber la hora exacta, se lo pido… déjeme pasar solo por esa vez.
–Está bien... que no vuelva a pasar señorita Evans ¿Sí?
–Muchas gracias y lo siento, con su permiso– Dije entrando al salón de clases mientras que en un pequeño contacto visual pude ver a Axel el cual se encontraba sorprendido.
–Ho-hola...– Dije sentándome a su lado.
Axel desvió la mirada intentando evitarme con una expresión de incomodes. No me gustó para nada ese gesto de su parte por lo que también hice lo mismo, aunque con algo de tristeza.
Acabó la clase de biología, el profesor se dirigió hacia mí para recordarme que tengo que ponerme al corriente debido a que me perdí 40 minutos de su hora de clases. No puedo enojarme por eso porque es más encima mi materia favorita.
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Editado: 23.07.2022