Perder o Ganar Libro 4

Cap 8 Embarazada

RICHARD

Mis ojos siguen la dirección de la ambulancia, el sonido de la sirena permite que los otros autos le den el acceso para transitar en la vía y desviarse hasta que se pierde de mi vista. 

Suspiro profundo...

Hoy ha sido un mal día.

Primero en la oficina: dos de mis empleados sufrieron un accidente laboral en la máquina de diseño gráfico. Tuve que quedarme al frente ayudando a detener el fuego y dando declaraciones a la aseguradora sobre el accidente; luego me quedé en la oficina hasta saber que los trabajadores estaban a salvo, pasada la tarde conduje hasta mi departamento para darme una ducha rápida y llegar al evento. 

Wendy, mi secretaria, me dijo que a todos los que le enviamos invitación para la gran feria empresarial habían llegado, eso me puso contento, sé que iba a conseguir más de dos contratos con clientes sumamente importantes. 

Vuelvo a suspirar...

No me esperaba esta bienvenida. 

Acababa de llegar al salón y justo en el momento en que estoy saludando a una empresaria reconocida: Ana del Castillo "la gerente de la aerolínea NOVA"

Ana, me estaba felicitando por lo organizado que había quedado el evento.

 Cuando de repente se escucha el grito de una mujer diciendo que la comida estaba envenenada y de pronto un sonido agudo de Lozas y utensilios caen al piso. La escena me causó pánico y a la vez enojo. 

¿Cómo se atreve a dañar mi evento? ¿De dónde salió esta loca? 

Estaba descalza su cabello todo alborotado, su cara con pegoste de maquillaje veteado y sus ojos con una sombra oscura. 

Cuando había imaginado que este evento iba a hacer muy importante en mi trayectoria empresarial, justo sucede esto. 

¿Cómo es posible?. 

Todos los alimentos fueron meticulosamente seleccionados. 

Mi equipo de trabajo se encargó de contratar una agencia de gastronomía muy reconocida. 

Me regreso hasta el salón donde observo un personal de primeros auxilios haciendo entrevista a todos los que consumieron los pasabocas y camarones.

—¿Cuántos platos se comió? ¿Siente algún malestar? ¿Dificultad respiratoria? ¿Algún picor en el cuerpo?— Eran algunas de las preguntas que le hacían a mis invitados. 

Me sentía avergonzado con todos, caminaba alrededor con el rabo entre mis piernas por semejante Show que hizo esa demente, abro la puerta de una oficina, me acomodo en el escritorio con mis ojos cerrados.

—Señor, tengo la información que me pidió— Wendy entra con unas hojas en las manos.

—¿ya tienes el nombre de esa mujer?— pregunto con la respiración acelerada. Primera vez que la veo y con esa pintura chorreada en la cara no pude reconocer quién era.

—Se llama Andreína Salvaterra y llegó con Bruno Coppola uno de los socios de la empresa.

<Andreína Salvaterra> repito, ni siquiera ese nombre reconozco, Primera vez que la escucho. 

—aquí tiene el listado de todos los empresarios que consumieron alimentos de la mesa— sostengo el documento con mis manos y me lleno de coraje. 

Se supone que esta era la lista de mis potenciales clientes que harían negocios conmigo, no de los que consumieron alimentos de la mesa. Bufo.

Estoy jodido... 

Aprieto el documento con mis manos hasta arrugarlo. 

—¡Quiero noticias de la loca que llevaron al hospital! ¿Por qué fue la única que se intoxicó?

—Sí, señor, ya Alexia está en el lugar y ha conseguido averiguar.

Saco rápidamente mi teléfono y le timbro a Alexia, ella es del equipo de logística.

—Hola señor puede estar tranquilo, la mujer no se intoxicó por los camarones, los síntomas que presentó fue por su embarazo.

<puede estar tranquilo> <Síntomas de embarazo> las palabras retumbaban en mi cabeza. Loca desquiciada...

—Maldita mujer la voy a demandar por daños y perjuicios. Por manchar mi buen nombre, por hacerme perder una millonada— grito desde lo más profundo de mi ser.

—Te haré la vida un infierno, por haberte metido conmigo. ¡Con Richard Hidalgo nadie vive para contarlo!—. Declaro con mis ojos inyectados de ira y los puños cerrados y la sangre hirviendo por todo mi cuerpo.

 

Andreína

Abro mis ojos y me encuentro con una luz blanca, ¿estaré en el cielo? ¿Seré juzgada por mis actos? ¿Dónde está Juan Pablo? Muevo mi cabeza hacia los lados y lo que veo son equipos de hospital a mi alrededor. 

—Andreína, ¿cómo te sientes?— miro el rostro de Alicia, entonces no estoy en el cielo, todavía estoy en el mundo de los vivos, ya había amanecido y tenía mi brazo canalizado.

—Te desmayaste por deshidratación, últimamente no te estabas alimentando y dormiste toda la noche por agotamiento.

—¿Deshidratación? ¡Alicia! Richard Hidalgo intentó matarme, ¡debemos demandarlo!— exclamo sentándome en la cama. 




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