Klara, su enfermera, trato de averiguar sobre ella lo cual fue un rotundo fracaso, pues no tenía registro en un hospital de la ciudad, nada, era como si nunca hubiese existido
Meilhan
Era el nombre del orfanato al que se iría a vivir hasta que cumpla dieciocho
El día en que el dueño de aquel orfanato fuera por ella llego
- Hola, mi nombre es Aleix
Un chico no muy mayor que ella había entrado a su habitación saludándole de la nada estaba algo confundida, pues durante los tres meses que estuvo en aquel hospital nunca recibió visitas, hasta que dijo que era el dueño del orfanato
- ¿Cómo te llamas?
Intento hacerle conversación, el error, no sabía su nombre
- Me dicen “M”
- ¿Por qué?
Pregunto con total naturalidad como si el no saber tu nombre no fuese extraño
- Amnesia
- ¿Y por qué “M”?
- Es la letra que estaba en mi única pertenencia
- ¿Puedo verla?
Se encogió de hombros y le extendió el collar con dije de “M” que estaba en la mesa de noche junto a la cama
- ¿Puedo ponerte uno?
- ¿Qué?
- Si, un nombre
Asintió, que podía perder si no le gustaba el nombre podría cambiarlo
- Ah, no no mejor no… Que tal no. Ya se
Arqueo una ceja en señal de que hablara
- Melanie
- ¿Por qué?
- ¿No te gusta?
- No, digo sí, solo quiero saber porque el nombre
- No lo sé, Tienes cara de Melanie