Prólogo

13 de diciembre del 2017.

La muerte del exitoso empresario: Bellamy Bass. Ha arrasado con la tranquilidad y la paz que habitaba entre las familias más mafiosas del estado.

Los empresarios y mafiosos de la Élite se encontraban reunidos en el gran palacio de la familia Bass, el cadáver de Bellamy se encontraba en el centro, dentro de un ataud bastante grande y aparentemente costoso.

Aquel hombre miraba el cadáver de su padre y por su mente solo pasaba una palabra: venganza.

La agente especial Bennett estaba entre las cejas de las trescientas personas que se encontraban en aquel funeral. Su nombre estaba escrito en la lista negra de todas aquellas personas que ante el ojo público eran unos simples empresarios, pero en el bajo mundo los consideraban los mafiosos más peligrosos del estado.

Holly Bennet escribió su nombre en el libro de la muerte, cavó su tumba en el momento que apretó el gatillo dejando salir la bala que le quito la vida a Bellamy Bass.

—Es chica muerta—. Comentó Darío colocando su mano en el hombro de Nathaniel.

—No.

—¿Qué?—preguntó Darío confundido.

—No la quiero muerta. Quiero que sufra, la tendré a mis pies, y cuando esté locamente enamorada de mí, haré que ruegue por que no le arrebate su miserable vida.

Muchos hablarían de la trágica muerte de Bellamy. Sin embargo, mientras unos sufrían y anhelaban venganza. En el otro lado del estado, Holly Bennet estaba celebrando su nuevo ascenso como directora del comando especial de la FAD. (Fuerzas AntiDrogas)

Pero su triunfo le duraría muy poco, y cuando pensaba estar en la cima. Nathaniel Bass aparece en su vida, o no. Ella aparece en la vida de él. Y sin darse cuenta que se trataba de la mujer que mato a su padre. Se enamora perdidamente de ella.

Pero recuerden algo: Un Bass nunca perdona.

Y la pequeña Holly no sería la excepción.