Club

Me encontraba mucho más calmada que al medio día, no había salido ni a almorzar y apenas veía las consecuencias de tal acción en mi estómago rugiendo. 
Lo que quedaba de la tarde hice algunos deberes, estudié un poco y terminé trabajos completos que entregaría al siguiente día. Dieron las siete de la noche y decidí que colocarme para salir con mis amigos.

Busqué en mi armario y encontré un vestido hermoso de color negro que no recordaba haberlo visto antes y sin embargo cuando lo medí aún tenía la etiqueta como si estuviera recién comprado. Era de tirantes, llegaba a la mitad del muslo y dejaba la espalda al descubierto.

Entré a la ducha unos minutos para refrescar mi cuerpo, me vestí y arreglé como usualmente lo hacía cuando iba a salir. Todo tomó dos horas para terminar, se suponía que Cameron ya estaría llegando para ir en busca de Amber.

Escuché timbrar mi celular, lo tomé y en la pantalla salía Cameron con un mensaje que decía: "Estoy afuera de tu ventana" a lo que respondí con un simple "ok".

Me asomé y vi a Cameron totalmente distraído, miró su celular y subió la cabeza para verme y sonreír haciendo una seña de que bajara. Primero tiré mi cartera, luego con sumo cuidado me tiré donde me atrapó Cameron, bueno realmente caí sobre su gran cuerpo amortuguando mi golpe.

- Hola Cam - Sonreí levantándome y limpiando mi vestido.

- La próxima sales por la puerta o no vas - Se levantó del suelo intentando mantenerse equilibrado debido al golpe - Te ves linda.

- Gracias tonto, no te ves nada mal - Me burlé y entrecerró los ojos.

Luego de haber pasado por Amber a su casa ya estábamos llegando a nuevo lugar donde se encontraban muchas personas haciendo fila par apoder ingresar.

- Antes de que se bajen quiero que tengan en cuenta que, primero todos juntos, segundo no recibir nada a nadie y tercero tener cuidado con quien hablan - Enumeró Cameron - Aquí hay gente del colegio pero aún así hay más provecho para hacer maldad e intentarán buscar que imagen destruir esta semana.

- Entendido, hay que esparcirnos, recibir trago de cualquier persona y hablar con todos - Bromeé y Cam rodó los ojos.

Bajamos del auto y caminamos justo hasta la puerta evitando la larga fila que se acumulaba y las quejas de las personas por habernos colado. Debido a que Amber y yo seguíamos siendo menores de edad, Cam tuvo que pagar un precio al vigilante para dejarnos ingresar.

Entramos y el club estaba aún más repleto de personas que las que habían afuera, la música estaba completamente alta, tragos por todos lados, chicas bailando encima de las mesas, gente haciendo cosas que eran totalmente prohibidas, otras haciendo cosas que realmente ni deberían hacer y las luces que continuamente encendían y apagaban recreando un extasis de placer en los cuerpos al combinar trago y la libertad.

- Chicas iré a ver aquella mesa - Señaló Cam un mesa con dos chicas muy lindas y aunque me dijeran que era muy malo hablar de alguien sin conocerla su diminuto vestido con escote que dejaba ver por completo sus grandes senos operados las hacía lucir extremadamente putas - Quédense aquí.

Amber y yo nos miramos para luego soltar la carcajada, no pretendíamos quedarnos quietas en un club tan animado como lo era ese. Pedimos unos tragos y ambas caminamos hasta la pista de baile donde unos chicos muy guapos nos pidieron bailar. Amber se perdió entre la multitud con el chico y yo seguí bebiendo mientras bailaba cantando Bebé Leche de Anuel AA, Cardi B, Black Jonas Point, Secreto & Liro Shaq.

De un momento a otro sentí unas manos posarse en mi cintura y volteé para ver a Cameron. 
- Bailemos - Dijo fuerte en mi oído, para que se escuchara por encima de la música.

Bailamos toda la noche, perdí la cuenta de cuantos tragos tomé, de cuanto bailé y de las personas con las que había compartido la pista, lo único que sabía con total certeza era que estaba muy tarde o muy temprano del día martes.

- Cam, estoy mareada - Reí tambaleándome.

- ¿Vamos a casa?

- No te preocupes - Seguí bailando con él mucho más tiempo. 


 

Cameron 

- Amy, debemos ir a casa - Dije tomando su cintura. Estaba completamente sudada mientras sesujetaba de mi espalda.

- No, yo quiero quedarme - Hizo un puchero.

Se encontraba en total estado de embriaguez, lo podía ver en su cara y por el olor que emitía su aliento cuando pronunciaba alguna palabra.

- Son las cuatro de la mañana y justo en tres horas debemos estar en el colegio en la primera hora de clase - Dije dirigiéndome con ella hasta Amber que si estaba totalmente consciente - Deberíamos irnos.

- Tines razón - Dijo y se despidió de un chico al cual no conocía en absoluto.

- Pero yo me quiero quedar - Amy era la persona más terca de este mundo, al igual que la más orgullosa.

- Pero debemos irnos - Dije sacándolas de la multitud de personas.

Entramos al auto dejando a Amy recostada sobre el asiento trasero con sumo cuidado. Me encontraba seguro de que si la policía la veía tiraba pensarían que la habíamos asesinado. Amber se sentó a mi lado y yo simplemente encendí el auto con el fin de llevarlas sanas y salvas cada una a su casa completamente sobrio.

Imbécil pero responsable

- ¿Qué dije de no salir con chicos que no conocía? - Pregunté frunciendo el ceño y viendo a la carretera.

- Oh vamos, aquél muchacho era buena gente, tengo su número y todo, va en la Universidad, su nombre es Andrés y es rubio como tú - Me sonrió y sentí un enojo sin explicación.

- Quiero que borres su número - Dije con autoridad.

- Espera ¿Qué? - Preguntó ella enojada - ¿Por qué? Es sólo un muchacho, aparte puedes conocerlo, le diré que vayamos al centro comercial.

También me hubiera gustado responder esa pregunta, ¿Por qué? No lo sabía, simplemente quería que se alejara de ella sin motivo alguno - Ya dije que no, que lo elimines.