Un montón de cánticos se escuchan cerca. Oliver y muchos jóvenes más eran llevados fuera del campo de entrenamiento. Hoy fue un día diferente para todos. Desde hace mucho, la mayoría no habían salido del campo de entrenamiento. Aunque Oliver lo había hecho escapando en un par de ocasiones, no había visto lugares en concreto. Solo corría para intentar huir en los bosques.
En este lugar nadie sabe el nombre de Oliver. Solo lo llaman perro rabioso o simplemente perro. Oliver estaba calmado. Para él no había nada perturbador hasta ahora. Pero los cánticos eran otra cosa. Una sensación inquietante recorrió su espalda. Se sentía diferente ahora. Hace mucho tiempo no sentía miedo.
Los jóvenes seguían marchando. No solamente los que Oliver había visto siempre. Parece que otros campos de entrenamiento han traído su mercancía a este lugar también.
Un joven intentó escapar al sentir lo mismo que Oliver. Ese joven fue asesinado en el acto por un arquero posicionado en el camino. El arquero está en el techo de una casa. Mirando hacia abajo con desprecio total a los jóvenes. Una pequeña excusa era suficiente para matar a cualquiera.
—Lleva el cuerpo. —le dijo un instructor a Oliver mientras señalaba al joven asesinado de una flecha en la cabeza.
Oliver llevó al joven como un saco de papas. Gracias a la fuerza que ha construido, no es difícil llevar el cuerpo de otra persona. Oliver no parecía particularmente molesto por ese hecho. Era la primera vez que veía una muerte por flecha. Le pareció bastante eficiente y fácil de hacer.
La sensación extraña seguía acumulándose. Más personas muriendo por los centinelas vigilando la marcha de los jóvenes.
Al llegar al lugar de los cánticos, Oliver estaba completamente alerta. Además de él, otros cuatro jóvenes cargaban cadáveres. El lugar donde llegaron estaba completamente iluminado por velas. Hombres y mujeres en túnica observaron a los jóvenes de pies a cabeza.
Oliver se sintió presionado por esas personas. Por alguna razón él sabía que eran más débiles que él, pero no podía evitar pensar que estaba en desventaja.
Florián estaba esperando con esas personas. En su cara había una sonrisa. Por alguna razón estaba bastante animado.
—Pongan los cuerpos en el centro del círculo. —dijo un instructor sin ninguna emoción en su voz.
No solo los cuatro que Oliver había visto antes. Había muchos más cadáveres en camino. Detrás de Oliver todavía seguía la marcha de otros campos de entrenamiento. En total trece cadáveres fueron lanzados al centro del círculo.
Luego fueron atados con una cuerda negra por las personas que usaban túnica.
La ceremonia había comenzado.
—Hoy es un día importante. Ustedes son importantes. —dijo un viejo en túnica. —Con ustedes venceremos al reino Amara.
Al mismo tiempo Oliver vio los cadáveres de los jóvenes, para él era bastante irónico que se refieran a ellos como importantes. Podría haber un baño de sangre mucho más grande. Pero los jóvenes han renunciado a la esperanza y se han dejado arrastrar.
Sin saber su destino, Oliver simplemente se dejó llevar por la corriente. Sentía odio, pero no podía hacer más. El valora así su insignificante vida.
Los cadáveres se pudrieron de forma acelerada ante los ojos de todos los presentes. Pronto, solo quedaba materia podrida y huesos blancos de los esqueletos. Oliver fue afectado levemente por la visita. Muchos vomitaron por la escena y el olor.
Un joven fue tomado a la fuerza por tres personas y arrastrado cerca al círculo. Ese joven comenzó a gritar al acercarse a la terrible escena llena del olor de la muerte. Los demás, incluido Oliver, no se podían mover a voluntad.
El joven fue arrodillado ante el círculo.
Ya no se podía mover, pero era sostenido por las personas con túnicas.
Algo pasó de forma simultánea en el círculo. Una mano negra, el doble de grande que una mano normal comenzó a formarse. Pasó de ser solo una mano a un brazo. Acercándose al joven, el brazo negro tocó la frente. Luego acarició un poco al joven. Para luego tomarlo del cuello y romperlo.
—Parece que el primero fue un fracaso. —dijo Florián con molestia.
—Suficiente. —dijo una mujer vieja con túnica mientras sonreía.
Dos personas más sufrieron el mismo destino.
Con la tercera persona fue diferente. Los dedos tocaron más tiempo al joven que no podía moverse. Luego una gota de agua cristalina salió del dedo del brazo. La gota se congeló y flotó hasta la boca del joven. El joven se retorció un rato en el suelo. El joven fue llevado a otro lugar.
—Por fin. —dijo Florián.
—Tipo hielo, no está mal, nada mal. —dijo otro instructor.
Otro joven pasó por el mismo proceso. A los ojos del confundido Oliver todo era irreal. Sus padres nunca le hablaron de algo así. Sus padres nunca mencionaron algo tan aterrador. Si lo hubieran hecho no lo hubiera creído tampoco.
El otro joven recibió en su boca algo diferente. Algo de aspecto tóxico. El joven se retorció y fue llevado a otro lugar. Los que eran llevados a otro lugar habían completado la ceremonia. Aquello que eran asesinados por el brazo negro eran devorados por el círculo de muerte. Se podrían en ese mismo instante como los que fueron lanzados en un principio. Oliver se sentía débil. No tenía capacidad para retroceder. De todos los jóvenes presentes él era el más joven de todos. Pero su aspecto no era inocente. Su corazón tenía oscuridad ahora.
Los demás jóvenes seguían pasando por lo mismo. La composición de las gotas era siempre de algunos tipos. Estaba la gota de hielo, la gota de veneno o una gota más extraña que parecía ser completamente negra. Esa eran las sombras.
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Editado: 07.04.2022